El reto que sí puedes conseguir este nuevo año: acabar con los gritos en casa con sencillos pasos

Amaya de Miguel, fundadora de la Escuela de padres Relájate y Educa, explica cómo lograr la calma en la convivencia familiar

Laura Peraita

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Dejar de fumar, hacer deporte, ponerse a dieta... El año nuevo siempre se convierte en un punto de inflexión para cambiar un hábito con el ánimo de mejorar nuestra vida. Y, ¿por qué no plantearse dejar de gritar en casa? «Aunque muchas familias no lo quieran reconocer públicamente en un hogar, en unos más que en otros, siempre hay gritos. Es ley de convivencia relativa, es "normal" hacerlo, pero no es necesario si se tienen en cuenta varios aspectos», apunta, Amaya de Miguel, fundadora de la Escuela de padres Relájate y Educa .

Lo primero que hay que hacer es ser realista y muy consciente de que se puede conseguir, pero para eso hay que tener determinación y, después, un sistema adecuado y planificado para no caer en la tentación de gritar. Es como el que se pone a dieta que, primero debe estar seguro de querer hacerlo y, segundo, adoptar ciertas medidas como, por ejemplo, no comprar chocolate porque, si lo hace, será más fácil comerlo.

Amaya de Miguel explica que « los padres marcan el tono de la casa y los hijos actuarán en consecuencia se dirigen a ellos con voz bonita y cordial aunque sea para reprenderles una acción. «En las familias está normalizado hablar a gritos, pero en cuanto se cambia el tono y se buscan otras fórmulas todo cambia en el hogar. Es como hablar en otro idioma».

Hay muchas alternativas a las voces. «Por ejemplo, si el niño no quiere dejar de ver la tele, en vez de gritarle para que la apague, se puede optar, lo primero, por acercarse a él y ponerse a su altura para que nos mire a los ojos mientras le damos instrucciones . Además, hay que dejarle claras las normas: en casa solo se ve la tele media hora antes de la cena. Y hay que ser firmes. Es una decisión indiscutible por lo que el niño sabe a lo que se debe atener. Si aún así sigue en su empeño de no apagarla se puede pensar en esas alternativas a los gritos: cantarle una canción a modo de distracción para que se retire del televisor, coger un objeto, como por ejemplo un calcetín y que se el propio calcetín con el movimiento de vuestra mano el que le diga que le dé el mando... El juego es una herramienta educativa muy valiosa que ayuda a minimizar conflictos y que contribuye a que te vean como un líder».

Esta experta también aconseja ser coherente con el compromiso. Es decir, no hacerlo un par de días y luego dejarlo. Hay que ser constantes para consolidar los resultados —al igual que ocurre con el ejemplo de la dieta—. Y, también destaca como «muy importante cuidarse a uno mismo. Si el padre o la madre están estresados por el trabajo, la casa, el coche, los niños, los suegros... resultará mucho más fácil que estallen ante un pequeño conflicto. Pero, si se dedican a ellos mismos, a tener pequeños ratos de calma a simplificarse la vida de forma rigurosa, el tiempo con sus hijos será de mayor calidad y los gritos podrán quedar desterrados y, lo más importante, los beneficios de no gritar no son para los hijos, son para toda la familia».

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