Luis Merlo: «Los perros recogidos tienen un código especial»
El actor, que ha vuelto al teatro, comparte su vida con cinco perros, cuatro galgos y un husky siberiano
Luis Merlo proviene de una larga saga de actores: hijo de Carlos Larrañaga y María Luisa Merlo, creció junto a sus hermanos Amparo, Kako y Pedro Larrañaga todos vinculados al mundo de la interpretación entre las bambalinas de los escenarios. Con una dilatada carrera como actor, Merlo se ha desarrollado en series tan emblemáticas como ‘Aquí no hay quien viva’, ‘El Internado’ y ‘La que se avecina’. Tras el parón de la pandemia, se ha vuelto a subir a los escenarios con ‘El método Grönholm’, «comedia salvaje» con un relato crítico hacia el mundo laboral.
Luis, ¿tiene cinco perros?
Sí. Cuatro adoptados y una husky que me regalaron, pero solo han venido para la foto los dos galgos, Choco y Canelo.
¿Se relacionan bien entre ellos?
Perfectamente. Además, no han llegado a la vez y han podido aprender unos de otros. Juegan mucho, aunque los galgos son los más tranquilos.
Tiene dos galgos, una raza que sufre maltrato y abandono. ¿Cómo estaban cuando los adoptó?
-Choco llegó a través de Galgos Sin Fronteras y estaba muy maltratada. La habían atropellado y tenía una patita destrozada. Fue operada, pero sigue cojita. A Canelo, también lo iban a abandonar en El Ejido y me lo traje a casa. Tiene un poco desgastados los colmillos por dentro. El veterinario me dijo que seguramente era de morder una alambrada. Él tiene pánico a las tormentas y cuando hay alguna y está solo, muerde todo lo que se encuentra. Pero no le regaño, es un trauma que le ha quedado a base de tenerlo encerrado posiblemente en una jaula.
Los perros adoptados, ¿tienen más necesidades afectivas?
-Son puro amor y muy agradecidos, no tienen rencor por lo que les ha pasado. Al principio tenían miedo de acercarse y ahora no se separan de mi lado. Los perros recogidos tienen un código distinto, yo siempre adopto.
¿Cómo reparte el cariño?
-Los quiero a todos, pero por los galgos tengo debilidad. Canelo hay veces que me lo llevo al teatro y paseamos por el barrio de Chueca que está cerca y hay muchos como él. La gente se ha concienciado con el abandono de esta raza. En este país hemos avanzado mucho...
¿Qué le ha enseñado su familia perruna?
-Cuando por elección vives solo y de repente tienes el amor incondicional de estos niños porque se enamoran como niños de la persona que los quiere, y en este caso tantos, aprendes otro lenguaje.
Se ha vuelto a subir a los escenarios con ‘El Método Grönholm’, una comedia con un relato crítico hacia el mundo laboral.
-Está más de actualidad que hace 17 años cuando se estrenó por primera vez. La búsqueda de trabajo es un hecho que cualquiera se encuentra reflejado en él. La situación en el mundo laboral está complicada y la obra refleja... Bueno, no te puedo revelar nada, pero te puedo asegurar que hay una parte surrealista con la que la gente se va a reír mucho. Además, estoy magníficamente acompañado por los actores Jorge Bosch, Marta Belenguer e Ismael Martínez. La comedia es obra de Jordi Galceran, dirigida por Tamzin Towsend.
Después de esta larga pandemia, ¿qué necesita el público?
-Necesitamos reírnos. Yo siempre he apostado por la comedia, el humor. Pero siempre hago una diferencia entre el sentido del humor que contiene inteligencia y la gracia que la puede provocar hasta un niño. El texto de ‘El Método Grönholm’ es inteligente y muy divertido. El público saldrá con mucho subidón y nosotros les estamos muy agradecidos por reírse. Ha sido una etapa muy dura.
Después de esta larga pandemia, ¿qué necesita el público?
-Sí. Volvemos el próximo año con las aventuras de ese vecindario tan inusual y maravilloso. Además, se han hecho unos decorados nuevos en otros estudios. Laura y Alberto Caballero, los creadores de la ficción, siempre me han recibido con los brazos abiertos...
Muchos de sus compañeros han pasado por esta sección de ABC y todos coinciden en que son una gran familia.
-Sería imposible hacerla si no hubiera una relación de amistad. El humor es el protagonista de nuestra relación y eso es muy sano.
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