Las tres preguntas que confirman que tu hijo es un adolescente conflictivo

Existen varios indicadores que avisan sobre la posible existencia de un problema con el o la menor de la casa

Carlota Fominaya

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¿Cómo puedo identificar si mi hijo/hija presenta algún factor de riesgo para convertirse en un adolescente conflictivo? Para Jordi Royo, director del grupo de escuelas terapéuticas Amalgama7, es posible saberlo tan solo con hacerse tres preguntas básica pero «hay que observar y diferenciar si ciertos comportamientos son de carácter psicológico, físico, o responden a ambos a la vez». Para Royo, es «importante saberlo cuanto antes para poner las medidas adecuadas y no llegar a la violencia filioparental que muchos padres han vivido durante el confinamiento».

Para saber si su hijo tiene trazas de ser un adolescente de riesgo hay que hacer , explica, la siguiente ecuación: « La primera pregunta sería cuál es el rendimiento del niño en su tarea principal, que es la escuela. La segunda , cómo gestiona su tiempo libre: si hace extraescolares, música, deporte o está pasivo delante de las pantallas. Y la tercera es cómo gestiona su dinero de bolsillo». «Si tú como padre o madre de un niño adolescente das respuestas positivas a estras tres cuestiones -asegura- puedes estar tranquilo: tu hijo está pasando una buena adolescencia. Si no puedes responder positivamente a una de las tres o las tres, tenemos un problema», asegura este psicólogo.

«Se trata de chavales que son como el eslogan de una entidad bancaria: lo veo, lo quiero, lo tengo. El adolescente ve un móvil, unas deportivas, un tatuaje, un piercing… Y es normal que lo quiera. Otra cosa es si puede tenerlo o no, si lo necesita o no lo necesita... Los progenitores pueden decir: "entiendo que quieras este móvil y ahora no te lo puedo comprar pero escucha, termina el curso y veremos" o "vamos justitos de dinero y tenemos que esperar a Navidad" o "pregúntate si lo necesitas". Los adolescentes que no entran en estos argumentos y que responden al patrón de "lo veo, lo quiero y lo tengo a toda costa" sin preguntarse si lo necesitan tienen un problema», insiste.

Ahora bien, sugiere Royo, «los padres deben acudir a profesionales para saber diferenciar si esas actitudes son consecuencia de un trastorno o el trastorno es educativo, o es consecuencia de la suma de los dos, porque la intervención en cada caso será distinta».

Si tu hijo ya ha crecido...

Junto con el rendimiento escolar bajo y la tendencia al abuso de las nuevas tecnologías , se pueden observar otros indicadores que avisan sobre la posible existencia de un problema con el o la menor de la casa y que pueden ser, tal y como añade este experto, «la desmotivación ante cualquier actividad, especialmente la relacionada con la docencia, el déficit de atención, dificultades en su rol dentro de la convivencia familiar, consumo de sustancias adictivas, aislamiento social y familiar, exposición recurrente e insistente en redes sociales , presencia de violencia física y/o psíquica entre hermanos o progenitores o la presencia de otras patologías psíquicas como psicosis o depresión».

Ante cualquier señal de alarma de las anteriormente descritas, insiste en recomendar el director de Amalgama7, «es aconsejable que los progenitores, tutores o responsables del menor se pongan en contacto con profesionales especializados en adolescentes con problemas de comportamiento y procedan a su abordaje».

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