La librería de San Ginés se encuentra junto a la iglesia que lleva el mismo nombre
La librería de San Ginés se encuentra junto a la iglesia que lleva el mismo nombre - BELÉN RODRIGO

El rincón del libro más longevo de Madrid

La librería de San Ginés es una de las más frecuentadas por los turistas que visitan la capital pero todavía muchos madrileños desconocen los secretos de este local

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Cada mañana Javier o Alicia Sanz, a veces ambos, sacan cientos de libros de la caseta de madera situada en el pasadizo de San Ginés para colocarlos cuidadosamente en los anaqueles. La misma operación se repite, 363 días al año, o lo que es lo mismo, todo el año excepto los días de Navidad y Año Nuevo. Estos hermanos continúan el trabajo de su padre Luis, que adquirió la legendaria librería en 1952 y en la que estuvo al frente sesenta años. Ya su abuelo regentaba un puesto de libros en la calle de Santa Engracia.

“Cada año pesan más los libros”, comenta a ABC Javier Sanz. Él empezó con 13 años ayudando a su padre y es ahora el propietario del establecimiento, contando con la ayuda de su hermana.

"Nuestro padre estuvo trabajando hasta poco antes de fallecer", recuerda Laura. Los últimos añso no están siendo nada fáciles para sacar adelante el negocio, “sobrevivimos gracias a los turistas”, subrayan ambos hermanos. Saben que es uno de los rincones dedicados al libro más longevo y del que más se ha hablado en todo el mundo pero aun así aseguran que “muchos madrileños pasan por aquí con frecuencia y no se han fijado en esta librería”.

Hay que recurrir a los libros antiguos para encontrar las primeras referencias de esta librería. Según el académico Manuel Rico y Sínobas en su libro “El arte del libro en España” es Diego Logroño el primer librero del que se tiene noticias establecido allí en 1650. También hay reseñas en el libro de Martín Cerecedo Ardid y Cano “El nuevo para todos”, de 1767, en el que se refiere al puesto y librería de Bartholomè López, junto a la Escalerilla de San Ginés. Gabriel Molina habla de esta librería en su obra “Libreros y editores de Madrid durante cincuenta años: 1874-1924”, indicando que en 1899 la librería está en manos de Ángel y Manuel Calleja, que la traspasan a Francisco Lastra y Anastasio Moyano. Llegamos a 1922 con Antonio Sánchez como propietario hasta la llegada de Luis Sanz en 1952.

Los años han pasado factura en esta estructura de madera. “Mi padre tuvo que vender la 1ª edición de Los Caprichos de Goya para poder realizar una gran reforma que le exigieron”, recuerda Javier. Y a pesar de esas obras siguen existiendo problemas “porque se trata de una estructura vieja de madera que se dilata con la humedad y en algunas épocas del año resulta complicado poder echar el cierre”. La gran mayoría de los libros están en el exterior por lo que “es necesario tener mucho cuidado para que no se estropeen. “Las épocas más duras son las de lluvia y heladas, el verano lo llevamos mejor porque estamos en un pasadizo donde da mucha sobra”, afirma el librero. Abren cada día de 10 a 21 horas. Antiguamente colocaban una lona y unas cuerdas sobre los libros y se iban a comer “hasta que un día llegaron con un camión y se llevaron medio tablero”. Así que ya no abandonan el local en ningún momento y hacen turnos para ir a comer.

Libros usados

Los libros que están a la venta son usados, en su gran mayoría en castellano, de historia, literatura, acción… con precios a partir de un euro. Los ejemplares más antiguos que tienen son del siglo XIX. Cuentan con un gran almacén e intentan ir cambiando los títulos todo lo que pueden. Ellos se desplazan a los domicilios de las personas para adquirir los libros. Algunos son más difíciles que vender que otros. Las enciclopedias, por ejemplo, “no tienen salida, hoy en día nadie las utiliza para consultar nada estando Internet”.

Y es precisamente el mundo digital el que ha debilitado un negocio tan longevo. “Es una de las razones de la pérdida de clientes, se han cambiado los hábitos de lectura, y hay que adaptarse”, comenta el dueño. Y esa adaptación pasa por tener en la tienda objetos muy solicitados por los turistas como imanes, postales e imágenes de Madrid. “!Quién nos lo iba a decir!, pero es una realidad”, afirma Laura Sanz.

Tierno Galván fue durante muchos años uno de sus clientes más habituales, y entre los actuales se encuentra Emilio Gutiérrez Caba. “Pasan por aquí muchas personalidades, actores, políticos y muchos estudiantes norteamericanos, que son los que más libros antiguos de autores españoles compran”. El ex - presidente de México, Vicente Fox, por ejemplo, realizó una compra de muchos libros muy buenos y durante unos días “esto se llenó de turistas mexicanos que supieron de la visita de Fox”. Además la proximidad con la chocolatería de San Ginés favorece la visita de muchos estranjeros.

En la librería de San Guinés se siguen realizando pequeñas tertulias, “entre amigos, porque el sitio es pequeño”. Javier asegura que sigue existiendo un grupo de lectores que lee mucho pero es evidente que “estamos en la era del libro digital”. De los clientes antiguos de este establecimiento “la mayoría han ido muriendo y desapareciendo”. Sobre el futuro, ya se irá viendo, “de momento ganamos para cubrir gastos pero el negocio no termina de levantar”.

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