«No nos preocupan las medidas ante el Covid-19: en el confinamiento los niños han demostrado ser muy responsables»
Esta familia recurrirá a los campamentos si se celebran porque para ellos conciliar en los periodos de vacaciones para esta familia es casi «misión imposible»
Como para la gran mayoría de las familias españolas, las vacaciones escolares son un verdadero reto para los padres de Santiago de 12 años, Rocío de 10 años y Macarena de 7 años: niños que no pueden quedarse solos y abuelos que ya no dan a basto porque su edad y su situación frente al coronavirus no les permiten quedarse con tres nietos.
Si conciliar la vida familiar y laboral es complicado durante el curso, en los periodos de vacaciones para esta familia es casi «misión imposible», puesto que ambos tienen jornadas de trabajo que acaban tarde incluso en verano. «Por eso recurrimos a los campamentos de verano; que además de posibilitar que durante 15 o 20 días la vida pueda seguir su curso, son una oportunidad de oro para crecer como pareja», reconoce Cristina, la madre.
En esta ocasión, después de dos meses o tres confinados, están quizás más convencidos que nunca. «Hay que reconocer que los niños han sido un verdadero ejemplo durante este período de confinamiento. Nos han demostrado su capacidad de adaptarse a las circunstancias sin perder su capacidad de disfrute . Y eso es algo que nos falta a la mayoría de los adultos. Pero por más que hayan disfrutado de este tiempo de contacto continuo con la familia, pensamos que, con las medidas ºde protección adecuadas, ha llegado el momento de que vivan como lo que son: niños. Y los niños necesitan estar con otros niños, hablar de cosas de niños y jugar con otros niños . Necesitan entrar y salir, correr, saltar y brincar... en definitiva, "gastarse". Y la verdad, después de todo el tiempo que llevan encerrados en casa, sin cole y sin amigos, creo que lo tienen más que merecido».
Evidentemente, tanto Cristina como su marido son plenamente conscientes de que está todo en el aire: «no sabemos si se autorizarán los campamentos o no. Pero lo cierto es que, de ser posible, recurriríamos una vez más a ellos . Y aunque algún año hemos optado por los campamentos urbanos, la experiencia nos ha ido enseñando que disfrutan más alejados de papá y mamá y perdidos en medio del monte. La convivencia más estrecha con menores de otros ambientes suele ser tremendamente enriquecedora y eso es algo que se traen de vuelta en sus mochilas».
Así que, en principio, el coronavirus no ha cambiado sus planes, aunque sí manifiestan algún reparo al respecto: « Supongo que como todos los padres, tenemos cierto temor a que nuestros hijos se contagien . Probablemente el miedo disminuiría con la suficiente información sobre el virus, las vías de contagio y las medidas necesarias para evitarlo. Se habla mucho sobre el uso de las mascarillas, pero lo cierto es que a estas alturas no se tiene muy claro si las que usamos son suficientes para prevenir el contagio. Con los test pasa más de lo mismo y lo peor es que no sabes dónde adquirirlos. En fin, creo que la información no está siendo el punto fuerte en la gestión de la pandemia y eso genera recelo y desconfianza ».
En cualquier caso, concluyen estos padres, «deben ser las autoridades sanitarias las que las determinen, pero supongo que irán en la línea de las que se adoptan ya en otros ámbitos. Supongo que las mascarillas y los lavados frecuentes de manos pueden ir acompañados de desinfecciones de las instalaciones y periódicas tomas de temperatura. En cualquier caso no nos preocupa las medidas que puedan imponer porque, si algo han demostrado los niños en estos casi tres meses de confinamiento, es que son sumamente disciplinados y responsables» .
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