Una madre recoge a su bebé de la Escuela Infantil Casa del Niño
Una madre recoge a su bebé de la Escuela Infantil Casa del Niño - RAFA ALBARRÁN

«¿Y ahora qué hago yo con mi hijo?»

Ochenta familias de una escuela infantil de Mateo Inurria que cerrará el viernes, indignadas por la incertidumbre sobre el futuro del centro

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Los dibujos no tienen quien los coloree, las aulas carecen de actividad y el patio, con su arenero recién sustituido por una confortable superficie de caucho, es un mar de silencio. Ni rastro de babis, menos aún de canciones, juegos o el secular momento para la siesta. Un total de 84 niños, entre 0 y 3 años, y 17 trabajadores deberán abandonar en pleno curso educativo la Escuela Infantil Casa del Niño (Mateo Inurria, 20). Una orden de cese en firme por parte de la Agencia de Actividades (ADA), dependiente del Ayuntamiento, obliga a paralizar la actividad en el centro, abierto en Chamartín desde hace más de 50 años.

«A finales del año pasado hubo una inspección urbanística y descubrieron que la escuela no tenía la ampliación de licencia», afirma su directora Azucena Barranco, quien explica que en 2005 acometieron una serie de obras acordes a otra normativa de la Comunidad y «por razones desconocidas» el arquitecto de entonces no pidió la ampliación.

«Hasta que no nos lo comunicaron no teníamos constancia de ello porque, además, nuestra licencia se ha entregado en sucesivas inspecciones y nunca nos han puesto ninguna traba», sostiene.

La guardería, gestionada por la Asociación Nuestra Señora Salus Infirmorum Diócesis de Madrid, permanecerá abierta hasta el próximo 2 de diciembre con el fin de que la salida de alumnos pueda ser gradual. «En septiembre, nos contaron en la guardería que había algunas pequeñas deficiencias a subsanar, pero que apenas durarían 15 días», relata una madre, al tiempo que recoge la indignación generalizada del resto de padres. «Cuando dijeron hace tres semanas que cerraban de forma permanente no dábamos crédito. Al final rectificaron, tuvimos una reunión dos lunes atrás y nos comunicaron por carta que, con la cautela necesaria que requiere cualquier tipo de reforma, volverían a abrir en un plazo de dos meses», subraya.

Desde el centro argumentan que la primera vez que informaron a los padres de este problema no señalaron la posibilidad de cierre, «porque no pensábamos que la situación podía acabar así». Tras varias reuniones con el Ayuntamiento, Barranco asegura que la asociación «ha conseguido agilizar los trámites» y que en un mes y medio estarán operativos. A pesar de ello, la incertidumbre es máxima. «La dirección nos ha prometido que, unas vez reabran, el curso está garantizado pero, ¿qué pasa si solos vuelven 10 niños?», cuestiona un padre.

Según ha podido saber ABC, las obras exigidas supondrán un coste cercano a los 100.000 euros. Entre los cambios a acometer destaca una escalera exterior de incendios plegable, detectores de humos y puertas con rotura de puente térmico. Un abanico de arreglos que, sin embargo, contrasta con la opinión de padres y empleados. «Si supiera que este lugar es peligroso, jamás habría traído a mi hijo. Llegamos a pensar incluso en intereses especulativos porque este es un lugar completamente seguro», detalla otra de las madres.

Obligados a buscar alternativas

La Escuela del Niño procederá a la devolución de los pagos en concepto de matrícula, material y uniformidad durante el período que esté paralizada y no efectuará el cobro del mes de noviembre aunque los niños continúen matriculados hasta la fecha límite. En este sentido, su directora cree que muchas familias optarán por dejar a sus hijos en casa «ya que la mayoría tienen personas internas en sus domicilios».

Además, Barranco revela que han buscado alternativas para que los pequeños puedan incorporarse a otros colegios. En concreto, el Maristas San José del Parque, para los alumnos de 2-3 años y la Escuela Infantil «El Jardín de los Ángeles», para las clases de bebés y 1-2 años. Dos opciones que los padres consideran difíciles de poner en marcha: «Primero, porque casi todos somos vecinos de la zona y estos dos centros están lejos, además de que en el caso de los más pequeños no tienen ruta escolar. Y segundo, por lo difícil de otra adaptación».

Los 17 trabajadores de la escuela han sido informados de un expediente de regulación de empleo temporal con un plazo máximo del 31 de enero. En el caso de que la apertura tuviera lugar previamente, la totalidad de la plantilla se reincorporará de manera inmediata.

Ver los comentarios