El gran regalo que nos traen los Reyes Magos de Oriente

Juan Carlos García, del departamento Pedagógico-Pastora y de Innovación de Escuelas Católicas de Madrid (ECM)

Juan Carlos García García

Melchor, Gaspar y Baltasar... ¿Quienes son, en realidad, los Reyes Magos de Oriente? El capítulo 2 del evangelio de Mateo es donde encontramos noticias de nuestros protagonistas. Aunque es un texto amplio, se ofrecen muy pocos detalles concretos:

1. Unos magos llegan del oriente a Jerusalén

2. Preguntan por el recién nacido rey de los judíos, que saben que ha nacido por una estrella.

3. La estrella les guía y encuentran al niño con su madre.

4. Le rinden homenaje y le ofrecen regalos: oro, incienso y mirra.

Pocas veces una realidad tan parca en detalles habían dado para tanto. En los textos canónicos estos son los únicos datos que tenemos de nuestros «reyes». ¿El resto? Entre los textos apócrifos, la tradición de la Iglesia y las propias tradiciones populares han añadido todo el decorado, el fondo de nuestro relato base.

La historia/tradiciones sobre nuestros «magos» es apasionante. Recogerla es imposible completa, pero nos detendremos en algunos detalles:

En ningún momento hablan los textos de reyes . Mateo nos dice que eran «magos», que en la tradición oriental se podría traducir por hombres cultivados o formados, probablemente en el campo de la astronomía. No son unos «cualquiera». Posteriormente, interpretando al profeta Isaías: «Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento» (Is 60,3) se les ascendió a la categoría real.

El número ha variado mucho. Desde los dos magos que aparece en el fresco de San Marcelino y Pedro de Roma a los 60 que propone la iglesia copta, identificando a 12 por su nombre. En el s. III Orígenes consagra el número de tres, siguiendo una cierta lógica de que si tres son los dones, tres habrían de ser los donadores.

La primera vez que aparecen los nombres con que hoy los conocemos en un mosaico de la Iglesia de San Apolinar Nuovo en Ravena fechado en el año 520. Pero será San Beda el Venerable quien a finales del s. VII o inicios del VIII fije los nombres, identifique quién regaló cada don con su significado (Melchor el oro por la realeza de Jesús, Gaspar el incienso por su divinidad y Baltasar la mirra como preanuncio de su muerte) y algunas características físicas de cada uno (Melchor anciano de larga barba, Gaspar un joven imberbe de piel sonrosada y Baltasar de tez morena), representando los tres continentes conocidos.

Eusebio de Cesarea (s. IV) dice, citando de nuevo a Orígenes, que fueron discípulos del apóstol Tomás y sufrieron el martirio hacia el año 70, siendo depositados sus cuerpos en el mismo sarcófago. Sus reliquias sufrieron grandes vicisitudes pasando por Constantinopla y Milán, para acabar en la catedral de Colonia (Alemania) donde actualmente se veneran sus reliquias .

Pero si el desarrollo de la tradición en torno a los magos es apasionante, no debemos olvidar el sentido profundo que encierran: la fiesta de la Epifanía. Son hombres paganos, no judíos, y por lo tanto desconocen las escrituras y no tienen derecho a la salvación. Sin embargo siguiendo la estrella (estudio/naturaleza) llegan a reconocer en Jesús al Mesías (fe).

El evangelio de Mateo estaría ofreciendo el mensaje de salvación de Jesucristo a todos los hombres de buena voluntad que buscan la VERDAD. Los signos de los tiempos que nos rodean en el quehacer cotidiano nos hablan y nos conducen a Dios.

La Epifanía es la manifestación de Dios a todos los pueblos, para que todo el que quiera, con buena voluntad, pueda disfrutar de las riquezas del Evangelio de Jesucristo. Lo que en un principio estaba reservado para el pueblo escogido, se hace universal. La salvación se ofrece a todos los pueblos, a todos los hombres que quieran acogerla.

Este es el gran regalo que nos traen Melchor, Gaspar y Baltasar , la universalización de la salvación.

Hoy día 6 de enero, ya nos han dejado sus regalos y hemos visto la cara llena de ilusión de niños y no tan niños al despertar. Sin embargo, la estrella nos seguirá recordando el mayor de los regalos que nos traen cada año, el misterio de un niño que se ofrece a TODOS los que lo buscan con sincero corazón.

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