Una jueza de Vitoria anula el cese de una interina porque el euskera es «difícil»

El Ayuntamiento de Llodio, en Álava, la cesó por no acreditar el perfil lingüístico necesario

Entrada al municipio de Llodio Sandra Espinosa

Miriam Villamediana

La demandante empezó a trabajar en el Ayuntamiento de Llodio 2014. En los seis años que estuvo allí invirtió casi 1.300 horas de su tiempo libre en aprender euskera, pero solo consiguió aprobar el título más básico de la administración vasca. En octubre de 2020 en la plaza que ocupaba como interina se declaró perceptivo el perfil lingüístico equivalente al nivel C1. Al no poder acreditarlo, el Consistorio cesó a la mujer de 45 años .

El Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 3 de Vitoria ha declarado ahora nulo ese despido. En su alegación, el Ayuntamiento argumentó que en la toma de posesión de esta funcionaria ya se argumentó que existía la «posibilidad de cese» si no se cumplían los requisitos lingüísticos. Pero la Magistrada Ana María Martínez Navas contesta que en ningún caso se ha conseguido demostrar esa «falta de capacidad» ante un trabajo que «previamente lo había desempeñado durante seis años sin que obren ni expedientes disciplinarios, ni expedientes por falta de rendimiento».

En la sentencia recuerda además que el decreto que regula la normalización del uso del euskera en la administración «establece la exención del cumplimiento del régimen general de perceptividad de los perfiles lingüísticos» para trabajadores mayores de 45 años, supuesto que encaja en el caso que se juzga. Esta exención debería ser aplicable también, entiende la jueza, en el caso de una interina ya que «no existen razones objetivas que justifiquen tal discriminación».

Un idioma muy difícil

La jueza dedica además buena parte de la sentencia a analizar las dificultades que entraña el euskera. Se trata, dice Martínez, de una lengua que «no comparte ninguna conexión con ningún otro idioma ya que ha evolucionado de manera aislada». Explica que se trata de un idioma con una estructura extraordinariamente compleja y un vocabulario en el que las palabras cambias de significado «al adicionarse uno de los cientos de sufijos, prefijos e infijos» que se dan en la lengua.

«La Administración parece olvidar que el euskera ocupa la quinta posición de los idiomas más difíciles del mundo (en algunas listas aparece incluso el primero)», lamenta la jueza. Y por eso, reprocha al Ayuntamiento de Llodio «nula sensibilidad» ante los esfuerzos de la funcionaria por entender y aprender una lengua que presenta «extraordinarias dificultades».

Por todo ello, declara nulo el cese y obliga al Ayuntamiento a readmitirla en un puesto del mismo nivel. Además, deberá indemnizarla con los salarios que ha dejado de percibir en estos meses, además de los correspondientes interesas y deberá pagar las cotizaciones correspondientes a la Seguridad Social. El Ayuntamiento ha anunciado que recurrirá la sentencia porque entiende que el aprendizaje de la lengua es algo «muy subjetivo».

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