Pablo Guerrero: «Ya he dicho todo lo que tenía que decir»

El mítico cantautor se retira esta noche con un concierto despedida en la sala Galileo Galilei

Pablo Guerrero, en el escenario de la sala Galileo Galilei Isabel Permuy
Nacho Serrano

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Contemplando la mirada de Pablo Guerrero se pueden sentir muchas décadas de música y de poesía, muchas madrugadas de pasión por la cultura y el arte , mucha sabiduría, pero también se intuye la fatiga de haber superado medio siglo de carrera. A sus 75 años recién cumplidos, el cantautor y poeta extremeño afincado en Madrid ha firmado el hasta aquí hemos llegado, lanzando el que será su último disco, ‘… Y volvimos a abrazarnos ’, y convocando a sus seguidores a un concierto de despedida en el que hará repaso de su brillante y dilatada trayectoria. Será esta noche en su querida Galileo Galilei, que se vestirá de gala para una velada histórica.

«Estoy un poco sobrepasado », dice el artista extremeño afincado en la capital. «Espero no emocionarme más de la cuenta, porque cuando me emociono más de la cuenta tiemblo como un flan . Espero poder hacer sonar las canciones con naturalidad, no me gustaría hacer una despedida con dramatismo . Quiero que sea una fiesta para decir ‘hasta luego, queridos amigos’», remarca.

Precisamente de buenos amigos es de lo que se rodeó en la grabación de ‘…Y volvimos a abrazarnos’, que ha sido en la que «más cómodo» se ha sentido y en la que «mejor» se lo ha pasado en toda su vida, según sus propias palabras. «Los colaboradores vinieron a grabar sus duetos con la lección bien aprendida , y todo fue muy fluido. Les agradezco mucho el cariño que le han puesto», afirma. Rozalén, Depedro, Olga Román, Javier Álvarez, Cristina Narea o Santi Vallejo son sólo algunos de los que han puesto su granito de arena en este álbum «que tiene un extra de responsabilidad porque ha sido financiado con micromecenazgo», cuenta Guerrero.

«Los que me conocen saben que me he preocupado mucho por hacer el mejor disco posible en agradecimiento a los que han apostado por él. No sé si lo he conseguido, pero lo he intentado», añade. A pesar de lo divertida y fértil que ha sido esta grabación, Guerrero piensa cumplir su palabra y no habrá más. «Lo he pactado con Luis Mendo, mi productor », explica entre risas. «Ahora tengo la voz aceptable, pero dentro de tres o cuatro años, que es cuando tocaría el siguiente, no creo que la mantenga así. Es una decisión tomada después de mucha meditación », explica.

Compañeros

Así pues, este será el «testamento artístico» de un músico que dio sus primeros pasos a finales de los sesenta, poco después de mudarse a Madrid para estudiar Filosofía y Letras . «Cuando empecé era tremendamente tímido, y nadie apostaba por mi futuro. Decían: ‘Este durará dos días en la carretera’. Ahora, ver que han pasado cincuenta años desde aquello, me da vértigo. Pero sobre todo siento mucho agradecimiento, y mucho afecto por todos los músicos que han tocado conmigo durante esta aventura. Ellos son los que me han dado fuerzas para continuar. A mí me gusta trabajar con amigos y con buena gente», cuenta Guerrero. Imanol Larzabal, Aute, Quintín Cabrera o Hilario Camacho son algunos de los que ya no están.

«Hay otros que sí están aquí, y aunque antes nos veíamos mucho, ahora nos hacemos viejos y ya no quedamos tanto. Hablo de Luis Pastor, de Javier Ruibal, Javier Bergia, Javier Batanero… Y también de Ismael Serrano y muchos otros», dice Guerrero, que a lo largo de su carrera ha bebido también de la música africana o de la electrónica: «Paul Simon fue quien nos abrió las puertas a todos en cuanto a música africana . La kora me fascinó y tomé algunas influencias de ahí. En la vanguardia electrónica me sumergí de la mano de Suso Saiz, y a día de hoy sigue siendo una escena que me interesa, sobre todo la británica».

Posibles reflexiones

En el momento de despedirse, el último análisis que este veterano hace de la escena de cantautores madrileña es que «le falta un buen teatro como el Olympia de París». «A ver si algún empresario musical recoge esta llamada que hago, porque estoy seguro de que haría negocio», exclama Guerrero a un día de tomarse la jubilación, que también le alejará de la poesía: «Va a usted a pensar que he quemado todas las naves , porque sí, también me retiro de esa faceta. Tengo la sensación de que ya he dicho todo lo que tenía que decir. Además, escribí seis libros en 2018 y 2019, de los cuales cinco siguen inéditos. Lo que me tienta ahora es escribir en otros géneros. Estoy en una época en la que me gusta recordar el pasado, así que quizá escriba reflexiones , experiencias, vivencias de estos años».

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