El Teatro Real se pone flamenco

El Festival Internacional de Cante de Las Minas, donde tantas leyendas del flamenco comenzaron su ascenso meteórico, se queda dos días en Madrid. Ayer se ofreció el primero de los dos pases (el segundo y último será hoy) de «Las Minas Puerto Flamenco», un espectáculo que cuenta la historia del flamenco con diez artistas en escena, cada uno de ellos actuando en su especialidad.

Soleás, peteneras, tanguillos, alegrías, seguirillas, cañas, bulerías, rondeñas, vidalitas, milongas, guajiras, colombianas y habaneras sonarán a cargo de un cuadro formado por bailaores, cantaores y tocaores acompañados de flauta flamenca y percusión, en una función cargada de sensibilidad e imagen que narra un viaje por la historia de la música de los puertos, lugares que han propiciado un punto de encuentro para los artistas.

En el plantel de «Las Minas Puerto Flamenco» figuran Eduardo Guerrero, Amador Rojas y Yolanda Osuna al baile; Gema Jiménez, Manuel Soto y Bernardo Miranda al cante; José Tomás Giménez y Javier Ibáñez a la guitarra; Óscar Manuel a la flauta, y Lolo Plantón a la percusión, todos ellos grandes artistas reconocidos internacionalmente.

Por ejemplo, un crítico de «The New York Times» destacaba hace sólo unos meses el arte y la magia del baile de Yolanda Osuna, y Eduardo Guerrero ha recorrido todo el planeta junto a las principales compañías de baile, siendo a la vez uno de las principales bailaores habituales de Corral de la Morería, el tablao flamenco más famoso del mundo. Por su parte, Amador Rojas es uno de los grande exponentes de la fusión de tradición y vanguardia en el baile.

El programa

«Las Minas Puerto Flamenco» arranca con una breve actuación de Ricardo Fernández del Moral al cante y a la guitarra, para después sumergirse en una historia situada en 1699, con la llegada a la Bahía de Cádiz de una Carraca de la Flota de Indias llamada Libertad, procedente del puerto de Veracruz y cargada de oro y plata de México y cacao de Santo Domingo. Historias de héroes, pescadores y ladrones se entrecruzan con un trasfondo romántico, en el que los duelos de bailaores representan el enfrentamiento de dos hombres por el amor de una mujer.

Este musical ha podido verse ya en Málaga, Huelva, Algeciras, Ceuta, Alicante, Castellón, Motril, Sagunto, Cartagena o Gijón, y ha puesto en pie a todos los auditorios por lo que ha pasado. En años anteriores también ha recalado en ciudades de todo el mundo como Bruselas, Luxemburgo, Nueva Delhi, Bombay y Tokio. A partir del próximo mes de septiembre, dará el salto a América comenzando en Estados Unidos, siguiendo por Centroamerica y Suramérica, y después viajará a Asia.