«Debemos preparar a nuestros hijos para afrontar las duras circunstancias de la vida»

Javier Urra, doctor en Psicología, explica en el siguiente artículo que hay patologías que requieren de fármacos «pero en muchos casos se ingieren para paliar situaciones cotidianas que se viven como estresantes pero que son inherentes a la vida»

S.F.

Ser humano, complejo, orgulloso, vulnerable, tierno, posesivo, altruista, peligroso. La psicología es la ciencia que estudia y explica en la medida de lo posible la conducta humana desde sus comportamientos biológicos y desde los ámbitos sociales que dan razón de ser al devenir de esta especie capaz de reírse de sí misma, de llorar al ver unos números, de generar belleza, de investigar, de crear, de sufrir, de compadecerse, de sentirse culpable, de ser altruista, de esperanzarse, de sentirse concernido. Seres humanos, con problemas físicos y/o mentales, pero cooperativos, algo esencial para el nacimiento del lenguaje y por ende el desarrollo del pensamiento .

Aunque siempre ha sido un tema de importancia, en la última década los medios de comunicación, tanto de ámbito nacional como internacional, así como diversas publicaciones científicas, han puesto de relieve que la salud mental –o, mejor dicho, la no salud mental- es un problema prioritario que atañe a la salud pública de todo el mundo.

Se estima que, a lo largo de la vida, una de cada cuatro personas sufrirá algún tipo de enfermedad mental, pero actualmente ya supone la principal causa de «años vividos» con discapacidad, y abarcan el 40% de las enfermedades crónicas en todo el mundo . En España, un 25% de la población pasará por ello a lo largo de su existencia, pero un 11’5% ya lo está padeciendo, de hecho, los trastornos mentales ya suponen el 12% de la discapacidad total de nuestro país.

Las enfermedades mentales abarcan un gran espectro de dolencias entre las que se incluyen los trastornos neurológicos o las adicciones (que pueden implicar el consumo de sustancias, o no), aunque las más prevalentes actualmente en la población española son la ansiedad y la depresión, tras las que se presentan en multitud de ocasiones trastornos más graves como el trastorno bipolar o la esquizofrenia. Aproximadamente el 50% de los trastornos mentales realizan su aparición antes de que la persona alcance los 14 años , el 70% de ellos antes de la mayoría de edad.

De acuerdo con la investigación llevada a cabo en los últimos años, cada uno de nosotros posee una vulnerabilidad determinada para padecer trastornos mentales, y es que se pueden desencadenar como consecuencia de diversos factores que pueden ser endógenos, pero también exógenos.

Una de las patologías que ha visto aumentada su incidencia, y que de hecho está azotando fuertemente a nivel mundial, es la depresión . El trastorno depresivo surge como consecuencia de la compleja interacción entre factores psicológicos, sociales y biológicos. El objetivo general del tratamiento con pacientes que padecen algún tipo de trastorno depresivo es la remisión de la sintomatología presente con la finalidad de que se restaure el funcionamiento tanto psicosocial como de las actividades de la vida diaria del individuo. Algunas de las intervenciones psicológicas que se han mostrado eficaces y que actualmente se utilizan son la terapia cognitivo-conductual, la activación conductual o la psicoterapia interpersonal, siendo también eficaz la intervención psicosocial.

La población infanto-juvenil también se ve afectada por esta grave condición. En esta población, los fármacos no son el tratamiento de primera línea, aunque en ocasiones son necesarios, por lo que la intervención psicológica y psicosocial cobra mayor relevancia.

Otro de los trastornos relevantes, es el trastorno bipolar, que afecta a 60 millones de personas en el mundo. Genera sufrimiento, inadaptabilidad, disfuncionalidad, en casi todos sino en todos los aspectos de la vida del paciente, pero además estas personas tienden a ponerse en riesgo de diferentes formas en función del estado en el que se hallen.

La esquizofrenia es padecida por 21 millones de personas en el mundo. De nuevo, una enfermedad con alto coste personal tanto para el paciente como para los que lo rodean, a lo que debemos añadir la estigmatización social que sufre, así como la discriminación, en numerosas ocasiones, para acceder a puestos de trabajo u otro tipo de servicios con los que tener una vida normalizada; si bien es cierto que esto en gran medida también se ve influenciado por los internamientos prolongados en el tiempo por los que a veces tienen que transitar.

Existen otro trastornos preocupantes como el juego patológico , el cual cuenta ya con aproximadamente entre un 0’4% y un 1’6 de afectos en todo el mundo. Es frecuente que, estos individuos, además de sentir la necesidad de apostar cantidades cada vez más elevadas o de haber intentado de forma reiterada no hacerlo, también padezcan otra sintomatología asociada como ansiedad, depresión o bajo control de impulsos.

La vida, el entorno, las situaciones, muchas veces golpean, y de manera grave, al ser humano, que se caracteriza por ser vulnerable. Sabedores de esta realidad, debemos de preparar a nuestros niños y a nosotros mismos para afrontar tan duras circunstancias , fortaleciendo nuestra resiliencia, que en absoluto elimina el humano sufrimiento.

Uno de los objetivos futuros a tener en cuenta debiera ser la detección precoz de las enfermedades o trastornos mentales, dado que ello es fundamental para la intervención y el mejor pronóstico.

Otro aspecto que considerar, y que resultaría beneficioso, es la inclusión de psicólogos en atención primaria . Su incorporación contribuiría a la reducción del gasto del Sistema Nacional de Salud, pero quizá el efecto más positivo que se derivaría es la reducción de la medicalización, que se ha acrecentado en los últimos años. Si bien es cierto que existen patologías que requieren el consumo de fármacos, hay muchos casos en los que se ingieren para paliar situaciones cotidianas que se viven como estresantes pero que son inherentes a la vida (rupturas de pareja, situación de duelo, problemas relacionales, etc.), y que, por tanto, debiéramos aprender a afrontar.

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