El Gobierno pone la puntilla a la hostelería navarra

Este lunes algunos ya tenían a sus empleados en ERTE

Los representantes de la hostelería se concentran en Pamplona contra las medidas del Gobierno Foral. EFE

Gema Santamaría

Las medidas que el Gobierno de Navarra ha aplicado durante los próximos 15 días, a partir de este jueves, con el cierre de bares y restaurantes, es "la puntilla" para la hostelería de la Comunidad Foral. Ayer las distintas asociaciones que representan el sector comparecieron en el Parlamento, se concentraron en la calle y pitaron frente al Palacio de Diputación, junto a la Plaza del Castillo y todos sus comentarios son pocos.

Con 26 años en la hostelería, en La Cantinetta, un restaurante más que conocido de Pamplona, en la Vuelta del Castillo, Kale Satrústegui calificaba ayer las restricciones frente al Covid-19 de "desastre" y de lógicas. Con 12 personas empleadas, y capacidad para 120 personas, sin dudarlo, ayer entraron ya en el ERTE. Ni se planteó el día anterior coger lechuga, que le faltaba, porque viendo la que se venía encima, pensó que hasta las doce de la noche no iba a decidir si pedir más producto o no. Y no hizo falta, cinco horas antes la presidenta del Gobierno anunciaba unas restricciones que afectan directamente a este sector y que no hay manera de que lo encajen por ninguna parte, viendo que no las medidas no se aplican a todos por igual y que otras actividades no se han visto tan afectadas y que no se han dedicado más recursos a controlar los botellones y las fiestas de los universitarios y no se han adoptado medidas antes de llegar a esto.

Y apunta Kale Satrústegui que lo tenían claro que el anuncio iba a esperar a que la Vuelta Ciclista a España sí pudiese celebrarse, como Javier Vinacua, del Bar Fitero de la calle Estafeta de Pamplona que opina lo mismo y que apunta que incluso ha ido a misa a pedirle a su padre, que tenía mucha fe en la Virgen del Pilar, que les eche una mano. Y Juan Luis Contín, del restaurante El Burladero ubicado frente a la Plaza de Toros de Pamplona que afirma que no hay mamera de levantar cabeza cuando la ciudad no ha tenido ni Semana Santa ni Sanfermines y son esas fechas, hasta septiembre, cuando la capital vive más y sale y recorre los bares y cena, porque el resto del año, salvo las Navidades hay menos clientela.

"Nosotros hemos respetado las normas al dedillo, explicándoles a los clientes todo lo que era necesario para guardar las medidas de seguridad y la hostelería no es la responsable de que se expanda el virus", afirma Kale Satrústegui."Todo el mundo tiene que responsabilizarse". En La Cantinetta fueron de los primeros restaurantes que abrieron en Pamplona tras el confinamiento pero ahora el poder llevar comida a domicilio ni se lo plantean. "Contra las grandes cadenas que reparten comida no se puede". Aun y todo ya le da vueltas para ver cómo volver a abrir "cuando pase esto", pero por las ayudas, 10 millones de euros que ha anunciado el Gobierno foral, no será. Ninguno de los hosteleros consideran que eso vaya a servir de ayuda, ni préstamos que tengan que devolver, ni que les quiten el IAE que sólo supone algo más de 400 euros, cuando sus gastos son mucho mayores. Y afirman que los restaurantes son más seguros que otras zonas y espacios como los centros comerciales, sin querer ofender a nadie, pero con más dificultades para controlar las medidas de seguridad e higiene

Juan Luis Contín de El Burladero asegura que esta medida no va a ser útil."Entendería que pararan todo, ¿pero sólo a nosotros?. Es una medida política cuan.do no ha habido contagios en la hostelería", afirma Contín, 20 años de sus 50 dedicados a la hostelería. "Después de arrastrar este año de desastre", las ayudas que les ofrece el Ejecutivo foral considera que son una limosna e insiste en que deberían haberles permitido levantar la persiana, aunque sólo sea hasta las 22.00 horas. Para Semana Santa, ya calcula que sus ingresos habían descendido un 90% y el resto de los meses un 30%, hasta ahora. "Y nosotros nos hemos defendido pero otros van a cerrar y veremos si en dos semanas vamosa poder abrir o nos anuncian más medidas". Contín considera que las medidas deberían ser unificadas para todo el país y no que en una provincia vecina haya unas normas y en Navarra otras o que no se adoptase ninguna decisión en una ciudad también universitaria, con dos centros que suman unos 20.000 estudiantes, y no ha habido prevención,cuando los recursos se podían haber destinado a ese control. Recién renovado su local, la cuesta de enero la ve en octubre, Juan Luis Contín. "Este segundo cierre es letal" cuando "el lío está en la calle". Javier Vinacua del Bar Fitero, con 65 años de historia en la Estafeta, la calle del encierro, la más conocida de la capital navarra, indica que su facturación ya ha bajado más de un 50%. Asegura también que han cumplido todas las medidas de seguridad y que estas medidas son injustas. Ni siquiera el ERTE es una panacea, como afirma también Kale Satrústegui, refrenda Vinacua. "Pagar el ERTE de una sola persona nos supone 20.000 euros". El regenta también otro bar de Pamplona, Casa Paco, un rincón típico también en el que la terraza les ha salvado mucho, pero aun y todo afirma que ha perdido dinero, ha pedido préstamos..."Las ayudas que nos ofrecen, no lo son".Ayer, como apunta Kale Satrústegui, dueños y empleados estaban juntos "para lamerse las heridas" que les ha dejado el Covid y las decisiones de la admisnitración. La hostelería en Navarra cuenta con 4.700 empresas y emplea a 18.000 personas. Ayer defendieron que sólo 190 de 8.400 focos de Covid en España se han detectado en el ámbito de la hostelería.

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