Ana María Aldón en su momento más crítico tras un inesperado varapalo judicial

La esposa del torero José Ortega Cano queda en entredicho después de que se haya ratificado una condena que le obliga al pago de 4.800 euros

Ana María Aldón durante una intervención en 'Viva la vida'
Saúl Ortiz

Saúl Ortiz

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Ana María Aldón , la esposa de José Ortega Cano , atraviesa momentos muy complicados después de que el pasado 20 de mayo la Audiencia Provincial de Madrid ratificara el fallo judicial de Primera Instancia en el que se reconocía que el vestido de novia que lució el día en que contrajo matrimonio con el torero fue, en contra de lo sostenido por la andaluza, un trabajo del diseñador Emilio Salinas .

En conversación con ABC, Ana María se muestra sorprendida por el dictamen judicial y se defiende asegurando que ninguna de las pruebas presentadas por Salinas deberían haberse tenido en cuenta durante el procedimiento: «Él pretendía hacer ver que yo firmé un contrato para que la revista 'Hola' sacara una foto suya y ese contrato no solo no está firmado por mí, sino que jamás lo vi. Aporta un email en el que ni siquiera estoy yo de destinatario . Se lo hizo una persona y se lo envió, pero nunca a mí. Yo nunca he tenido potestad para decidir que fotos se publican o no».

La colaboradora de 'Viva la vida' se refiere al pacto al que, según Salinas , llegaron para que públicamente se reconociera el trabajo realizado. Una promoción que no se hizo mediante los cauces acordados y que hubiera sido suficiente para agradar al profesional. Con la publicidad del atelier se cubrían los gastos derivados de la confección de unos diseños «que yo nunca me apropié porque fue una colaboración», insiste Ana María que deberá abonar al modisto 4.800 euros en el plazo improrrogable de 20 días aunque «cada uno asumirá sus costas», matiza.

Salinas asegura estar satisfecho con el resultado judicial a pesar de que de los 9.000 euros reclamados como concepto de indemnización por los esfuerzos realizados, se haya rebajado finalmente a la mitad: « Lo importante es que otros jueces hayan ratificado el fallo anterior que me da la razón », dice escueto ante las preguntas de este periódico.

A pesar de que podría iniciar una campaña mediática contra la que fue una de sus musas, Emilio Salinas prefiere continuar con su trabajo alejado de polémicas innecesarias. Sabe que hay interés en conocer su opinión sobre el talento y conocimientos de patronaje de la ahora contertuliana pero, a pesar de la batalla judicial, evita pronunciarse de forma despectiva: «Nunca dije que fuera un diseño exclusivamente mío», se justifica ella ante la que podría avecinarse.

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