Los okupas de La Dragona braman contra Carmena

El Consistorio pide a los usurpadores de La Almudena que se vayan ante el cese del contrato con Funespaña

Madrid Actualizado: Guardar
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Por extraño que parezca, el colectivo okupa comienza a darle la espalda al Gobierno de Manuela Carmena. El próximo desalojo de uno de los edificios que más tiempo lleva usurpados en Madrid, el conocido como La Dragona, tiene en pie de guerra a parte de este sector antisistema. Otras asociaciones radicales, como la universitaria Malayerba, se suman a la protesta contra el cierre del «centro social» tomado en una parte del cementerio de La Almudena.

Según los okupas, el 29 de febrero recibieron el aviso de la Junta del Distrito de Ciudad Lineal, que preside Yolanda Rodríguez, conminándoles a que entregaran las llaves y abandonaran el inmueble. En esa reunión con la concejal, les explicaron que este septiembre termina el contrato con Funespaña, la gestora de los camposantos municipales.

Yque el Consistorio quiere recuperarlo. El proyecto inicial para el espacio es un museo de carruajes funerarios, según explican los usurpadores. «Pero la Concejalía asegura que quiere reconvertirlo en un centro social municipal, al estilo del Espacio Vecinal Montamarta», situado en el barrio de San Blas.

La oferta de la edil es que se constituyan como asociación y opten, como señala el reglamento creado por la corporación de Ahora Madrid, a la gestión de uno de los espacios que se están habilitando para ceder al «tejido asociativo y vecinal»;que no es más que una manera de legalizar las okupaciones.

Pero los antisistema se lo han tomado a la tremenda y desde La Dragona braman: «Consideramos que los centros sociales okupados y autogestionados no son el lugar en el que los ayuntamientos, los estados, los gobiernos o cualquier entidad autoritaria o represiva tengan la posibilidad de ejercer su influencia o su dominio». Pura dialéctica anarquista del siglo XIX.

Con la luz enganchada

Sobre la posibilidad legal que les brinda el Consistorio de constituirse en asociación, no quieren oír hablar: «Va en contra de nuestros principios: este espacio se construye y gestiona de manera horizontal y antiautoritaria, y para que siga siendo un espacio plural, crítico con el sistema y libre de coerciones externas». Es decir, que los okupas hacen de su capa un sayo y se niegan a marcharse y a tomar la mano tendida que les brinda la concejal de Ciudad Lineal. En definitiva, que no piensan irse por las buenas.

Lo cierto es que Funespaña cortó la luz al edificio el año pasado, y funcionan mediante un enganche ilegal. Allí también cocinan con infiernillos y organizan todo tipo de actividades sin las menores garantías de seguridad, como conciertos.

Quienes sí que se han acogido a la «legalización», como adelantó ABC, son los integrantes de La Traba, que optan a un espacio dentro de lo que iba a ser el Mercado de Frutas de Legazpi.

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