Isabel II renunció a su martini pero aún disfruta de un buen vino en la cena

El sumiller real afirma que la Reina de Inglaterra sigue siendo muy exigente

Isabel II

ABC

A pesar de sus últimos problemas de salud que la llevaron a guardar reposo durante algunas semanas, la Reina de Inglaterra sigue manteniendo, a sus 95 años, muchas de sus costumbres de juventud aunque a mediados de octubre tuvo que prescindir de una de ellas: su martini diario . Sin embargo la monarca sigue disfrutando de su copita de vino en la cena , así lo ha asegurado el sumiller real , Demetri Walters, quien afirma, además, que Isabel II no se conforma con cualquier cosa: «Elijo por la Reina, pero ella es bastante exigente porque ya que no bebe mucho vino» y añade, corroborando los consejos de sus médicos, que «es malo para sus articulaciones y no puede beber demasiado cuando está haciendo todos estos compromisos reales; no es un trabajo en el que se pueda beber».

Demetri Walters, que además de asesorar a la monarquía británica en temas de vinos trabaja como sumiller independiente, cuenta en 'Daily Mail' que uno de los encargos más extraños que recibió de la Familia Real fue para el Duque de Edimburgo. Se convirtió en 'sommelier de cerveza' porque el difunto marido de Isabel II pensaba que el vino le afectaría más en su vejez pero no estaba dispuesto a renunciar a la cerveza.

Los gustos de la Reina

Son pocas las ocasiones en las que la Reina bebe en público, más allá de brindis en banquetes oficiales, pero mucho se ha especulado acerca de su pasión por el alcohol. Aparte de su martini seco nocturno, se ha comentado que la Reina es fan de un cóctel a base de Dubonnet (un aperitivo francés creado en 1846 a base de vino y hierbas), y ginebra . El año pasado, el Palacio de Buckingham lanzó su propia marca de ginebra y la Reina permite que se produzca vino espumoso de sus viñas en Windsor Great Park.

En alguna ocasión se ha publicado también que la Reina consumía cuatro bebidas alcohólicas al día, aunque el chef Darren McGrady, quien cocinó para ella entre 1982 y 1993, aseguró que hacía cuatro pequeñas comidas al día (incluyendo el té de la tarde con un trozo de pastel), pero rara vez bebía. En el almuerzo y la cena optaba por un vino dulce alemán, según esta fuente.

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