El emir de Dubái espió el teléfono de su exmujer y su abogada

Un juez del Alto Tribunal de Londres sentencia que Mohammed sin Rashid al Maktum usó la tecnología digital Pegasus

El emir de Dubái y la princesa Haya de Jordania REUTERS
Ana Mellado

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El emir de Dubái Mohammed bin Rashed al-Maktum autorizó el espionaje del teléfono de su esposa , la princesa Haya de Jordania, y el de su abogada británica, a través del programa espía Pegasus, desarrollado por Israel. Así lo ha sentenciado la Alta Corte de Londres, donde ambos se disputan la custodia de sus hijos.

El emir dio su autorización implícita para que instalasen el sistema Software Pegasus en el teléfono de ella, el de la famosa letrada Fiona Shackleton y dos escoltas. De esta manera podían seguir la localización de la persona, leer sus textos y mails, escuchar las llamadas, registrar la actividad en directo, así como acceder a las aplicaciones, a las fotos y hacer funcionar la cámara y el micrófono a distancia.

Hay que recordar que en mayo de 2019, la hermana mayor del actual Rey de Jordania, Abdalá II, huyó de los Emiratos y de su marido con sus dos hijos menores, Jaliya y Zayed , y con 35 millones de euros en sus maletas para asentarse en Londres.

El juez ha concluido ahora que el jeque cometió «un abuso total de confianza y de poder» y dio su autorización «expresa o implícita» para que el iPhone de su mujer fuera espiado por este software.

El emir de Dubái con la Reina Isabel II ABC

Estas revelaciones vuelven a situar a la Reina Isabel II en una situación comprometida por la relación de amistad que le une al emir. La hípica es el principal nexo entre ellos. Ambos son criadores de caballos y se les ha visto en varias ocasiones disfrutando juntos en las afamadas carreras de Ascot. De hecho, desde 2009 la monarca recibe cuatro potros del emir de Dubái, un regalo al que no renunció incluso después de 2019 tras saltar la noticia de que la princesa se había fugado. John Warren, su director de carreras, describió al jeque en 2010 como un «amigo» de la Reina a quien había visto «con bastante regularidad» durante unos 20 años.

La pandemia de Covid ha ayudado a enfriar esa amistad. Mohammed bin Rashed al-Maktum no ha sido visto en un hipódromo británico durante dos años, pero se asume que ha realizado al menos una visita privada a sus establos de Godolphin en Newmarket, la sede del Reino Unido de su operación de entrenamiento y cría. Habrá que ver si el próximo año, cuando las carreras hípicas ocupen un papel protagonista en la celebración del Jubileo de Platino de la Reina, el emir se deja ver de nuevo en Inglaterra.

Además de la denuncia realizada por Haya de Jordania, sobre el emir pesa la c aptura y desaparición de dos de sus hijas , las princesas Latifa y Shamsa, forzadas a regresar a Dubái tras intentar escapar de su padre en 2018 y 2000 respectivamente.

El parlamentario laboralista Chris Bryant ya ha subrayado los riesgos que implican estos lazos con el Emirato. «El Ministerio de Relaciones Exteriores necesita hacer una investigación adecuada sobre nuestra relación con Dubái y convocar al embajador para una reunión», según recoge el Daily Mail.

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