Grupos de Whatsapp de padres y madres, una herramienta de doble filo

Los grupos de Whatsapp de padres y madres no siempre cumplen con el objetivo de ayudar a las familias en el día a día de la educación de sus hijos. Compartir ideas, noticias, hacer consultas y preguntas puede resultar bastante incómodo cuando los miembros del grupo no respetan las normas. Unas reglas que muchas veces no dejan de ser solo implícitas y al no especificarse pueden dar lugar a muchos conflictos y malentendidos entre sus miembros. «Hay que tener muy claro el objetivo del grupo, usarlo para ello y poner normas de uso», comienza por explicar a ABC Sara Cobos , presidenta de Asociación Española de Coaching de Familia y Educativo (Aecofame). «Si somos respetuosos al usarlo y no se emplea para criticar, puede ser muy útil», añade.

Pero la realidad nos dice que muchas veces se sobrepasan los límites . «Al no ver a las personas que escribimos falta la empatía. Cuando no estamos cerca somos más duros y agresivos en nuestro lenguaje», subrayaba Cobos. Al hablar influye el tono, cómo nos expresamos, transmitimos emociones «y todo esto falta en el mensaje escrito», añade. Y en función de cómo nos comportamos en este tipo de grupos pueden ser nuestros propios hijos «los que busquen estrategias para evitar que sus padres se unan al Whatsapp de la clase. Ellos ven lo que hacemos», advierte la especialista en coaching. En los momentos más tensos aconseja a los padres a gestionar su forma de estar y dejar tiempo para enfriar esos roces . Al fin y al cabo, «estos grupos son un micromundo del macromundo en el que vivimos y reflejan la forma de comunicarnos».

Pero no sólo pueden surgir problemas entre los padres sino que también se dan casos de insultos o difamaciones a los docentes a través de estos grupos, tal y como ya ha denunciado el sindicato de profesores ANPE. Piden «respeto» a la hora de usar esta tecnología y han elaborado un decálogo para el buen uso de estos grupos.

Comienza por pedir que no se usen ni para criticar, insultar o difamar tanto a los docentes como a los padres, madres o alumnos. Y en caso de que ocurra, «intentar cortar esa actitud». Se incluyen también consejos prácticos como el de consultar antes de incluir a cualquier persona en el grupo o el de usar otros canales cuando tienes que solucionar un problema con el profesorado. Muchas veces hay quien olvida que este tipo de grupos se deben usar «para cuestiones que afecten a todos los alumnos/as». También se recuerda que se deben evitar el envío de fotos y vídeos y que es aconsejable no convertir el grupo en la agenda diaria de los hijos. Igualmente no conviene comparar lo que hace cada alumno porque «tienen un ritmo de aprendizaje diferente».

Desde la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa) tratan de restar importancia a las críticas que surgen hacia estos grupos. «Creo que cuando hay problemas es algo anecdótico y que se alarma demasiado. Criminalizar y ponerlo como algo negativo no es bueno», cuenta a ABC Leticia Cardenal , presidenta de Ceapa. Lo ve como algo muy positivo, y que por lo general los padres usan para pasar circulares o mensajes que llegan por esta vía más rápido. «No se suelen tratar temas trascendentales, nos ayudamos y en general es bueno al igual que los grupos que tienen los profesores», puntualiza.

En ocasiones se critica que al existir estos grupos los chicos se despreocupan más de sus obligaciones porque saben que en casa sus padres pueden preguntar qué mandaron en clase . «A veces no sabemos cómo actuar. Si no estamos pendientes de ellos nos critican y si lo hacemos nos dicen que les controlamos. Es algo paradójico. Pero las familias queremos lo mejor para nuestros hijos», resalta Cardenal.