Cómo podemos dar seguridad a nuestros hijos de entre 4 a 12 años

Consejos para que tu hijo tenga un desarrollo óptimo tanto a nivel físico como psicológico y emocional

S. F.

Los primeros meses de vida de un niño son muy intensos y prácticamente depende de un adulto de forma permanente para cubrir sus necesidades, es en ese momento cuando empieza a crearse una conexión afectiva entre madre-padre e hijo, llamado «apego». El primero en describir ese vínculo que se determina entre los padres e hijos fue el psicólogo J. Bowlby y es vital que se construya para que tu hijo tenga un desarrollo óptimo tanto a nivel físico como psicológico y emocional.

Sin embargo, este apego no surge de forma instantánea y se va estableciendo con el paso de los meses, además durante ese proceso no siempre se forja un apego adecuado, de hecho, Bowlby estableció varios tipos de apego: apego seguro o inseguro . En función del vínculo que establezcas en casa puedes llegar a darte cuenta que tu hijo depende más de ti de lo que crees y puede ser debido a ese apego que has establecido previamente. No obstante, conforme va creciendo esperas que sea cada vez más autónomo y sea menos dependiente de ti. Pero, ¿qué pasa si eso no es así? ¿hay algo que podemos hacer?

Para la psicóloga Nuria G. Alonso, de Ayudarte Estudio de Psicología , «es importante que como padre seas consciente de que no existe una edad concreta y que la autonomía no es algo único, se puede ser autónomo en diferentes áreas de desarrollo y puede haber habilidades para las que se sienta más competente y seguro y otras en las que no».

Sin embargo, puntualiza G. Alonso, «los niños que les cuesta separarse de sus padres son normalmente niños/as...»:

Inseguros: Les cuesta tomar decisiones, aunque sean sencillas si no es con la ayuda de un adulto. Lo que al final puede crear una baja autoestima.

Miedosos: Empiezan a desarrollar diferentes miedos, quizás miedos que antes ni siquiera tenían por la edad, los denominados miedos evolutivos (hasta los 6 años los niños pueden tener miedo a separarse de sus padres o a partir de los 3 años a la oscuridad) y en cualquier momento de esa etapa comienzan a no atreverse a hacer ni a experimentar actividades nuevas.

No han tenido experiencias de separación: Habitualmente, los niños que más dependen de sus padres son aquellos que tienen padres sobreprotectores (padres que están pendientes todo el rato de ellos y atienden a todas sus necesidades al instante) o aquellos que por circunstancias se han relacionado con un progenitor todo el rato y no se han relacionado con otras personas sin estar ese progenitor delante. En cualquier caso, la reacción y la actitud que tengas en su desarrollo le afectará.

Experiencias de separación desagradables: Si cuando ha intentado distanciarse de ti ha sido de golpe y de forma brusca por la situación y no le has preparado previamente para esos distanciamientos. Por ejemplo, ha tenido que empezar el cole, te has divorciado de tu pareja, has estado hospitalizada ó él durante un tiempo…etc. Y además es posible que haya visto que tú sufrías o has pasado mucho miedo en ese momento, aumenta las posibilidades de que desencadene inseguridad.

¿Cómo puedes darle seguridad?

Estas son las recomendaciones de la psicóloga y fundadora de Ayudarte Estudio de Psicología:

Mantén una actitud calmada y cariñosa mientras estableces normas y límites, aunque tu hijo tenga miedo. Lo mejor que puedes hacer para superar este punto es analizar cómo te comportas cuando tu hijo hace algo por sí mismo: le supervisas, estás pendiente, le ayudas, le dices que lo haga, pero acabas haciéndoselo tú por falta de tiempo… o le das oportunidades para explorar y le acompañas en el proceso de una manera firme pero cariñosa al mismo tiempo, asumiendo que cometer errores o tardar mucho en realizar una tarea forma parte del proceso de aprendizaje. Si cedes en sus miedos, estarás agudizando su inseguridad.

Déjale cometer sus fallos , nada de hacérselo todo para no caer en la sobreprotección. Para ello, lo mejor es que le guíes con pasos sencillos para llegar a lo que quiere hacer o buscar juntos soluciones al problema, pero no se lo resuelvas tú. Por ejemplo, si tu hijo es miedoso, es aconsejándole que respire, que os llame o que penséis un plan antimiedo.

Ofrécele dos alternativas a los problemas si le ves que es inseguro y le cuesta tomar decisiones. De esa forma, conseguirás que se acostumbre a escoger y no desarrolle ese miedo al fracaso y reafirme su personalidad. Por ejemplo, puedes pedirle que escoja tareas sencillas como escoger entre dos jerséis o dos juguetes concretos, de esa forma es más sencillo que dejarle escoger entre toda la ropa o todos los juguetes que tiene. No escojas por él, él puede hacerlo y cuando lo haga ganará en confianza en sí mismo.

Pídele que colabore en casa. A su nivel, sólo o acompañándole puede hacer muchas tareas de las que sentirse orgulloso como regar las plantas. Ser útil y conseguir pequeños retos por nosotros mismos, nos hace sentirnos mejor con nosotros mismos.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación