Los riesgos que no te habías planteado de la educación emocional

El autor de «La educación de las fortalezas» señala ciertos peligros de transmitir a los hijos «mensajes con exceso de optimismo y positividad»

Laura Peraita

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Largo y tendido se ha hablado sobre las bondades de educar en emociones a nuestros hijos. Sin embargo, es muy prudente que los padres, y educadores, tengan en cuenta la «cara B» de no hacerlo correctamente. «El problema —tal y como apunta Toni García, maestro de Primaria y autor de "La educación de las fortalezas: manual práctico con casos reales"— es que se tiende a confundir esta educación con una especie de formación en felicidad . Y no es así ».

Explica que este exceso desmesurado de positivismo, que se puede llegar a obtener mediante frases tipo «tú puedes conseguir todo lo que te propongas», «si te esfuerzas, lo logras», están muy bien para motivar a nuestros hijos, «pero hay que completar el mensaje con la segunda parte y es el esfuerzo que hay que realizar para alcanzar eses fin. Yo siempre pongo el ejemplo de Rafa Nadal, al que vemos siempre levantando una copa, por lo que los niños solo ven su éxito. Pero para llegar a él, el deportista ha tenido muchas horas de entrenamientos, madrugones, dolores musculares, partidos con dolor... Y es que no hay éxito sin heridas y nuestros hijos deben saberlo. Es muy importante que los padres se lo trasmitan a sus hijos. Hay que enseñarles el camino hasta la meta».

De lo contrario —prosigue el maestro de Primaria— «cuando los niños intenten lograr un objetivo y lo lleguen a él sentirán una gran frustración porque están acostumbrados a ver y escuchar que todo es fácil . Pensarán que, si no lo logran, el problema es suyo, y no es del todo cierto, porque no se puede conseguir todo —ya que depende de muchos factores—, pero ellos desconocen este último mensaje porque nadie se lo ha dicho».

Por ello, el autor recomienda no dar mensajes tan generalistas «y ser más realistas porque por mucho que a un niño le guste el baloncesto, quizá nunca llegue a jugar en la NBA aunque sea su gran ilusión. Lo normal no es que la vida nos dé grandes éxitos, más bien nos da golpes, y hay que saber que pueden llegar para estar preparados y saber sobreponernos. Cuanto menos sufran, mejor».

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