Roberto Garrido | Director del Colegio de la Inmaculada
«Hay que vivir la evolución. Si te anclas, permaneces oscuro»
Roberto Garrido responde a las preguntas de ABC en la serie Colegios de España
¿Qué es el Inmaculada?
Un colegio de la Compañía de Jesús que quiere ayudar a la sociedad a formar hombres y mujeres para los demás dentro de la espiritualidad.
¿Es serio mezclar fe y ciencia?
En muchos aspectos se trabajan por separado, pero en el día a día está entrelazado. Una misma cosa se puede hacer de muchas formas distintas y queremos que nuestros alumnos puedan elegir la forma de hacerlas.
Arquitectos.
Es el ejemplo que siempre pongo. Que sean los mejores. Pero que hagan casas pensando en las personas que van a vivir en ellas.
Cuesta enseñar el bien en un mundo en que ya no hay niños o niñas.
Hay niños y niñas. Y de momento no hemos tenido que gestionar ninguna situación en los vestuarios.
Buen intento. Pero usted es un director de los Jesuitas. ¿El sexo es una condición o una elección?
Es una asignatura que aún no está totalmente clara. Hay visiones más tradicionales y otras más modernas.
Es una respuesta «niñes».
La escuela ha de acoger la necesidad social, saber atender lo que se demanda en las mejores condiciones.
Son parte de la Iglesia.
Somos parte de la sociedad.
Una cosa es acoger la realidad y la otra tragarse la propaganda.
Éste no es un debate de escuela sino de las altas jerarquías eclesiásticas.
¿En qué se diferencia un colegio de la Compañía de uno de la Obra?
Nuestra identidad, nuestro carisma, lo que nos hace diferentes es la trayectoria histórica. Nosotros nos basamos en la Ratio Studiorum.
Ratio Studiorum.
Es el contexto del aprendizaje, la experiencia (gustar de las cosas internamente), la reflexión para el discernimiento y la clarificación, la prelección en lo que me voy a centrar, la acción para el crecimiento interior, la evaluación periódica del progreso de las actitudes humanas y la repetición del paradigma que ayuda a madurar. Y, después, volver a empezar. Es un proceso continuo.
Las nuevas tendencias pedagógicas dicen que lo que importa es desarrollar las capacidades del alumno, más que sus conocimientos.
Los conocimientos son importantes y las capacidades también. Nosotros buscamos la interacción entre disciplinas: trabajar por proyectos multidisciplinarios, tan mezclados como luego la vida te presenta. Una educación más basada en los retos y los caminos para resolverlos que en las clases magistrales.
Las nuevas carreras.
Ahí tenemos un problema, porque vemos que el mundo se rige hoy por trabajos nuevos, y aún no sabemos qué carreras o estudios habrá que crear para preparar a los alumnos.
Además ahora somos líquidos
Antes los valores eran sólidos, y ahora caben más posibilidades. Hasta con el Covid hemos ido cambiando de estrategia a medida que hemos ido sabiendo más.
Bueno, ya me alegra que compare el relativismo con una enfermedad.
El conocimiento cambia porque aprendemos.
El mal avanza porque el diablo existe.
Hay que vivir la evolución del mundo. Si te anclas, permaneces oscuro.
Son un colegio concertado.
La concertación sirve para hacer accesible nuestro centro a todas las clases sociales. Antes sólo podían entrar los que podían pagar.
Si tan generosos quieren ser, que sea con su dinero.
Es que no es generosidad. Es pluralidad y derechos. Cuanta más gente puede elegir, más libertad.
El mérito es que cada uno pague el precio de su buena obra.
No es una «buena obra». Es un derecho que se reconoce a las familias. No somos generosos, somos justos.
Las escuelas públicas se quejan de que las concertadas se quedan con la inversión y las reducen al gueto.
Tenían razón antes. Ahora la inversión en la pública es alta, los profesores están mejor pagados y las plantillas son más numerosas. La escuela pública es hoy muy competitiva.
Hay familias con convicciones de escuela pública.
En este mundo hay de todo.
Vivimos vidas de imperfección.
Por eso la Compañía es valiente, visionaria, renovó su enseñanza antes de que en todo el mundo se hablara de la necesidad de renovarla. Sin sentido, el mundo no se sostiene. Para ser libre hay que conocer.
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