La importancia de tener una ley contra la violencia infantil
Será de carácter integral, transversal e interdisciplinar y se creará un registro único nacional con todos aquellos menores víctimas
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, confirmó hace unos días que el anteproyecto de Ley contra la violencia en la infancia ya está en marcha. El Consejo de Ministros lo aprobará antes de que finalice el año y el texto se remitirá para su tramitación en el Parlamento. «Será de carácter integral, transversal e interdisciplinar », afirmó.
Además, se creará un registro único nacional con todos aquellos menores víctimas de violencia. «Esta ley es muy necesaria. Es muy alarmante ver que los casos y las cifras están creciendo y agravándose », insiste Benjamín Ballesteros, director de Programas de Fundación ANAR.
«El problema de la violencia no es que exista, sino que cada vez está empeorando, los casos van a más», insiste Ballesteros, quien expone que el maltrato físico sigue siendo el principal.
¿Por qué es necesaria la ley? «En primer lugar, para detectar estos casos, para la formación y prevención y, después, para el tratamiento adecuado con expertos», continúa el representante de Fundación ANAR.
Según Ballesteros, también se requiere de una jurisdicción espec ífica para menores «con características especiales con los niños. Los juzgados deben tener un equipo psicosocial necesario para que recuerden que son menores y que, quizás, recordar constantemente lo sucedido no les haga ningún bien».
Enfoque equivocado
La ley «tiene que ser integral para que tenga en cuenta todos los aspectos de la vida del menor », asegura Ángel Parreño, director general de Servicios para la Familia y la Infancia. Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. «Se tiende a pensar que un niño es alguien a quien se le puede imponer; este es un enfoque equivocado», insiste.
Parreño afirma que el pensamiento anterior tiene que ver con «la educación que los padres le den al menor». «Los niños son personas destinatarias de derecho , por supuesto», concluye.
