«No hay camas suficientes en los hospitales de ninguna comunidad para atender la salud mental de los adolescentes»

Celso Arango, presidente de la Sociedad española de Psiquiatría, explica que es necesario dar visibilidad a la depresión, una enfermedad de la que se habla muy poco y que, incluso, se oculta en muchas familias

Laura Peraita

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Según Celso Arango, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP) , la pandemia y el confinamiento han afectado en gran medida a los preadolescentes y adolescentes «y el problema es que no hay camas suficientes en los hospitales de ninguna comunidad autónoma del territorio español. Se espera que la incidencia de los trastornos mentales aumente un 20%, tomando de referencia los datos registrados tras la última crisis económica», tal y como ha apuntado durante la presentación de “La travesía de Elena” , una experiencia virtual impulsada por Lundbeck en el marco de la III edición de la campaña #DeLaDepresiónSeSale .

En el caso de las familias con hijos menores y adolescentes, el presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría, apuntó que es importante que los padres estén atentos «y tengan momentos de conversación para poder detectar cualquier cambio de comportamiento en ellos como tristeza, aislamiento, dejr de salir con amigos para encerrarse en su habitación, bajar el rendimiento académico... Hay que darles facilidades para que se expresen y la cena en familia es uno de los mejores momentos para ello. Hay estudios que dicen que las familias que cenan juntos consiguen que el acoso escolar no afecte a su hijos». Aún así, si los hijos hablan de la muerte o tienen cortes en su cuerpo, pellizcos u otro tipo de lesiones, «se trata de un grave problema y se debe acudir sin demora al médico. En ningún caso deben confundirse con que son cosas de la edad».

Una enfermedad silenciosa

Durante el acto quedó patente que la depresión es «una enfermedad desconocida, silenciosa y sorda —reclacó José Manuel Dolader, director de la asociación La Barandilla — porque cuando alguien la sufre entra en un dolor profundo y, en muchas ocasiones, prefiere ocultarlo hasta a su familia porque considera que, de lo contrario, se convierte en una carga porque les traslada el problema y les perjudica. Concretamente, el 30% no lo hablan con la familia. Toman una decisión errónea de callar. Lo importante es contarlo, darlo a conocer y buscar ayuda profesional porque la buena noticia es que de la depresión se sale».

La puerta d entrada a la solución está en lso médicos de atención primaria. Vicente Gasull , médico de atención primaria en el Departamento 9 de Valencia y coordinador del Grupo de Salud Mental de SEMERGEN , explicó durante la presentación que el médico de familia, o en su caso el pediatra, según la edad del paciente, es «esencial» para detectar la posible sospecha de esta enfermedad. «El problema es que estos pacientes llegan sin saber muy bien lo que les pasa: sienten tristeza, apatía, falta de interés de concentración , de energía... y quejas múltiples sin base orgánica. En muchos casos les cambia el comportamiento o han comenzado a abusar de sustancias. La detencción precoz del problema es fundamental para comenzar cuanto antes con un tratamiento y hacer un seguimiento continuado del paciente».

Añadió que la familia no siempre está dispuesta a aceptar que su ser querido tiene depresión. «Me han llegado muchos casos de matrimonios en las que el hombre apunta que su mujer se había vuelta una vaga y una apática. No se dan cuenta de que son efecto de una depresión y que no puede luchar sola. Hace falta un tratamiento farmacológico y seguir las pautas de un especialista. Si no lo cuentan, están negando su curación».

Celso Arango recalcó que, aunque ciertamente se habla muy poco de la depresión, «se trata de la segunda causa de baja laboral en nuestro país, después de dolor de espalda. Y aún así no se habla de ello. La razón está en que se considera un tabú, un estigma, una falta de fortaleza, una vergüenza. Nadie duda en decir que no va a trabajar porque le duele una rodilla, pero cuando una persona tiene falta de motivación o de concentración y tristeza, el escenerario se valora de forma diferente. Hay que normalizar la depresión», aseguró.

En ese intento de normalizar y dar la visibilidad se ha puesto en marcha “La travesía de Elena”, una experiencia virtual, basada en más de 500 testimonios de personas que han sufrido o sufren depresión, convertidos en ilustraciones por Ana Santos. Esta artista confiesa que ella misma, ante de realizar este proyecto tuvo que ponerse en contacto con un médico «para conocer de verdad cómo se sienten las personas que sufren depresión y, gracias a los testimonios de 500 pacientes he intentado poner luz en la oscuridad de su enfermedad».

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