«Los padres deben evitar el consumo habitual de alcohol delante de los hijos»

La psicóloga Pilar Conde advierte sobre la tolerancia social en torno a la bebida

S.F.

«Un vasito de vino a la hora de comer es bueno para la salud cardiovascular», «Vamos a tomar una cerveza y verás como te sientes mejor» e incluso «No me fío de la gente que no bebe», son frases que forman parte del acervo popular y que se continúan usando, sin importar el lugar, el medio ni la clase social.

Se trata de verbalizaciones de la tolerancia social frente al alcohol , una sustancia que, según la OMS, es responsable de tres millones y medio de muertes al año , no sólo por enfermedad, sino también por accidentes causados por su consumo excesivo.

En España, la relación entre los decesos y la bebida también tiene un número: 37.000, según «The Lancet», 25.000 hombres y 12.000 mujeres, que perdieron la vida por este motivo en 2016. Junto a ello, el alcohol provoca enfermedades , depresión, aislamiento social, traumas derivados de accidentes y más. ¿Por qué, entonces, beber sigue siendo una de las actividades que más se realizan en tiempo de ocio?

Para la psicóloga Pilar Conde, el consumo es eminentemente social y «ayuda a disfrutar de las interacciones sociales y del ocio, sobre todo en contextos de celebración, comidas, cenas y fiestas en general».

El no consumidor, añade, sigue percibiendo por parte del entorno, cierto rechazo. En este sentido , cuando se es joven, la dinámica de grupo influye en el consumo temprano , debido a la presión por integrarse y no sentirse ni ser rechazado.

Este es uno de los motivos, explica la directora técnica de Clínicas Origen, de que los jóvenes, a veces adolescentes, comiencen a beber sin ni siquiera desearlo. Otras razones pueden ser la necesidad de aliviar tensiones y emociones, de desinhibirse y para potenciar la diversión.

Ocurre, sin embargo, que el alcohol es un depresor del sistema nervioso , por lo que «el consumo llevado a niveles severos, puede vincularse a estados depresivos. Por otro lado, utilizarlo para enmascarar ciertas emociones de manera recurrente, puede llevar a no gestionar y procesar las emociones, retrasando la madurez emocional y el responsabilizarse de los propios actos».

Otra responsabilidad es la de los adultos a la hora de educar con el ejemplo . Considera la terapeuta que los padres no deberían normalizar la bebida delante de los niños: «intentando consumir de manera esporádica, para que no se normalice el consumo de manera diaria, y realizando un consumo controlado y moderado».

En definitiva, educar con el ejemplo y no contribuir a la permisividad, la influencia de grupos y la aceptación social, razones que se encuentran detrás del consumo de los jóvenes.

Otras actividades

En casa no sólo se trata de vigilar, hay que prevenir, por lo que no sólo hay que ser buenos modelos sino también potenciar actividades esporádicas o diarias que no estén asociadas el consumo de alcohol . El deporte es, sin duda, el mejor aliado.

Reforzar su autoestima y su seguridad será también vital para alejarles de la bebida: que se sientan libres y tranquilos en sus relaciones sociales, que no se cohiban, que bailen, que disfruten de la vida social desde pequeños para que en la adolescencia no necesiten el alcohol como refuerzo.

En caso de que sorprendamos a nuestros hijos llegando borrachos a casa , lo mejor es, según la psicóloga de Origen, esperar al día siguiente para actuar y hacerlo con medidas restitutorias con respecto al daño causado. Es importarte amonestarles y «aplicar las consecuencias que se hayan estandarizado en caso de llegar en esas condiciones a casa».

Por último, se debe estar alerta en relación a la reiteración de este comportamiento. Si se llega a casa ebrio en más de una ocasión o en días sucesivos, empieza a existir un peligro serio de adicción . Puede ser una señal de que algo sucede y, «dado que está utilizando el alcohol de manera inadecuada, provocando daño a su persona, podría haber ciertas necesidades psicológicas que no está gestionando de manera adecuada y las cubre con el consumo abusivo del alcohol». Es muy importante en este punto -finaliza- intervenir.

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