El tanga de encaje, la bandera de la revolución feminista en Irlanda

Las irlandesas contestan a una «vergonzosa» sentencia judicial mostrando sus prendas íntimas

ABC

Las mujeres en Irlanda están poblando las redes sociales con fotografías de tangas para protestar por una sentencia judicial en un caso de violación, una forma de denuncia que ha llevado esta prenda incluso hasta el Parlamento nacional . «Demostradme que las bragas de abuela disuaden a los violadores» o «Mi tanga no es mi consentimiento» son algunos de los eslóganes que acompañan a las instantáneas de los internautas que se van sumando a esta revuelta femenina que percibe misoginia en cierta forma de aplicar justicia.

La indignación ha corrido como la pólvora por todo el país después de que esta semana, la abogada de un presunto agresor a una menor de 17 años considerara una señal de consentimiento por parte de la víctima que esta llevara un tanga de encaje y lo defendiera así en su alegato final. Así lo dijo al jurado en el momento final del juicio, pidiendo que consideraran este hecho a la hora de tomar una decisión. Él fue absuelto, pero varios grupos activistas y políticos denuncian desde entonces la «cultura que tiende a culpabilizar a las víctimas» en el sistema judicial. «¿La evidencia descarta la posibilidad de que ella se sintiera atraída por el acusado y estuviera dispuesta a conocer a alguien y estar con alguien?», preguntó.

Desde entonces, cientos de personas se han echado a las calles de las principales ciudades de este país, en protestas que se han extendido también a la provincia británica de Irlanda del Norte, con manifestaciones en Belfast y Derry.

La diputada Ruth Coppinger llegó a mostrar durante una sesión de la Cámara Baja de Dublín (Dáil) un tanga para hablar de los « mitos sobre la violación », y aunque su gesto fue aplaudido por algunos compañeros. fue llamada al orden por el presidente de la sala.

El grupo de Facebook « Mna na hEireann » (Mujeres de Irlanda) ha lanzado una campaña viral que acompaña en Twitter bajo la etiqueta # ThisIsNotConsent («esto no es consentimiento»). Susan Dillon, una de las administradoras de ese grupo, también gestiona la cuenta de Twitter llamada « Yo la Creo-Irlanda », en la que cientos de personas han expresado su opinión sobre el citado caso y la actitud de cierta parte de la sociedad. «Si ese jurado es una muestra representativa de la población, entonces tenemos claro que es necesario trabajar para erradicar este arcaico mito que sostiene que la ropa invita a la violación», dijo Dillon.

La responsable del Centro de Crisis por Violaciones de Dublín, Noeline Blackwell , ha criticado los «estereotipos sobre la violación» que aún circulan por los tribunales del país.

En este sentido, otro grupo afín, la Red de Crisis por Violaciones de Irlanda , ha recordado que el sistema judicial ya ofrece cursos de formación a sus profesionales para abordar este tipo de delitos, aunque queda mucho por hacer. Su coordinadora, Cliona Sadlier , ha dicho que el lenguaje utilizado por la abogada en el citado juicio alimenta los «estereotipos misóginos» y debe desaparecer de estos procesos tan traumáticos para las denunciantes.

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