Familias con hijos confinadas en casa: «Tenemos que aprovechar cada rincón»
Cada hogar asume como puede estos días de aislamiento forzoso buscando el equilibrio entre las tareas escolares, el trabajo de los padres y el aburrimiento de los más pequeños
Cuando el pasado viernes iban hacia el instituto, Jesús y Samuel, que habían visto las noticias, sabían que ese sería el último día de clase, al menos, en las dos próximas semanas. Sin embargo, el primero de ellos no reparó en recoger la flauta dulce del aula de música; tendrá que ensayar estos días con la de su hermano mellizo, que, por suerte, sí la llevaba en la mochila. Ese día recibieron en sus pupitres de Primero de la ESO pequeñas pinceladas de ofimática: cómo enviar un email, cómo subir un archivo adjunto a la aplicación docente, etc. Aún no saben bien cómo manejarse, pero su madre confía en que para finales de esta semana ya sepan hacerlo, aunque sea bajo su supervisión.
Jesús y Samuel tienen, además, un hermano pequeño, Pablo , que tiene tres años. «Sin duda, es él quien peor lo está pasando de los tres. No tiene deberes porque su profesora de Infantil dijo que llevan bien el curso, pero hay que recordarle por qué no puede ir al parque cada vez que lo ve por la ventana», cuenta su madre. Por detrás del teléfono se oye a Pablo dando la explicación a este repentino encierro: «Es que hay un bicho en la calle». Su rutina ha cambiado; ahora no tienen que madrugar tanto, y aprovechan las mañanas para ponerse a hacer las tareas pendientes, aunque también deben ponerse por las tardes para poder terminar las que diariamente les irán poniendo sus maestros. «El profesor de matemáticas nos ha mandado 41 ejercicios de golpe», cuenta Jesús.
El pasado fin de semana tuvieron un examen (con libro) de Geografía. En este caso, su profesor ya llevaba experimentando con alguna plataforma de docencia online desde principios de curso, y este ensayo les servirá para manejarse con las nuevas herramientas.
El reto para ellos, y para sus padres, es cómo planificar estos días. «Por suerte tenemos un patio grande con una portería, y como les gusta tanto el fútbol ahí pasan un rato por la tarde si no hace frío; tenemos que aprovechar cada rincón. Con los mayores es más fácil, pueden estar jugando a la videoconsola y tranquilos, pero el pequeño me persigue todo el rato, cocina conmigo y me tengo que poner con él a jugar», cuenta esta madre jiennense. En cambio, algunos de sus compañeros de clase o de su equipo de fútbol, saben ya que perderán en unos días la forma física .
Aislados en casa
En la misma situación se encuentran otras miles de familias por toda España, y muchas de ellas que viven en espacios pequeños compartían su situación estos días. « Nos vamos a volver locos », contaba otra madre del mismo grupo del colegio. «Llevamos dos días así y ya no sabemos qué vamos a hacer con ellos», añade otra. En su casa han despolvado un viejo lienzo que tenían guardado de cuando su madre pintaba. «De momento hemos pintado un cielo y abajo un desierto, cuando esté seco el fondo haremos más cosas, y así intentaremos tenerlos entretenidos », añade.
Otro de los padres ha optado por montar la tienda de campaña en la terraza , aprovechando el buen tiempo que hizo el pasado fin de semana. «Cada uno nos apañaremos como podamos, sobre todo conociendo a nuestros hijos y lo que necesitan, pero con mucha paciencia», cuenta una madre. «Acostumbrados a verse en el colegio y luego por las tardes en otras actividades, es normal que los niños también se echen de menos entre ellos, y ahora se aburren, pero habrá que encontrar la fórmula para entretenerlos y que esto se pase de la mejor manera posible», añade.
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