¿Por qué son importantes los cereales para los bebés?

Esta pregunta es una de las más buscadas por los padres y madres en internet

S. F.

Los aspectos relacionados con la alimentación del bebé son una de las principales preocupaciones de los padres y madres españoles, según un informe elaborado por KPMG para Danone Early Life Nutrition. Ejemplo de ello es que, en esta categoría, la pregunta «¿Qué aportan los cereales para bebés?» es la más buscada en internet, solo por detrás de cuestiones relacionadas con la lactancia materna.

El intestino del bebé no presenta una completa madurez en el momento del nacimiento y éste se sigue desarrollando durante las primeras etapas de la vida. Es por ello que la introducción a la alimentación complementaria es un momento crucial en su desarrollo. Según la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátricas (ESPGHAN, por sus siglas en inglés)[1], el rango de edad óptimo para iniciar la alimentación complementaria e introducir cualquier alimento sólido o líquido que no sea leche materna o fórmula adaptada habitualmente es entre los 6 y los 24 meses de edad (lo que dependerá del tipo de alimento a introducir). No obstante, la alimentación complementaria no debe comenzar antes de los 4 meses ni más tarde de los 6 meses, siempre según el ritmo de crecimiento del lactante.

Siguiendo las recomendaciones de la ESPGHAN, durante el primer año los cereales se añadirán a la fórmula láctea que esté tomando. Asimismo, como la propia asociación indica, los cereales con gluten no deben introducirse antes de los 4 meses de vida , aunque tampoco existen evidencias de que sea preciso postergarlos más allá de los 6 meses. Los cereales sin gluten en forma de papilla son fácilmente asimilados por su aparato digestivo, además de ser una enorme fuente de nutrientes esenciales, como vitaminas y minerales. Además, los sabores suaves y delicados de cereales como el arroz, así como sus texturas más lisas y uniformes, facilitan el cambio de la leche a la introducción de nuevas sabores y texturas alimenticias .

Por otro lado, hasta los seis meses aproximadamente no se recomienda introducir cereales con gluten[2], con texturas más densas y rugosas, para reducir el riesgo de enfermedad celiaca , diabetes y alergia al trigo según la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPAP) y siempre siguiendo la recomendación del profesional médico correspondiente. A los seis meses el bebé empieza a probar también más sabores, gracias a la gran variedad de cereales disponibles y a la introducción de frutas y verduras en la dieta.

Azúcar

Los cereales son la base de una dieta equilibrada y saludable . Su variedad de sabores y texturas fomenta unos hábitos alimentarios beneficiosos, a la vez que los cereales sin azúcares añadidos en el desayuno están relacionados con un menor índice de masa corporal (IMC) de cara al futuro. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el IMC es un indicador simple de la relación entre el peso y la talla que se utiliza frecuentemente para identificar el sobrepeso y la obesidad en los adultos, por lo que a menor índice de masa corporal, menor riesgo de sobrepeso[3].

Tal y como explica Karine Faour, directora de Marketing de Danone Early Life Nutrition Iberia, «hoy en día, los padres y madres demandan productos más naturales, sin azúcares añadidos, conservantes, sal u otros . Al mismo tiempo éstos valoran la importancia de seguir una dieta rica en fibra, ya que les preocupa la salud digestiva de su bebé, sin por eso renunciar a la variedad y el sabor de los alimentos de los más pequeños.

Cuatro consejos ofrecidos por Danone para introducir la alimentación complementaria:

-Ambiente relajado y en familia. El momento de alimentarnos es también un momento social y una oportunidad para juntarse toda la familia entonces, ¿por qué no hacer que tu bebé también participe en estos encuentros? Para ello, las comidas deben realizarse en un ambiente relajado, sin distracciones como la televisión y sin prisas.

-En la mesa de los mayores. No solo es recomendable que participe en el momento de la comida familiar, sino también acercar su trona a la mesa con el resto para que pueda imitar y socializar con los mayores.

-Actitud positiva. Comer es agradable, por lo que si queremos que nuestro bebé aprenda a disfrutar de esta actividad aprovecharemos en los que esté contento. A la vez, introducir la alimentación complementaria es una fase que también precisa de dosis de paciencia extra por parte de los mayores, por lo que mantener una actitud positiva y no tirar la toalla son dos imprescindibles para superar esta nueva etapa con éxito.

-Platos y utensilios divertidos. Unos platos y utensilios para comer de colores vistosos y con dibujos llamarán su atención y harán la experiencia todavía más divertida, además de estimular su percepción visual.

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