¿Por qué deberías dar juguetes en blanco y negro a los bebés en sus primeros 6 meses de vida?

Los expertos aseguran que durante el primer medio año de vida, no es el color ni las formas lo que les llama la atención a los bebés

S.F.

Cuando un recién nacido llega a casa muchos padres se empeñan en decorar su habitación con colores llamativos o mostrarles pequeños juguetes llenos de color. Consideran que los tonos intensos como el rojo, verde o amarillo son capaces de atraer mejor su atención por ser un estímulo para su vista y su cerebro y, además, les sirve de entretenimiento.

Sin embargo, según Colorbaby, empresa especialista en la distribución de juguetes, parece que esta suposición no tiene nada que ver con la realidad de un bebé. Y es que, hasta los tres meses más o menos, «la visión del color no es total», asegura Carolina Rabanaque, oftalmóloga pediátrica, sino que es a partir de esa edad «cuando los niños ya tienen una visión más clara del color y una mejor sensibilidad al contraste», añade.

Apunta que durante los primeros 6 meses de vida, no es el color ni las formas lo que les llama la atención, sino los contrastes, ya que no han desarrollado las habilidades de enfoque y parece que su vida se desarrolla en blanco y negro. Una afirmación esta última que ha derivado en que los juguetes en estos mismos tonos (blanco y negro) son una buena opción para que los niños, en sus primeros meses de vida, entrenen la vista. «Los juguetes en blanco y negro ayudan a desarrollar la sensibilidad del contraste y a fijar la vista», afirma Rabanaque.

Tarjetas o pequeñas piezas

Explican que una buena forma de empezar a estimular su visión es mostrarles este tipo de juguetes a una distancia de unos 20 cm , ya que su habilidad de enfoque no está desarrollada. Se puede hacer con un móvil colgado en su cuna montado con objetos o tarjetas en estos colores, y, poco a poco, ir distanciándolos para estimular la visión.

Otras opciones son acercarles libros de tejidos suaves, sonajeros que se pueden colgar en la cuna o el cochecito, o tumbarles sobre la clásica mantita, siempre que el blanco y el negro sean los protagonistas de esta pieza.

Estos juguetes son recomendables en sus primeros meses de vida, «pero a partir de esta edad es importante incorporar otros elaborados con toda la gama de tonos, ya que es entonces cuando el bebé empieza a focalizar y a tener un mejor desarrollo visual. Los colores influyen en el desarrollo del sistema óptico. Estimulan la retina y la corteza visual por lo que exponer el ojo del niño a toda la gama de colores es imprescindible para que desarrolle una visión perfecta», explica Rabanaque.

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