Respetar normas y obedecer a los padres... ¡Ahora por contrato!

Un grupo de expertos ha creado un acuerdo para fomentar la relación entre padres e hijos

Labe Abogados
Alejandra González

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No siempre llueve a gusto de todos, sobre todo cuando se trata de negociar las normas en casa . Suele ser un tema conflictivo y de compleja negociación entre padres e hijos, ya que el punto de vista de unos no coincide, a veces, con los de otro. Gritos, enfados, castigos... , todo es válido si se incumple lo que los adultos han pautado. Estas indicaciones, en la mayoría de los casos, se establecen hablando, sin ningún papel de por medio.

Para solventar este problema en los hogares, un grupo de abogados (expertos en el ámbito familiar) ha creado «la solución». De forma creativa. Diferente. Así se ha elaborado un «contrato» para fomentar las buenas relaciones entre padres e hijos , donde ambas partes deben saber cuáles son sus derechos y obligaciones en el día a día de un hogar. Los especialistas –de Labe Abogados– pretenden resaltar, con este documento, el rol de cada miembro dentro del núcleo familiar.

«Todos los padres tienen la obligación de proteger a sus hijos, cuidarlos, alimentarlos, darles una educación... Todo menor, a su vez, tiene el deber de respetar y obedecer a sus progenitores. Sin embargo, las obligaciones y responsabilidades que ello implica pueden no ser tan claras. Por ello pensamos en redactar un contrato para que cada familia pueda adaptar sus necesidades», señala Javier de Cabo , abogado y creador del documento.

Se trata de una serie de pautas basadas en los derechos, las obligaciones de cada uno y, «lo que es más importante, el amor y el respeto entre los distintos miembros de un hogar», continúa el especialista. No tiene validez jurídica, pero se presenta como una oportunidad de concienciar a los menores de sus compromisos. «Plasmarlo por escrito refuerza la autoridad que ejercen los padres», insiste De Cabo. «También es una forma de sensibilizar a los adultos de la educación de los pequeños», apunta.

Deberes para todos

El contrato no solo abarca las obligaciones, sino las reglas de convivencia en el día a día. Los expertos han elaborado dos modelos, donde existen fases diferenciadoras: la niñez ( niños de 7 a 12 años ) y la adolescencia ( de 13 a 17 ). «Lo ideal es que se empiece a concienciar del compromiso con la familia antes de la etapa adolescente, ya que una vez sumergidos en esta es más complejo asumir las obligaciones », asegura el experto.

En ambos documentos se hace hincapié en el consumo de fruta, verdura, carne, pescado o de refrescos que se tiene que hacer a la semana. En cuanto a la salud , existen diferencias entre un contrato y otro. Mientras que el «de los pequeños» pauta las horas de sueño, de bañarse o de cepillado de dientes, los adolescentes cuentan con realizar deporte a la semana o evitar el consumo de alcohol y drogas.

A nivel de estudios y tiempo de ocio , el texto especifica los momentos de estudio, de televisión, de juego durante la semana y el fin de semana, la edad para tener el primer móvil (en el contrato de los pequeños) o las horas y días para salir de fiesta –para los adolescentes–.

El punto común se establece en los ratos en familia , donde se debe compartir momentos con los padres, ayudar a los hermanos (si se tuviesen), colaborar en las tareas del hogar o participar en reuniones familiares.

Patria potestad

El documento recoge por último el ejercicio de la patria potestad que ejercen los progenitores. «Es importante que los hijos comprendan y tengan claro que solo los padres están facultados para tomar decisiones. Es decir, derecho a tener la última palabra », subraya el contrato.

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