La confesión definitiva de Julián Muñoz

Condenado a 20 años de prisión por cohecho, malversación de fondos públicos, prevaricación urbanística y fraude, todas ellas acusaciones que formaban parte del llamado 'Caso Malaya', Julián Muñoz (74 años), el hombre que llegó a la alcaldía de Marbella para saquear las arcas municipales y endeudar a miles de ciudadanos que debieron enfrentarse a la recuperación de las cuentas públicas con el sudor de sus impuestos, se encuentra en libertad condicional tras haber cumplido en prisión tan solo una cuarta parte de su condena (en concreto, cinco años y dos meses) por la decisión de la Audiencia Nacional al serle reconocida una enfermedad 'grave e incurable'.

Si en 2013 le fue revocado el tercer grado penitenciario cuando le pillaron, a pesar de sus graves achaques, bailando como un quinceañero en una discoteca hasta bien entrada la madrugada, esta vez puede sacar a pasear sin miedo todos sus desmanes en Tele 5, la misma cadena a la que, hace un año, concedió gratis, y en exclusiva, una monumental bronca dirigida a un reportero de ‘Sálvame’: «¿Tú qué cojones quieres? ¡Chalao! ¡Me tocas los huevos, tonto del culo! Si me sigues, te estrello», llegó a amenazar. Arrepentido, no del Caso Malaya, sino de su agresiva reacción, llamó al programa para disculparse y, de paso, soltar una pullita contra Isabel Pantoja: «No tengo ni idea de dónde tiene el dinero. Cada uno que cargue con su maleta».

Aprovechando el Caso Cantora, Julián Muñoz insistió en tema del tesoro oculto de la tonadillera en otra exclusiva, esta vez remunerada, para la revista ‘Diez Minutos’: « Yo nunca supe dónde estaba el dinero . A ella le encontraron 90.000 euros en un bolso (…) Se vende Guadalpín, se vende La Pera, la discoteca, el restaurante... Un montón de millones. ¿Dónde está ese dinero?» Tranquilos, era una pregunta retórica: «Donde guarda el dinero es el mejor secreto de Isabel Pantoja» .

Nos espera su versión del romance, del papel de la tonadillera como hija y como madre , de su aparente cariño por Kiko, de las conflictivas relaciones del clan. Aunque Julián tiene lo suyo: la sombra de Jesús Gil, el papel de Mayte Zaldívar o de sus hijas. Una de ellas, Elia, diagnosticada de cáncer, reconoció al año pasado que su padre les había «pedido perdón en privado, desde el corazón». Ahora veremos si lo hace en público, desde la cartera.

A cuenta de la Pantoja, el exalcalde ha confesado ya que el amor les duró un año, pero el negocio tres más. Y como era un adicto a mucho más que a las coplas de Isabel, quiso recuperarla: «Al salir de la cárcel estuve intentando volver. Yo no tenía un duro y no le interesaría». Esa es la curiosa conclusión a la que llega: ni las traiciones, ni las acusaciones: que no volvieron porque estaba en la ruina. Y ahí siguió el pobre, con el ‘mono’ de Pantoja: «Más que una obsesión, era una adicción. Y esa adicción acabó destruyéndome». Así lo relata en la ‘promo’ del documental, o lo que sea eso, que estrena bajo el explícito título de ‘No es la hora de la venganza, es la hora de la verdad’. Y nosotros que creíamos que la verdad llegaba en forma de sentencia firme. «Quiero vivir al máximo posible», confesó en ‘Sálvame’. Con el dinerito que ha cobrado se lo va a poder permitir.