Los adolescentes que han estado confinados y cuyos progenitores tienen un menor nivel de estudios presentan peores hábitos de salud

La Gasol Foundation ha elaborado un estudio en el que ha comprobado que el tiempo dedicado a la actividad física ha sido menor entre los que han estado encerrados mientras que el tiempo dedicado al uso de pantallas ha sido mayor, observando diferencias según el nivel de estudio de los padres y madres

S.F.

En el marco del proyecto europeo MILES , la Gasol Foundation —fundación de los hermanos Pau y Marc Gasol— ha realizado un estudio comparativo, durante la crisis sanitaria, entre los hábitos de salud de 442 adolescentes europeos , de los cuales 291 han estado expuestos al confinamiento y 151, no. El análisis también ha permitido evaluar la influencia del nivel de estudios de los padres y madres en los hábitos de salud de los menores .

En total, se han evaluado los hábitos de salud de 442 adolescentes cuya edad promedio ha sido de 16,22 años, un 61,1% del género femenino y un 38,9% del género masculino. Un 55,4% de los referentes adultos de los participantes poseen estudios universitarios versus el 44,6% que tienen formación profesional, estudios secundarios, primarios o no tienen estudios. Para llevar a cabo este análisis, del total de 442 casos se identifica que un 65,8% han estado expuestos a medidas restrictivas de confinamiento mientras que un 34,2% a un confinamiento puntual o inexistente.

Actividad física

El promedio de minutos diarios dedicados a la práctica de actividad física moderada o vigorosa ha sido mayor entre aquellos adolescentes que no han estado expuestos al confinamiento respecto a los que sí lo han estado.

A su vez, en el grupo de adolescentes que han estado confinados se observan notables diferencias según el nivel educativo de los padres/madres ya que, entre aquellos cuyos referentes adultos poseen un mayor nivel de estudios, el tiempo diario de actividad física moderada o vigorosa ha sido 22 minutos superior respecto a los adolescentes cuyos referentes adultos presentan un menor nivel de estudios.

Uso de pantallas

Para los estudiantes que han estado expuestos al confinamiento, el uso de pantallas ha sido de 59 minutos (prácticamente 1 hora) más al día entre semana que para los que no han estado confinados. Durante el fin de semana, los estudiantes que han estado confinados han consumido pantallas durante 54 minutos más al día respecto a los que no lo han estado. Cabe destacar que en este análisis se ha excluido el uso de pantallas con fines educativos .

El uso de pantallas entre semana y fin de semana ha sido mayor entre aquellos adolescentes que han estado expuestos al confinamiento y cuyos adultos referentes poseen un menor nivel de estudios. Concretamente, a igualdad de exposición al confinamiento, los adolescentes cuyos referentes adultos tienen un menor nivel de estudios han consumido un promedio de 6 minutos más al día entre semana y de 12 minutos más al día durante el fin de semana .

Horas de sueño

El 70,3% de los adolescentes que no han estado confinados han cumplido con la recomendación de horas diarias de sueño —de 8 a 10 horas— entre semana, frente al 56,6% de los adolescentes que han estado confinados. Esa misma tendencia, pero menos acentuada, se observa para el fin de semana, ya que el porcentaje de cumplimento entre los que no han estado confinados es de un 69,4% respecto al 63,6% de los que sí lo han estado.

En el caso de los adolescentes que han estado expuestos al confinamiento, aquellos cuyos referentes adultos poseen un mayor nivel de estudios, el porcentaje de cumplimiento de las horas sueño diarias recomendadas entre semana ha sido de un 64,4%, respecto al 47,7% en aquellos cuyos padres/madres tienen un menor nivel de estudios.

Sin embargo, para el fin de semana, el porcentaje de cumplimiento de las horas diarias de sueño recomendadas ha sido mayor para los adolescentes cuyos adultos referentes poseen un menor nivel de estudios con un 70,3% frente al 61,6%, con independencia de que hayan estado confinados o no.

Bienestar psicológico

El nivel de dificultades psicológicas halladas entre los adolescentes que han estado confinados es superior respecto a los adolescentes que no lo han estado. Esta variable se ha estudiado a través del cuestionario de Fortalezas y Dificultades que contempla cinco dimensiones del bienestar psicológico de los adolescentes: problemas emocionales, conductuales, hiperactividad, problemas con iguales y conducta prosocial.

A su vez, el mayor nivel de dificultades psicológicas se halla entre los adolescentes expuestos al confinamiento y cuyos referentes adultos tienen un menor nivel de estudios, respecto a los adolescentes cuyos referentes adultos tienen un mayor nivel de estudios. Concretamente, el porcentaje de adolescentes que está en riesgo de tener dificultades psicológicas es de un 34,9% entre aquellos cuyos referentes adultos tienen un menor nivel de estudios respecto al 28,9% para los que sus referentes adultos poseen un mayor nivel de estudios.

Estado de salud percibido

El estado de salud percibido se ha medido con una escala de 0 a 100 puntos que ha permitido a los adolescentes autoevaluarse, siendo 0 el valor más bajo y 100, el más alto.

Se identifican estados de salud percibidos muy similares entre los adolescentes que han estado confinados y los que no lo han estado, situándose en torno a los 80 puntos para ambos grupos.

Sin embargo, para los adolescentes que han estado confinados se hallan diferencias importantes según el nivel de estudios de los padres/madres . Concretamente, entre aquellos cuyos referentes adultos poseen un mayor nivel de estudios, el estado de salud percibido ha sido de 82 puntos, siendo de 74 puntos para aquellos cuyos referentes poseen un menor nivel de estudios. Esa diferencia es solamente de 2 puntos entre los dos grupos de nivel de estudios del referente adulto para los adolescentes que no han estado expuestos al confinamiento.

Hábitos de alimentación

Entre los estudiantes que han estado confinados, un 40,9% alcanza un nivel alto de calidad de dieta respecto al 29,1% de los que no lo han estado. Además, el porcentaje de adolescentes que alcanzan un nivel alto de adherencia a la dieta mediterránea es de un 49% entre los que han estado confinados y cuyos progenitores tienen un mayor nivel de estudios frente al 31,3% entre los que también han estado confinados pero cuyos referentes adultos poseen un menor nivel de estudios.

Teniendo en cuenta la realidad descrita, desde la Gasol Foundation consideramos que es más urgente y relevante que nunca invertir en promoción de la salud y poner el foco en las poblaciones más desfavorecidas con el objetivo de reducir desigualdades sociales en salud.

Desde la Gasol Foundation, consideran esencial combinar enfoques a corto plazo con proyectos a medio y largo plazo capaces de generar motivación e inspiración entre las comunidades más desfavorecidas:

● La prevención como la herramienta más valiosa para: proteger la salud individual y colectiva; reducir las desigualdades sociales y de salud y promover el desarrollo de los niños/as y de las comunidades.

● La investigación como la mayor fuente de conocimiento para abordar eficientemente los desafíos de la sociedad y como el mayor fundamento para la innovación.

● El acceso universal a los servicios de salud salva vidas y puede contribuir a promover estilos de vida saludables.

● La prevención de la obesidad infantil y de las enfermedades no transmisibles , así como la promoción de estilos de vida saludables, deben estar en el centro de la agenda política.

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