Los diez mandamientos para conseguir el mejor bronceado sin dañar la piel

Preparar la piel en las lámparas de rayos UVA o protegernos solo cuando vamos a la playa son algunos de los graves errores

MADRID Actualizado: Guardar
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  1. Crema solar, imprescindible

    Una correcta aplicación del protector evita quemaduras y no interfiere en el bronceado
    Una correcta aplicación del protector evita quemaduras y no interfiere en el bronceado - FOTOLIA

    El protector solar debe aplicarse en torno a media hora antes de la exposición al sol, para que a nuestra piel le dé tiempo a absorverlo, en cualquier parte del cuerpo que vaya a recibir radiación y de forma uniforme. También en orejas y párpados, zonas que habitualmente se descuidan. Después, se debe renovar frecuentemente –los expertos recomiendan cada dos horas–, dependiendo de la graduación de la crema, y especialmente después de cada baño. Una correcta aplicación del protector evita quemaduras y no interfiere en el bronceado, en contra de la creencia extendida.

  2. Cuidado con las horas

    Se debe evitar la exposición al sol entre las doce de la mañana y las cuatro de la tarde
    Se debe evitar la exposición al sol entre las doce de la mañana y las cuatro de la tarde - FOTOLIA

    Los expertos recomiendan exponerse progresivamente para que la piel «se acostumbre», aumentando diez minutos cada día desde el primero, que no debe exceder los 15 minutos. El bronceado es un mecanismo de defensa de la dermis ya que ejerce un efecto de filtro de rayos UV y a los diez días la piel estará preparada para soportar el sol sin problemas. Eso sí, es importante evitar las horas en las que la radiación incide de forma intensa en la piel, esto es entre las doce de la mañana y las cuatro de la tarde.

  3. Lámparas de Rayos Uva

    Provocan daños irreversibles, aceleran el envejecimiento cutáneo y la aparición de cáncer
    Provocan daños irreversibles, aceleran el envejecimiento cutáneo y la aparición de cáncer - FOTOLIA

    Aunque existe la creencia de que las sesiones bronceadores con lámparas de Rayos UV ayudan a preparar la piel para su exposición al sol, los expertos aseguran que sólo provocan daños irreversibles, aceleran el envejecimiento cutáneo y la aparición de cáncer. Es mejor evitarlo.

  4. Especial precaución con menores

    La piel conserva la memoriade todas las radiaciones recibidas durante la infancia
    La piel conserva la memoriade todas las radiaciones recibidas durante la infancia - FOTOLIA

    No es conveniente exponer a una insolación directa a los niños menores de 3 años, y en las horas de débil radiación los expertos recomiendan protegerles con un fotoprotector de alta graduación a fin de preservar el mayor tiempo posible su capital solar. La piel conserva la memoria de todas las radiaciones recibidas durante la infancia y una exposición incorrecta eleva el riesgo de aparición de cáncer en la edad adulta.

  5. Protección, no solo en la playa...

    La piel puede quemarse realizando cualquier actividad al aire libre
    La piel puede quemarse realizando cualquier actividad al aire libre - FOTOLIA

    Aunque existe una concienciación cada vez mayor sobre la protección de la piel ante el sol, la mayoría de las veces solo se recurre a cremas solares cuando se planea pasar un día en la playa o en la piscina. Sin embargo, la piel puede quemarse realizando cualquier actividad al aire libre: montando el bicicleta, paseando, realizando deporte, en el jardín... Y en todas ellas es recomendable aplicarse protector.

  6. Gorra y galas de sol

    Las gafas de sol reducen hasta en un 95%la incidencia de los rayos ultravioletas
    Las gafas de sol reducen hasta en un 95%la incidencia de los rayos ultravioletas - FOTOLIA

    Durante los meses de verano, la visión al igual que la piel se encuentra expuesta a una incidencia solar elevada. Para evitar lesiones oculares, los expertos recomiendan utilizar gafas de sol –eso sí, no cualquiera, han de estar homologadas para que filtren los rayos UVA y UVB–, puesto que reducen hasta en un 95% la incidencia de los rayos ultravioletas. A los niños, además, se les debe proteger con una camiseta seca y opaca, ya que las camisetas mojadas dejan pasar los rayos UV.

  7. Las nubes no evitan la radiación

    Las nubes o el viento crean falsa seguridad que conlleva un riesgo complementario
    Las nubes o el viento crean falsa seguridad que conlleva un riesgo complementario - JOB VERMEULEN

    No hay que fiarse de las circunstancias que comportan una falsa seguridad, ya que en realidad lo que conllevan es un riesgo complementario: la altitud, la nubosidad, el viento fresco..., Las personas que se exponen al sol olvidan con frecuencia protegerse en estas situaciones porque la sensación de calor es menor. Además, las superficies reflectoras, como en el caso de la playa la arena o el agua, en el campo la hierba, o la nieve, aumentan la incidencia del sol en la piel.

  8. El agua favorece las quemaduras

    Las gotas de agua en el cuerpo ejercen un «efecto lupa» que favorece las quemaduras
    Las gotas de agua en el cuerpo ejercen un «efecto lupa» que favorece las quemaduras - FOTOLIA

    Es habitual salir del agua directos a la toalla para secarnos al sol, sin embargo, hacerlo con la toalla después de cada baño es importante para eliminar las gotas de agua que quedan en el cuerpo y ejercen un «efecto lupa» que favorece las quemaduras solares y disminuye la eficacia de los protectores solares aunque estos sean resistentes al agua.

  9. Beber agua para evitar la deshidratación

    Beber agua es más importante en personas mayores cuya sensación de sed está atenuada
    Beber agua es más importante en personas mayores cuya sensación de sed está atenuada - FOTOLIA

    El sol deshidrata nuestro organismo, por lo que los expertos recomiendan beber agua en abundancia y frecuentemente para suplir esa pérdida. A la mayoría nos lo pide el propio cuerpo, pero esto cobra especial importancia en personas mayores, cuya sensación de sed está atenuada, y en los niños, cuyos centros de termorregulación son todavía inmaduros.

  10. Vigilar los cambios en pecas y lunares

    Acudir al especialista si cambian de color o forma, pican o duelen, sangran o se ulceran
    Acudir al especialista si cambian de color o forma, pican o duelen, sangran o se ulceran - FOTOLIA

    La mejor forma de luchar contra el cáncer de piel es la prevención, y para ello conviene examinarla con cierta continuidad. Esto implica tomar nota de todas las manchas del cuerpo, lunares y pecas, que en la mayoría de las ocasiones aparecen a lo largo del tiempo. Si cambian de color o forma, pican o duelen, sangran o se ulceran, los expertos recomiendan acudir de inmediato a un especialista para que analice su estado y descarte posibles melanomas.

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