Cristina Puig junto a Sven Huber cofundadores de Boolino
Cristina Puig junto a Sven Huber cofundadores de Boolino

«Bastan diez minutos para que los niños adquieran el hábito de la lectura»

Cristina Puig, cofundadora de la plataforma de lectura Boolino, sostiene que los niños tienen que encontrar el libro adecuado

MADRID Actualizado: Guardar
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Cristina Puig es la cofundadora de la plataforma Boolino. Esta licenciada en Dirección y Administración de Empresas por la Universidad Ramón Llull de Barcelona es una fanática de los libros y por ello quiso emprender este proyecto de fomento de la lectura en niños. Boolino ayuda a los padres a encontrar el libro más adecuado para sus hijos. En el próximo Congreso Internacional de Comprensión Lectora Infantil y Primaria explicará cómo cambiar la vida de los niños con 10 minutos de lectura al día.

¿Leen poco los niños de ahora?

Sí, leen poco, pero hay que preguntarse el porqué. Hasta la etapa de primaria a todos los niños les encantan los libros y les encanta mirar ilustraciones, reconocer palabras...

hasta que aprenden a leer. En general, si encuentran el libro que les atrape, leen mucho. El problema es que muchas veces no lo encuentran, ahí esta el problema. Muchos niños no leen porque no han encontrado le libro adecuado y porque parece que leer es una obligación. Creo que, aunque todo los informes reflejan que no está implantado el hábito, a los niños españoles les falta poco para leer mucho. Con poquito de esfuerzo por parte de padres, educadores, etc... los pequeños leen.

Pero leer es un esfuerzo para los más pequeños.

Efectivamente, leer cuesta mucho, es un esfuerzo, pero en el momento que los pequeños encuentren el libro que les atrape, les costará un poco menos. Hay niños que enseguida leen libros de narrativa y pronto se enganchan y hay otros que les cuesta más... no tienen que ser disléxicos, ni tener ningún problema, simplemente les cuesta más. Estos deben empezar con libros de conocimientos que tiene texto corto, con cómics...

Postulas que el ejemplo es importante. Que si el niño ve leer a sus padres, leerá, pero no es siempre así.

A la generación de los que somos padres ahora no nos han leído nunca. Cuando eramos niños no había tanta oferta de bibliotecas, de títulos... y somos muy lectores. También es verdad que no había muchas más cosas, no había distracciones, no teníamos casi tele, ni canales. Tampoco había tablets... En realidad se dice lo del ejemplo para que los niños vean que, para el adulto cercano, leer no es una obligación. Cuando en el colegio te obligan a leer algo y no les gusta, ahí deben entrar los padres. Es su trabajo hacerlo divertido, leer con ellos o a la vez que ellos, esa es la manera de predicar con ejemplo... y basta con diez minutos al día.

¿Con diez minutos se puede lograr el hábito?

Claro, los pequeñines empiezan con diez minutos, no pueden atender más tiempo. Leer requiere atención, pero luego ese tiempo va fluctuando: una temporada leen 15 minutos, vuelven a los 10, después 20 minutos... Luego ya lo hacen ellos. Son etapas, a todos les pasa.

¿El lector nace o se hace?

Las dos cosas. A todos los niños hasta los seis años les encantan los libros. Si dejas en suelo cojines y libros, al minuto tienes el suelo lleno de niños mirándolos. Los niño nacen con mucha curiosidad y los libros son un elemento que nutre esa curiosidad. Luego ya el lector se va haciendo, porque si no se fomenta que lean, no se tiene ni un libro en casa, pues al final le parecerá un objeto de decoración y el niño no sentirá la necesidad de leer.

Sin embargo, hay niños que con todo en contra que sí que buscan leer.

En la actualidad el entorno se esfuerza mucho para que lean libros y los padres se han sumado al carro y se han dado cuenta de que no pueden darle toda la responsabilidad a los profesores de que su hijos lean o no. Los profesores enseñan a leer pero el hábito se va a adquirir en casa, con los libros que ellos mismos eligen y que les apetezca leer.

En cualquier caso, en la actualidad, la oferta de literatura infantil y juvenil es enorme...

Es increíble. Desde Boolino lo vemos todo, porque es una plataforma de fomento de la lectura. Es espectacular la oferta, hay tantas cosas y tantas que van a quedar invisibles para la gente, que da una pena... ves libros que son buenísimos y no acaban de tener el alcance que deberían tener. Por ello siempre va a haber un libro para un niño. Porque al que no le gusta el cómic, le gustan los de aventuras, o si no el de narrativa...

¿Y si un niño no se quiere acabar un libro? ¿Qué se le dice?

Hay que dejarles. Si no se lo quieren acabar es por una razón. El enlace de las personas con los libros es muy emocional. A veces dejarlo a medias no significa que no les guste, también puede ser por lo contrario: les está gustando tanto que no quieren que se acabe. El vínculo es tan íntimo, que si el niño no quiere finalizar el libro, pues que no se los acabe, ya encontrará algo que le guste o retomará esa historia en un futuro.

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