«Para criar con apego seguro debemos ser el refugio de nuestros hijos»

Jara Acín es coautora, junto a Iñaki Pastor, del libro «Ayúdale a despegar»

Carlota Fominaya

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Últimamente se habla mucho del apego padres e hijos pero... ¿Qué es exactamente el apego o vinculación con nuestros hijos? «Mucha gente pensará que esto es algo natural, o que es darle al niño el pecho en la calle, pero el vínculo es mucho más que eso», apunta Jara Acín, coautora, junto a Iñaki Pastor, del libro «Ayúdale a despegar» . De hecho, apunta, el apego es probablemente «el vínculo más determinante que establecemos durante la vida» . «Se genera entre un bebé y su cuidador principal (biológicamente preferente la madre), y responde a la inmadurez con la que venimos al mundo: el objetivo del apego es sobrevivir, es decir, que el recién nacido tenga sus necesidades cubiertas (calor, alimento, cobijo…). Es una cuestión de supervivencia , porque si los bebés no aprenden a activar el cuidado de sus figuras de apego, o si estas figuras no sienten la motivación intrínseca de cuidar particularmente de su prole, no podrían salir adelante», aclara Acín.

Es verdad, reconoce, que el apego tiene que ver «con una sólida disponibilidad emocional, con la consistencia en el sostén, con la atención personalizada, con la sensibilidad… y esto puede darse en todos los escenarios posibles: con teta, biberón, colecho, cuna, porteo o carro. Hay muchos mitos respecto a la «crianza con apego» pero, como en el Principito, «lo esencial es invisible a los ojos».

Entonces, ¿qué significa criar con apego seguro? No se trata solo de pensar tiempo con ellos, más bien de que haya sintonía, ¿no?

La seguridad en el apego viene de la mano de un buen trabajo personal previo por parte de los progenitores . Todos sufrimos experiencias adversas, o recibimos modelos parentales mejorables. Por eso, es importante poder hacer un trabajo personal previo que facilite herramientas para poder manejar nuestras propias emociones (para así poder manejar las de nuestros hijos e hijas, para ser un sostén más consistente, para poder acompañarles cuando se desborden, nos reten, o estén pasando un duelo). Debemos ser su refugio, que sientan que somos su base segura desde la que explorar. Y eso solamente está relacionado con la sintonía y el buen acompañamiento emocional.

¿Cómo crear un entorno de amor y seguridad para tu hijo? ¿cómo crear esa base segura?

La sensibilidad es un elemento fundamental: para poder estar atentos a las necesidades del bebé o del niño, para poder ofrecerles respuesta, es necesario tener recursos «de sobra». Si estamos resolviendo nuestros propios conflictos internos, traumas no resueltos, duelos atascados, nivel de estrés elevado,… no tendremos «energía emocional» de sobra para poder sintonizar y ocuparnos de las necesidades de otros. Es decir, el primer paso sería adquirir recursos de gestión emocional que nos permitan poder estar «para nuestros hijos», disponibles cuando acuden a nosotros, atentos cuando no lo hacen, y brindar una base consistente que les proporcione seguridad.

Dice usted que el apego es enemigo de la variabilidad. ¿En qué sentido?

El apego seguro es enemigo de todo lo que genere incertidumbre. Establecer una base segura es el objetivo de los primeros meses de vida. Para ello, la consistencia es esencial: el bebé debe obtener las mismas respuestas a las mismas demandas para poder establecer una expectativa sobre lo que ocurrirá. El establecimiento del apego consiste en aprender a activar el cuidado por parte de nuestros progenitores o cuidadores. Las estrategias que se ponen en marcha generan distintos efectos en función de los cuidadores (algunos responden rápido cuando el bebé llora, otros se angustian, otro deciden ignorarlos…) esto genera un aprendizaje profundo en el bebé, cuya misión fundamental en esos primeros meses es aprender a sobrevivir y, para ello, debe aprender cómo conseguir que los adultos de alrededor cubran sus necesidades.

Por eso, es fundamental que seamos explícitos acerca de lo que va a suceder, que cumplamos nuestra palabra, que seamos auténticos a la hora de expresar nuestras emociones, que demos las mismas respuestas a sus conductas, que sepa qué esperar. A mayor consistencia más seguridad , que es la base desde la que, a partir del año, comenzarán a explorar.

¿Qué tipo de información le da el apego a un niño? ¿Cómo interviene en nuestra forma de vincularnos a lo largo de la vida?

El vínculo de apego proporciona al bebé toda la información sobre quién es, sobre qué se puede esperar de los demás, y qué esperar del mundo. En el primer caso, el autoconcepto se va tejiendo desde el inicio a través de la «mirada», en sentido complejo, que nos devuelven sobre nosotros mismos, así como de las palabras y gestos que nos dedican. Si eres un bebé y tus cuidadores están muy desbordados, reaccionan con mucho estrés al llanto, sus cuerpos se tensan al cogerte porque sienten que no saben como calmarte… por ejemplo, es fácil que empieces a sentir de forma profunda que eres «inmanejable», que eres una carga o una molestia. Eso sucede porque cuando estamos ante una situación de amenaza para nuestro bienestar emocional, se activa nuestros propio apego -sí sí, en los adultos-, y más que cuidar, necesitaríamos que nos cuidaran, y por eso no estamos pudiendo ser base segura para ese bebé.

En segundo lugar, es posible que aprendas que no es posible encontrar sostén y consuelo en los demás, que se abrumarán su expresas tus necesidades, por tanto, perderás la confianza en que la relación diádica (como la de pareja, en un futuro), sea fuente de calma y co-regulación.

En esa línea, usted dice en su libro que puede llegar a influir a esa personita a la hora de elegir sus parejas, sus amigos. ¿Cómo es posible?

¡Naturalmente! El apego ejerce un papel muy directo. Los aprendizajes dentro de la relación de apego programarán nuestra forma de estar en el mundo y nos llevarán a tejer relaciones que nos resulten familiares, que respondan a esa expectativa que hemos adquirido sobre el mundo y los demás; todo lo que sea poco familiar, nos hará sentir incómodos. Por eso, si no hacemos psicoterapia, es muy probable que reproduzcamos los mismos patrones en la pareja, y también como figuras de apego.

También apunta en su obra que las dificultades en el apego pueden llegar a confundirse con el TDAH.

Investigaciones recientes muestran de forma clara, a través de pruebas de neuroimagen, que el desarrollo del cerebro se ve afectado anatómica y funcionalmente cuando hay trauma de apego. No estoy hablando de tener un apego de tipo inseguro, un altísimo porcentaje de la población mundial lo tiene, sino de situaciones de exposición a abuso y/o negligencia emocionales o físicos.

En las pruebas se ve cómo en casos de abandono emocional o abuso emocional sostenido (insultos, desprecios, rechazo,…), casos de abandono temprano donde no se pudo establecer un vínculo seguro con nadie (ni progenitores ni cuidadores en orfanatos, por ejemplo, y no es posible aprender a regularse -a calmarse de forma adecuada-), se ven afectadas distintas áreas del cerebro, entre otras, áreas relacionadas con la memoria (como el hipocampo), o con funciones ejecutivas implicadas con la atención y la memoria de trabajo (zonas del área prefrontal fundamentalmente). Afecta también a la capacidad de procesar información, por ejemplo. Los menores que han presenciado violencia explícita es decir, que la han visto, presentan en ocasiones dificultades en el procesamiento de la información visual.

Sucede igual en otras áreas como la auditiva. El cerebro es un órgano muy delicado y muy complejo, y la exposición a circunstancias adversas en periodos sensibles genera efectos a largo plazo . Algunos de ellos pueden confundirse con cuadros como el TDAH, porque en ambos casos están comprometidas la atención, la memoria, la organización, la planificación, la gestión del tiempo, o la capacidad de regulación mental y corporal, que implica elevada impulsividad y movimiento.

¿Cómo identificar los estilos de apego?

Es extraordinariamente complejo, porque no solamente existen cuatro tipos ( Seguro, Ambivalente, Evitativo y Desorganizado ). Cuando se estudia en profundidad, se establecen patrones extraordinariamente complejos, que perfilan con detalle los Modelos Operativos Internos de cada persona, es decir, como funciona, cuales son las claves de su funcionamiento vital. Para que podamos dimensionar, la formación de cuatro años de duración que hice con la Profesora Mary Main que es la referencia mundial en apego, y ha sido lo más desafiante de mi vida académica.

Entonces me preocupa que como el apego «está de moda», surgen expertos en apego debajo de las piedras, personas que en cuatro frases ya se apresuran a identificar cual es el estilo de apego, o incluso aplicaciones para «autoanalizarte» cómodamente desde casa. Esto es trágico y grave, porque el apego, como decimos, estructura nuestra vida, y tiene efectos transgeneracionales. Para trabajarlo, para poner conciencia en ello, debemos estar en manos de profesionales verdaderamente especializados, pedirles que nos expliquen cómo se han formado, porque estamos poniendo nuestro cerebro en sus manos y, desde luego, también el de nuestros hijos e hijas.

¿Qué ocurre cuando no hay una base segura?  

Los bebés exploran menos, se reduce su curiosidad hacia las personas o el medio, son más temerosos, tienen más dificultad en la separación… más adelante, pueden interpretan las situaciones sociales como fuente de ansiedad, viven con mucha angustia los conflictos con otras personas, tienen dificultad para manejar sus emociones, su autoestima se ve afectada (pensamientos negativos sobre su propia valía), vemos ausencia de habilidades de regulación (no habrán podido interiorizar recursos de calma)…

Si no has sido capaz de (qué tal: si no ha sido posible …) crear ese apego seguro, por fortuna, luego se puede evolucionar al «apego seguro adquirido»? 

Absolutamente: la calidad del apego es algo que se puede reparar durante toda la vida, y está en nuestra mano, tanto si queremos trabajar sobre nuestro apego, como sobre el vinculo que ofrecemos a nuestros hijos. De hecho, cuanto más sanemos nuestro propio apego, mejor vínculo podremos ofrecer a las siguientes generaciones. Ese es un trabajo trascendente, porque la epígenetica demuestra que el trauma de apego es transgeneracional (eso para otro artículo jaj). La posibilidad de establecer relaciones sanas otros figuras (abuelos, tías, profesores, e incluso amigas) y, sobre todo, el trabajo personal en psicoterapia, son dos elementos que permiten avanzar hacia un apego más seguro.

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