Carlos Santos: «Si me caso será por los regalos»

El actor cumple 18 años de relación con Lorena Santana, directora comercial de una de las zonas residenciales más exclusivas

Carlos Santos ABC

Antonio Albert

Años de gira junto a los grandes de la escena, desde José Sacristán a Blanca Portillo , entre otros, para que la fama le cayera encima de golpe con un personaje que conquistó a la audiencia, el novato Povedilla en ‘Los hombres de Paco'. Carlos Santos le tiene respeto a la popularidad: «La fama te cambia, que te reconozcan por la calle te cambia, altera tu relación con los demás. Te sientes observado en todo momento, puedes llegar a desconfiar de la gente que se acerca a ti. El tema es cómo gestionas todo eso». Recuerda el ataque de ansiedad que sufrió cuando, nombrado Gran Pez en el Entierro de la Sardina de su Murcia natal, se vio «firmando 500 autógrafos en dos horas. Me temblaba todo y no podía respirar». Entonces tomó una decisión, no hacerse fotos, poner una barrera, «pero me duró un mes porque no era feliz. Yo ni soy así, ni quiero ser así. Además, no podía traicionar la alegría que mi personaje despertaba en el público. Al final tienes que asumirlo e integrar la fama en tu vida».

Saga familiar

De pequeño vivía en su mundo, escribía cuentos, aprendió a componer, a tocar la guitarra, se pasaba horas jugando con sus ‘Masters del Universo’ (atesora la colección completa) y grababa sus aventuras en una casete: «Tenía un rico mundo interior», bromea. « Ahora soy más sociable , también por ese exhibicionismo que desarrollamos en esta profesión». Descubrió la interpretación en un ejercicio escolar en el que montaron unos entremeses de Cervantes. Su única relación con la farándula se la debe a su abuelo: «tenía una barbería que por la noche, al cerrar, se convirtió en el garito al que acudía el artisteo que visitaba Murcia». Pero la familia Santos apunta maneras como dinastía: «Mi sobrino Mario rodó con Imanol Arias la inolvidable escena de la muerte de Antonio Alcántara en ‘Cuéntame’. Ya tengo a alguien que continúe la saga». Esa responsabilidad recae por ahora en sus sobrinos, Carlos no tiene hijos. Tampoco está casado, pero lleva casi 18 años con su pareja, Lorena Santana , directora comercial de La Finca, una de las zonas residenciales más exclusivas de España. «La verdad es que nunca nos lo planteamos. Tenemos una hipoteca, que eso une más. A estas alturas, si me caso será por los regalos, por la fiesta. Más allá de la broma, la clave de nuestra relación es que somos de mundos diferentes. Creo que el tener cosas distintas de las que hablar, participar de los mundos del uno y del otros -aunque los nuestros son como dos ‘star system’ con puntos en común- es algo que enriquece», afirma. Lorena no es muy dada a posar en la alfombra roja, aunque no pudo evitar caer en la tentación de salir en la pantalla: «El único que ha sido capaz de convencerla es José Luis Garci, para quien aceptó salir de figurante en un plano de ‘El crack Zero’. Su primera vez, nunca más». Gracias a esa película, Carlos probó el ‘dry martini’, según la receta de Alfredo Landa .

Personajes reales

Carlos Santos no puede desvelar mucho de Julián, su personaje en ‘Últimas voluntades’, la película que ha rodado en su tierra y en la que encarna el pasado que el protagonista desea sanar. «Es una tragedia en la que el destino juega un papel esencial», asegura. Lejos queda este personaje de los hombres reales que ha dado vida en la ficción: Pedro Almodóvar («¡Quién me lo iba a decir cuando, a los 8 años, vi ‘Mujeres al borde de un ataque nervios’ en un cine de verano!»), Chicho Ibáñez Serrador y Luis Roldán , cuya muerte le impactó. «Me quedé tres días pensando en él, como si parte de mí -la que empatizó con él para convertirse en personaje- se hubiera ido con él», remachó.

Más que hermanos

Carlos junto a sus hermanos ABC

En 2017, Carlos ganó el Goya al Mejor Actor Revelación por ‘El hombre de las mil caras’ y se lo dedicó a su hermana, Laura , que no pudo acompañarle a pesar de haberse comprado un vestido para la ocasión. Había superado una leucemia y durante una revisión rutinaria, el susto: «un segundo cáncer, esta vez más agresivo». Ahora, Laura se enfrenta a su tercera leucemia y a un nuevo trasplante de un donante muy especial, Sergio , su hermano mayor: «esta vez se lo detectaron en la cabeza, pero afortunadamente se pudo tratar con quimio y radioterapia». Los tres son uña y carne: «mis padres se separaron cuando yo tenía 16 años, lo que fortaleció nuestros lazos. Cuando mi hermano tenía algo más de tres años y yo apenas unos meses, se empeñó en que durmiera con él. Mi madre tuvo que poner la cuna en su cuarto. Y ahí me quedé, compartiendo habitación con él hasta que me fui a Madrid con 21 años. Tiene un grupo de música y ensayamos todos los viernes. Con mi hermana me llevo seis años y siempre ha sido mi cómplice , mi compañera de juegos. Por la calle yo le decía ‘cógeme de la mano y llámame papá’ para ver las caras que ponía la gente». Ahora, con la enfermedad de Laura se han unido más si cabe. Carlos ha vuelto a su casa, en Murcia, para el rodaje de ‘Últimas voluntades’ y aprovecha no solo para ver a su madre, también para dormir con ella: «parece mentira que un tipo de 44 años haga eso, pero es que mi hermano, con 48, también lo hace. Tenemos un vínculo familiar muy potente que se mantiene y nos gusta alimentar».

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