Maneras divertidas de practicar el inglés en familia este verano

El cerebro es un músculo, y como tal debe ser ejercitado para mantenerse en plena forma

S. F.

Al fin han llegado las vacaciones de verano. Tras un largo curso académico en el que nuestros hijos (y sus sufridos padres) han realizado un gran esfuerzo entre clases, madrugones, deberes, extraescolares y entrenamientos, se presentan ante nosotros más de dos meses de merecido descanso. Pero llegados a este punto, nos debatimos entre el deseo de dejarles que disfruten sin hacer nada, que se lo han ganado, y el miedo a que se olviden de todo lo aprendido .

Ciertamente, el cerebro es un músculo , y como tal debe ser ejercitado para mantenerse en plena forma . En caso contrario corre el riesgo de dejar escapar aquello que no ha terminado de fijarse adecuadamente en su «disco duro». Si esto ocurre con cualquier tipo de materia, se hace especialmente evidente con los idiomas: cuando no se practican es muy fácil perder fluidez lingüística, gramatical y vocabulario.

Pero al mismo tiempo, también es necesario desconectar y oxigenarse durante estos meses de descanso, para regenerar la energía que nos hará falta para el próximo curso. Por ello, los expertos en educación infantil de Lingokids , la app de inglés para niños, aconsejan no agobiar a los niños con tediosas tareas de repaso, sino recurrir a otro tipo de estrategias que les permitan practicar y recordar lo aprendido de forma divertida, con la percepción de estar jugando en familia . Estas son algunas de sus sugerencias:

Largas sobremesas de verano: en verano el tiempo parece ir más lento y podemos darnos el lujo de alargar las sobremesas; aprovechemos la ocasión para hablar con nuestros hijos en inglés. Podemos proponer que cada miembro de la familia cuente una historia o algo que le haya pasado ese día. Así perderemos la vergüenza a hablar el idioma, sin preocuparnos por equivocarnos, incluso es un buen método para iniciarse a hablar en público.

Tardes de piscina: entre remojón y remojón para combatir el calor podemos jugar a las cartas, al veo-veo, al parchís o incluso a adivinar formas debajo del agua, ¡y todo en inglés! En ese escenario todo resultará más estimulante.

Paseos por la playa: no hay vacaciones de verano sin largas caminatas junto al mar. Aprovechemos este maravilloso tiempo en familia y relajados para, por ejemplo, ir nombrando todo lo que vemos en ese contexto. Una estupenda manera de recordar y repasar vocabulario.

Noche de peli y palomitas: para los niños siempre es un planazo. Que sean ellos quienes elijan la película que quieren ver; en inglés, por supuesto, aunque les podéis poner los subtítulos en español. Al terminar podréis comentarla y explicar qué escenas os han gustado más.

Escapada cultural: otra manera divertida y diferente de practicar inglés en verano es elegir entre todos un plan cultural: visitar un museo, una zona monumental, una exhibición... y cada uno se encarga de contar en inglés algo interesante sobre ese lugar. También cada vez proliferan más los espectáculos en versión inglesa, como teatro infantil o cuentacuentos, donde además de practicar podemos afinar el oído.

Manualidades en familia: siempre son muy recurridas en esas horas en las que el calor aprieta y no se puede salir de casa. Es algo que a los niños de cualquier edad les entretiene mucho, y se puede repasar el vocabulario de los materiales, las formas, los colores, etc.

Dispositivos móviles: a nuestros hijos les encanta jugar con la tablet o el smartphone. Podemos cambiarles la configuración del idioma y ponerlos en inglés, así se verán obligados a ejercitar su vocabulario. Otra opción es que los tiempos que pasen utilizando estos dispositivos estén viendo dibujos o vídeos en este idioma; o mejor aún, recurrir a aplicaciones como Lingokids, con contenidos especialmente diseñados para que los más pequeños puedan aprender y repasar el inglés mientras juegan y se divierten. Eso sí, sus expertos siempre recuerdan que debe hacerse en tramos horarios que no superen los 15-20 minutos y bajo la supervisión de sus padres.

Simplemente incorporando a nuestra vida pequeñas rutinas sencillas podemos conseguir que el inglés se abra paso en nuestra familia. Y si nos han gustado estas ideas para el verano, ¿por qué no seguir disfrutándolas, al menos algunas de ellas, durante todo el año?

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