Cómo prevenir las varices en el embarazo

Se estima que más del 30% de las mujeres desarrollarán insuficiencia venosa durante el primer embarazo

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El riesgo de desarrollo de enfermedad venosa (EVC) e insuficiencia venosa crónicas (IVC) en el embarazo se incrementa notablemente hasta un 500%, según asegura la doctora María Rubia, especialista en flebología de Clínicas Cabrera. De esta forma, se estima que más del 30% de las mujeres desarrollarán insuficiencia venosa durante el primer embarazo.

En concreto, el aumento de la presión abdominal y el aumento en los niveles circulantes de progesterona (una hormona) son dos factores muy importantes subyacentes al desarrollo de las varices en el embarazo, aunque esta especialista asegura que también hay otras causas importantes:

—El aumento de la presión abdominal dificulta el retorno venoso de las extremidades inferiores debido al aumento de tamaño del útero. Este factor es especialmente relevante en el último trimestre cuando el aumento de tamaño del útero comprime las grandes venas a nivel abdominal, en especial la vena cava. El aumento de la presión abdominal produce también una compresión de las venas pélvicas que lleva a su dilatación prolongada y dificultad en el retorno venoso de las mismas y de las venas procedentes de las extremidades inferiores.

El aumento en el volumen de sangre que se produce en el embarazo dificulta aún más la circulación venosa.

—Por otro lado, el aumento de tamaño y la ganancia de peso de la madre dificultan la actividad física en este periodo donde se favorece el reposo y la vida sedentaria.

—Finalmente está el aumento de los niveles circulantes de progestágenos (progesterona). Este factor es especialmente importante durante el primer trimestre de embarazo. La progesterona actúa como vasodilatador de las paredes de las venas mientras que los estrógenos producen un aumento del flujo de sangre a las extremidades inferiores.

—Otra hipótesis plausible que explicaría la formación de varices en el embarazo sería la debilidad de las paredes de las venas que se aceleraría por el aumento de los niveles de estrógenos y progesterona. La predisposición genética (o familiar, factor hereditario) de debilidad en las paredes de las venas facilita la dilatación progresiva de éstas con el consecuente fallo de las válvulas venosas que serían incapaces de cerrar completamente permitiendo el flujo retrógrado de sangre.

Además de estos factores, la preexistencia de disfunción de las válvulas venosas puede contribuir a una mayor dificultad de retorno venoso y a empeorar el cuadro de varices.

También se ha demostrado que la sintomatología empeora con embarazos sucesivos. En un estudio se vio que las venas varicosas se desarrollaban tras el embarazo en el 40,5% de mujeres pero un alto número de ellas (38,2%) destacaban también la llegada de la menopausia como factor causal inicial.

Llegada de la menopausia

Estos hechos junto con las evidencias comentadas en párrafos anteriores llevan a sugerir que las varices son más comunes en mujeres (y sobre todo en edad avanzada). Además, parece que el riesgo es también mayor en mujeres multíparas en comparación con mujeres que sólo han tenido un embarazo y que un 28% de mujeres asintomáticas para varices antes de su embarazo las desarrollaron durante la gestación.

«Lo que no está del todo claro, aunque las evidencias apuntan a ello, —prosigue María Rubia— es que parece que el embarazo actúa como “catalizador”; es decir, acelera el desarrollo de varices en aquellas personas susceptibles o con una predisposición genética, ya que parece que el embarazo per se, no es un factor de riesgo independiente (no todas las mujeres embarazadas desarrollan varices)».

Las varices desarrolladas durante el embarazo tienden en un porcentaje importante de mujeres a disminuir en gran medida llegando a desaparecer o resolverse (sus manifestaciones clínicas son más suaves, menos severas) sin ayuda de ningún tratamiento o intervención más allá de las medidas higiénicas que incluyen el llevar medias de compresión tras finalizar el embarazo.

Esta especialista en flebología explica además que las varices en las piernas durante el embarazo pueden aparecer varices en la vulva y la vagina. Las varices vulvares pueden ser desde pequeñas y poco sintomáticas a grandes y muy sintomáticas aunque no son graves.

Medidas para mejorar

Las medidas para mejorar los síntomas y progresión de las varices durante el embarazo:

• Utilizar medias de compresión reduce el riesgo de aparición de grandes varices aunque no de arañas cutáneas. También ayudan a mejorar los síntomas secundarios a las varices como pesadez de piernas, dolor, cambios cutáneos o hinchazón

Elevar las piernas 3/4 veces al dia, evitar estar de pie o sentadas por largos periodos de tiempo

• Caminar y evitar el sedentarismo

Controlar el peso

Evitar el estreñimiento

• Las varices no deben tratarse de forma invasiva (ni con microespuma ni con ningún otro método) durante el embarazo salvo en circunstancias muy concretas como hemorragias secundarias a las mismas difíciles de controlar

• La eliminación de las varices tampoco se debe realizar inmediatamente después del parto. En primer lugar porque en un porcentaje importante mejoran tras el parto y en los meses siguientes y también porque no se recomienda su tratamiento durante la lactancia.

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