Desescalada digital en los hogares: «Ya nada será como antes»
En el confinamiento, el uso de las pantallas creció un 76% en los menores entre semana. ¿Hay vuelta atrás?
El confinamiento ha hecho saltar por los aires algunas de las costumbres más arraigadas en las familias españolas. Si antes, por ejemplo, muchos niños solo se conectaban a sus tabletas o jugaban con videoconsolas durante el fin de semana, tras el confinamiento todo eso ha cambiado. Tanto unos como otros dispositivos están ya más presentes que nunca, y muchos padres se preguntan si será posible una «vuelta atrás».
En los meses del confinamiento el cincuenta por ciento de las familias ha comprado algún dispositivo electrónico para su hogar, ya sea para sus hijos (el 49%), para su trabajo (29%) o para el ocio (20%), según un estudio realizado por Empantallados y GAD3. El entretenimiento digital de los menores aumentó considerablemente: de lunes a viernes, los más pequeños las utilizaron a diario durante casi cuatro horas, un 76% más que antes . Durante el fin de semana, la media fue de cinco horas al día, lo que supone un aumento del 33%. Tres de cada cuatro padres reconocen que las pantallas han sido una oportunidad para entretener a los hijos mientras ellos trabajan y dos de cada tres familias (67%) afirman que los beneficios derivados de su uso en el entorno familiar han sido superiores a los riesgos.
Durante el confinamiento «todos hemos usado más las pantallas, quizá más de lo que hubiéramos querido, pero en muchos casos la tecnología se ha humanizado: nos hemos acercado a nuestros seres queridos, nos ha unido a todos frente a un enemigo externo y nos ha proporcionado momentos muy gratos», cuenta María Zalbidea, analista de tendencias. Respecto al aumento de su uso por parte de los menores, en su opinión, es totalmente normal por la teleformación a distancia. «Lo que tenemos que procurar los padres es que nuestros hijos distingan bien el uso que hacen de las pantallas. Muchos de los padres entrevistados considera que estas los han ayudado también a hacer más actividades juntos», informa. Y es que el aumento del consumo, en su opinión, se ha debido fundamentalmente a que no había alternativas para estar 24 horas en casa, por lo que su ocio ha sido muy digital.
A muchas familias, sin embargo, les pesa pensar que sus hijos antes no utilizaban tanto las pantallas y ahora perciben un mayor uso. «Con la llegada de la nueva normalidad, está en nuestras manos dibujar cómo queremos que sea esta en nuestra familia », añade Zalbidea. La desescalada será «como cuando volvemos de vacaciones de verano, que toca reconducir los hábitos no tan buenos pero también alabar todo lo que sí que ha funcionado y seguir con ello». Entre las actividades que habría que ir añadiendo estos meses, señala volver a practicar deporte y otras que motiven a los más pequeños. «Creo que las familias debemos aprovechar para hacer en casa un «plan digital familiar» en el que dibujemos unas normas claras, asequibles, para cada miembro de la familia», añade.
Un tiempo nuevo
«Estamos en un cambio de paradigma social y muchas familias siguen viviendo bajo un paradigma analógico», cuenta el psicólogo David de Cubas, autor de «Educación familiar en la era digital» (Círculo Rojo, 2019). Según adelanta este experto, este es solo uno de los grandes cambios que vendrán en los próximos años, por lo que «es importante que las familias ayuden a sus hijos a mirar las posibilidades de grandeza, y que no tengan miedo al cambio». En su opinión, muchos de estos hogares que han vivido con ansiedad y miedo este reajuste siguen rigiéndose por paradigmas del siglo XX, «y ya no basta con poner castigos y quitarle el móvil a los niños» .
En esta nueva época tecnológica será clave que los padres enseñen a sus hijos «a pensar», para que ellos mismos se autorregulen en sus procesos vitales. En opinión de De Cubas, solo habría que empezar a preocuparse cuando se registran alteraciones en los hábitos de vida diarios, como el sueño o la alimentación, cuando se producen agresiones verbales o físicas o si el menor llega incluso a perder la noción del tiempo. Tras el fin de las clases, «este es el momento de volver a los tiempos de uso recomendados para cada edad», insiste.
Lo que sí que tiene claro De Cubas es que «la vida no va a ser igual que el 13 de marzo, pero va a ser mejor . Esta va a girar 180 grados, aunque muchos padres crean que se podrá volver a la vida de antes, que en el colegio va a pasar lo mismo, y esto no va a ser así. Nuestros hijos volverán a clase pero será con otras medidas de seguridad. Los procesos de adaptación no van a ser rápidos y sentiremos durante un tiempo ansiedad y estrés, pero los psicólogos, psiquiatras y pediatras tenemos soluciones: hablar con nuestro cerebro, enseñar a nuestros hijos nuevos hábitos de vida saludables, etc. Tenemos grandes oportunidades de mejora», opina optimista este experto.
Tomar conciencia
Para Juan José Soriano , jefe de Terapias de Triora Montealmira , los padres deberían estar alerta porque piensan que «la televisión o la tabletas es inofensiva, y no es así». «Se puede dar marcha atrás en cualquier tipo de adicción y encontrar una solución, pero hay que estar atentos a estas situaciones, tiene que haber un control por parte del adulto», opina. Este tipo de tratamientos de «desintoxicación» , según explica, pasan primero por que el adolescente tome conciencia de que tiene un problema, «que revise el tiempo que pasa conectado y cómo influye en que haya abandonado otras actividades, por ejemplo».
En segundo lugar, tiene que descubrir que si internet es un refugio para evitar enfrentarse a la realidad y donde construir el personaje, puede llevarle a un problema mayor. Entonces habría que ahondar para que entienda que lo que está buscando es huir de una realidad que no sabe cómo afrontar. El terapeuta recuerda que «las tecnologías han ayudado mucho en nuestras vidas, pero se pueden convertir en un problema si no hacemos un uso adecuado de las mismas».
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