Adiós a Lina, la dama que vistió de flamenca a la realeza y artistas

La diseñadora sevillana deja un importante legado con su firma, Lina 1960, que continúan sus hijas

Lina

Rocío Ponce

A Marcelina Fernández todo el mundo la conocía por Lina. En Sevilla y en Japón. Sobre todo desde que en 1960 se casó y montó su primer taller de moda. Cosía desde niña, autodidacta, emprendedora y siempre de la mano de su marido, Francisco Montero, que hasta entonces había sido torero. Juntos formaron un tándem que convertiría aquel primer y humilde taller de Triana en una de las casas de moda flamenca más respetadas e influyentes de Sevilla y del mundo. Lina falleció ayer en su casa de la capital andaluza, a los 88 años, y completamente tranquila por haber conseguido que su sueño se hiciera realidad. Una larga y exitosa trayectoria acompañada de su familia, tuvieron seis hijos. Dos de ellas, Rocío y Mila, están al frente de la firma desde 2005 y junto a su madre celebraron a inicios de 2020 el 60 aniversario con un emotivo desfile.

Sevilla vivió ayer una jornada triste. Llovía, salía el sol. Como si la ciudad no quisiera despedirse de esa discreta y elegante mujer, siempre con su moño bajo perfecto, gafas grandes y sonrisa cálida, que había encumbrado a la moda flamenca desde la calle hasta la alta costura. Y no solo porque fuera testigo y apoyara las primeras pasarelas y plataformas que dieron forma al sector de la flamenca, hasta entonces sumergido, también porque sus trajes de flamenca, batas de cola, mantones de Manila y hasta vestidos de novia acaparaban tanta o más atención que quienes los lucían.

La maestra

La entonces princesa Sofía con traje de flamenca, en 1968

Lina fue una de las impulsoras de la moda en el traje de flamenca . Lo hizo evolucionar y adaptarse a nuevos tiempos, tendencias y gustos. Fue la primera que decidió cerrar la sisa de los trajes, incorporar el mantoncillo y bajar el largo de los vestidos a ras del suelo. Puso de moda los escotes altos e introdujo los bordados exclusivos diseñados y realizados por la propia firma. Sin olvidar que estilizó el vestido, bajando el talle a la cadera. Sus trajes eran símbolo de calidad y estilo. ¿Y quiénes querían ser las flamencas mejor vestidas? Sonadas fueron las apariciones en la Feria de Abril de la entonces Princesa Sofía , la Princesa Grace de Mónaco o Jackie Kennedy con diseños de Lina en los años sesenta. Entre sus clientas predilectas estaban también la duquesa de Alba y, desde pequeña, Isabel Pantoja. A la tonadillera la ha vestido en los momentos más importantes de su vida. Desde el vestido de novia para su boda con Paquirri en 1983, a numerosos diseños para espectáculos e incluso en la película ‘Yo soy esa’ (1991), por la que Lina consiguió una nominación a los Premios Goya a mejor vestuario. La lista de artistas que han confiado en la maestría de los volantes de Lina es interminable: Rocío Jurado, Juana Reina, Marifé de Triana, Matilde Coral, Carmen Sevilla, Rocío Dúrcal, Marisol...todas ellas confiaron en la discreción que la caracterizaba. Se ha ido sin revelar jamás las confesiones de las famosas cuando visitaban su taller.

Tal ha sido (y es) su relevancia que el gibraltareño John Galliano (entonces director creativo de Dior) sacó su lado más español y humilde para pedirle que le enseñara a coser volantes. Lina le abrió las puertas de su casa y su taller y él se fue, no solo invitándola a París también denominándola la Christian Dior de los trajes de flamenca .

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