¿Todo el mundo puede conducir un autobús escolar?

El accidente de un autobús escolar que ha tenido lugar esta mañana en Fuenlabrada (Madrid), y que se ha saldado con 15 menores heridos, ha levantado las suspicacias de muchos padres que, cada mañana, se despiden de sus hijos antes de que cojan el «autobús del cole» para acudir a clases o puntualmente para ir de excursión. Como es razonable, los conductores de autobuses escolares necesitan un permiso especial, como determina la legislación vigente.

Concretamente el Reglamento General de Conductores especifica que, además del permiso de circulación pertinente, el conductor de un autobús que cubra una ruta escolar ha de tener en su poder un permiso especial que, de no poseer, le impediría específicamente poder desarrollar esta labor.

Esta autorización la tiene que llevar encima el conductor y establece los siguientes requisitos, dispuestos en el artículo 32 del reglamento:

Es decir, la persona encargada de trasladar a menores no puede tener antencedentes como infractor ni haber perdido el permiso de conducir. Además, tendrá otras obligaciones rutinarias, según advierte la Dirección General de Tráfico, como revisar antes de cualquier trayecto el estado del vehículo o llevar el cartel acreditativo de «Transporte Escolar».

Todo esto se suma a la obligación, como todos los conductores, de respetar las normas de seguridad, así como los tiempos de conducción y descanso.

El conductor de un bus escolar tampoco puede permitir que los niños bajen del autocar y tiene la responsabilidad de no fumar ni consumir alcohol. Como norma general, el conductor tiene la obligación, atendiendo a todas estas normas, de velar por la seguridad de los pasajeros.