Día Internacional de la Docencia

Las condenas por agredir a un profesor pueden terminar en cárcel

Según la Oficina de Defensor de los maestros, el curso 2016-2017 registraron 2.249 reclamaciones de docentes, un 15% más que el año anterior

S. F.

El 5 de octubre se celebra el Día Mundial de los Docentes, que desde el año 1994 conmemora la Recomendación Conjunta de la OIT y la UNESCO relativa a la Situación del Personal Docente. Dicha resolución constituye el marco de referencia fundamental para abordar los derechos y las responsabilidades de los docentes a escala mundial.

En esta efeméride, los expertos de DAS Seguros hacen un repaso a las penas a las que se exponen aquellos que vulneren su integridad y qué debe hacer el profesor en caso de agresión física o verbal. No hay que olvidar que el último informe anual elaborado a partir de las llamadas que recibe el «Defensor del Profesor» de la Asociación Nacional de Profesores de la Enseñanza, durante el curso 2016-2017, se registraron 2.249 casos de profesores víctimas de actos contra su persona, un 15% más que el año anterior.   

Destacando que de estos casos, el 12% fueron agresiones físicas y amenazas por parte de los alumnos, multiplicándose este dato por cuatro respecto al año anterior.

Los temidos grupos de Whatsapp

Uno de los puntos a  señalar y que revela el informe es el espectacular ascenso de los casos de ciberacoso  que suponen el 20% de los conflictos denunciados por parte de los profesores, siendo la mayor parte de estos a través de grupos de Whatsapp de padres , donde estos  ejercen gran presión para intentar cambiar al tutor de sus hijos, cuestionar al docente o incluso pretender desplazar a un alumno con discapacidad de una clase entre otros casos.

En este escenario, en el que abundan bajas por depresión o ansiedad por parte de los profesores, que cada vez más ven mermada su autoridad ante los alumnos o sus progenitores, parece que existe consenso entre la comunidad en que son necesarias más medidas para corregir esta situación.

Consecuencias jurídicas de la agresión

Los expertos explican que este tipo de agresiones pueden tener consecuencias en dos sentidos , por la vía penal (por la comisión del delito) y por la vía civil (la responsabilidad civil que puede nacer de perpetrar dicho delito).  

El código penal , en materia de delito de lesiones, prevé con carácter general penas que oscilan entre la pena de prisión de tres meses a cinco años y la pena de multa uno a 12 meses, según el tipo de lesión.

En el caso de que el delito sea cometido por un menor, debe diferenciarse la edad del menor: si el menor tiene menos de 14 años , es inimputable penalmente, con lo que no se podrá seguir ningún proceso penal contra él. Si tiene más de 14 años, sí se pueden seguir procesos penales , pero serán vistos por el Juzgado de Menores.

Deberá siempre intervenir la Fiscalía de menores , como garantía para el menor agresor. En caso que hubiera pena privativa de libertad (supuesto reservado a casos muy graves o reincidentes), este se realizaría en un centro de menores.

Por la vía civil , el delito puede generar una responsabilidad cuantificable económicamente, que debe asumir el causante de las mismas, o en el caso de ser menor de edad, responderán solidariamente con él de los daños y perjuicios causados sus padres o tutores legales.

En cualquier caso, para la elección de la medida adecuada se atenderá a la prueba y valoración del hecho, pero también a la edad, las circunstancias familiares y sociales , la personalidad y el interés del menor. Por tanto no hay una consecuencia única, se trata de un régimen más flexible en el que prima el interés del menor .

Así, la consecuencia que puede tener un menor por la agresión que cometa contra un profesor depende de la gravedad y circunstancias del caso. Es decir, según cómo se haya cometido la agresión y atendiendo a las circunstancias personales del estudiante, se adoptará una u otra.

Qué debe hacer un profesor en caso de agresión

Los especialistas consideran que este tipo de agresiones por parte de menores deben ser resueltas de la manera más conveniente a tenor de su gravedad, defendiendo los propios intereses de los profesores , pero también atendiendo el interés del menor, su protección y las circunstancias en las que este se ve envuelto. Su educación y posición en la sociedad futura dependerá mucho de sus experiencias vividas en la infancia y se debe proteger y guiar su comportamiento en edades tempranas.  

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