Así ha quedado el edificio del barrio de Salamanca tras la explosión: en peligro de demolición y daños serios en los colindantes

La investigación inicial corrobora el escape de gas de una caldera en la reforma de fontanería del tercer piso

Investigan si la explosión en el barrio de Salamanca de Madrid se inició en la acometida de la caldera de la cocina

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El futuro de lo que queda del edificio de la calle del General Pardiñas, 35, esquina con Ayala, no parece muy optimista. Los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid han hallado serios daños estructurales en el inmueble, situado en pleno barrio de Salamanca. De cuatro plantas más bajo, el complejo saltó por los aires el viernes a la una y media de la tarde. Si bien buena parte de la fachada no se ha venido abajo, el interior está casi completamente devastado . No solo el tercero derecha, el piso donde se produjo la deflagración, sino el ático inmediatamente superior y todo lo que no es el esqueleto exterior.

El mismo día de los hechos se realizó el apeo de la estructura, mientras se buscaba a los dos operarios desaparecidos y que, finalmente, fueron hallados muertos bajo un amasijo de escombros en el patio interior . Ayer, las labores de apuntalamiento continuaron, a la vez que se dejó a los vecinos de otros edificios cercanos entrar acompañados por los especialistas para recoger sus enseres de mayor urgencia. Sin embargo, los de los inmuebles colindantes al siniestrado aún no podrán regresar a sus casas, pues existen daños severos en ellas. De cualquier modo, no se prevé que estos últimos necesiten ser demolidos.

Así, es necesario aún esperar a nuevas inspecciones para determinar si Control de la Edificación, dependiente del Área de Desarrollo Urbano del ayuntamiento, decide según los dictámenes tirar abajo el esquinazo de General Pardiñas, 35.

Evitar un segundo colapso

Según explicaron ayer los Bomberos, estuvieron toda la mañana consolidando los huecos de la fachada y apuntalando, para evitar que se pueda producir un segundo colapso. Este miedo ya existía después de la explosión el mismo viernes. Un temor que se acrecentaba teniendo en cuenta que junto al bloque hay un colegio , el Virgen de Loreto, al que llegaron cristales y de cuyas aulas cayeron parte de los falsos techos, con los niños dentro.

«Dentro del peligro de posible derrumbe secundario, hemos estado apuntalando toda las estructuras que hemos colado en todos los huecos y en el interior también», trasladó el jefe de guardia de Bomberos de Madrid, Víctor Barrasús, que se encuentra trabajando junto a sus compañeros en la seguridad del edificio afectado y de los colindantes.

Asimismo, añadió que dos dotaciones, con cinco operarios en cada una de ellas, acompañaron a los vecinos del número 33 a recoger algunas cosas: «Con cada vecino van uno o dos bomberos y vamos trabajando por planta y por edificio», explicitó Barrasús.

La mayoría de esos residentes que tengan pisos no colindantes al edificio afectado por la explosión podrán volver hoy a sus casas si la empresa constructora da el visto bueno al proceso, según informó a Ep un portavoz de Emergencias Madrid.

Esta situación se dará a las 12 horas, momento en el que los vecinos se reunirán con la empresa constructora para que les informen sobre si han conseguido quitar todos los escombros de sus casas para que puedan regresar a ellas.

Ayala, 78, desalojado

Por el contrario, el supervisor de guardia de Bomberos de Madrid, Antonio Marchesi, trasladó que después de una evaluación junto a técnicos de urbanismo del Ayuntamiento, el edificio de la calle Ayala, 78 «va a quedar desalojado» en su totalidad, ya que en sus plantas superiores, el muro medianero «se ha desplazado y al ser un muro de carga necesita ser apeado».

Asimismo, reconoció que en el número 33 los daños «son menores», ya que no hay daños estructurales, pero los pisos colindantes «necesitan reparación» porque han sido afectados por escombros, proyección de las carpinterías al interior «y tampoco están en condiciones de ser habitables».

Marchesi hizo una valoración del bloque de la explosión: «Está muy dañado», aunque tiene «zonas estables». «En su conjunto está estable, pero todavía tiene zonas podrían caerse», reconoció. A lo largo de la semana, se decidirá si es necesario demolerlo.

Los dos obreros muertos

En cuanto a los dos operarios fallecidos, como informóABC, se trata de un chico de 21 años que trabajaba con su hermano en la reforma de fontanería del piso. Ernesto y otro compañero, el hondureño de Tegucigalpa Miguel Alexander Rodríguez, de 27 , olieron a gas y bajaron al patio interior a buscar la llave de paso. Pero la explosión les sorprendió y quedaron sepultados por los escombros. El hermano de Ernesto sí pudo salvar la vida.

El escape que detectaron se encontraba en la toma de la caldera, en la cocina. Fuentes policiales confirmaron que la obra, menor, contaba con una declaración responsable de la Junta del Distrito de Salamanca.

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