Así consiguen las artes plásticas mejorar el aprendizaje de los niños

Pinturas, rotuladores, tizas, cartulina, tijeras, pegamento... Todos estos materiales consiguen en la infancia que los niños experimenten, creen sus propias obras y se sientan realizados cuando las muestran a sus padres y explican con sus palabras lo que son capaces de hacer y crear.

Según Carles Fenoll , responsable de la empresa Caramunt y colaborador de Jovi —compañía con más de 75 años dedicada a la fabricación de productos destinados al fomento y desarrollo de la educación artística—, el campo artístico es un vehículo muy útil que permite materializar pensamientos, ideas, sentimientos , situaciones, puntos de vista y un largo etcétera. «Desde la primera infancia, cuando experimentan, por ejemplo, con pintura de dedos, ya están creando obras artísticas, expresan mediante el movimiento su estado de ánimo , o bien plasman una situación que les ha quedado en su mente. Es un medio de comunicación libre y espontáneo. En función de su crecimiento se desarrolla una perfección en sus obras, con detalles y matices de lo que quieren transmitir con sus creaciones».

Javier Díaz, Marketing Manager de la compañía Jovi, explica que realizar estas actividades conlleva muchos beneficios como fortalecer la autoestima , ayudar a conocerse a sí mismo, a expresarse en la sociedad, a trabajar en equipo cuando se hacen proyectos en grupo… Por eso, puntualiza que el momento adecuado para fomentar esta faceta «artística» llega cuando « el bebé es capaz de comenzar a hacer gar abatos . Esta actividad, previa a la escritura, fomenta el desarrollo de las habilidades motoras finas al controlar el lápiz o la cera a la vez que facilita las conexiones neuronales y el desarrollo de la creatividad. Para el desarrollo de la creatividad no se conoce fecha límite », matiza.

Añade que la expresión artística también ayuda a los pequeños a trabaja la coordinación entre ojos y manos, la precisión, la paciencia (hay que respetar los tiempos de secado cuando está trabajando con pastas de modelar, por ejemplo), la estética, proporción, la capacidad de resolver problemas o situaciones inesperadas cuando un proyecto no sale como nosotros lo habíamos pensado.

«En definitiva, la lista es muy larga —asegura Javier Díaz—, puesto que al experimentar con diferentes materiales (acuarelas, tizas, pastas de modelar, rotuladores) se facilita el desarrollo de la creatividad , ya que cada material tiene sus propias características y métodos para trabajar y mediante ellos las diferentes expresiones. La expresión artística motiva el aprendizaje, puesto que si están descubriendo las partes de la célula , el hecho de aprenderlas haciéndolas con plastilina es mucho más vivencial y práctico para asimilar los contenidos. Lo mismo podría aplicarse al resto de asignaturas como las matemáticas (sumas, triángulos…) o conocimiento del medio (maquetas, reproducciones…)», puntualiza el Marketing Manager de Jovi.

Sin embargo, hay ocasiones en que esta faceta artística, al igual que otros juegos educativos, se dejan de lado a favor de las pantallas. Para Díaz, «se ha de tener en cuenta que tecnología y desarrollo artístico no tienen por qué competir, simplemente convivir y, en algún caso, hasta pueden ser complementarias. Llegado este momento, las actividades fomentadas por los padres de pintura, modelado, etc., deberían tener una finalidad más allá del propio juego. Por ejemplo, hacer un colgante para decorar la habitación, pintar una tabla de skate, personalizar una camiseta…».

Añade, por otra parte, que sería muy enriquecedor para los niños que en los colegios incorporaran estas actividades como complemento para otros contenidos. Por ejemplo, se puede explicar geometría de forma entretenida combinando palillos y bolas de plastilina, el reino animal a través del maquillaje infantil o los conceptos de los colores primarios y secundarios a partir de la mezcla de pintura», concluye Javier Díaz.