Los manteros se refugian en el Retiro: «Tenemos que sobrevivir»

Las calles del Centro lucen desiertas de vendedores ilegales estos días tras los gravísimos altercados de Lavapiés

DE SAN BERNARDO
M. J. Álvarez

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El centro de Madrid estaba ayer despoblado de manteros . La Puerta del Sol, las calles del Arenal, Postas, Preciados, Callao, Gran Vía..., los puntos habituales de concentración de estos vendedores ilegales estaban desiertos. «Llevan varios días sin aparecer por aquí, desde los incidentes de Lavapiés ». Así lo aseguraba el vigilante de seguridad de una cadena de moda rápida muy concurrida, situada junto a la red de San Luis.

Había incluso algún cliente que buscaba algún «top manta» por las inmediaciones de la Plaza Mayor. «No sé qué pasa. Hace dos o tres días que no se les ve por aquí », decía el dependiente de una heladería en un mal castellano. Su testimonio era corroborado por otros comerciantes, entre ellos el encargado de un bar o la dueña de una tienda de complementos. Varios agentes de la Policía Municipal mostraban también su extrañeza en pleno «Kilómetro 0». «Creo que el fin de semana han estado en la Plaza Mayor por la noche», decía una joven. Fue el único testimonio discordante recabado por ABC. Gitanas rumanas pidiendo y mendigos postrados en las esquinas destacaban entre el paisanaje de esas céntricas vías abarrotadas de turistas extranjeros mediada la mañana.

Al final, hallamos a un grupo de ocho senegaleses con sus mercancías en el suelo. Se habían refugiado en el Parque del Retiro, en la entrada situada detrás de la Puerta de Alcalá. «Tenemos mucho dolor por la muerte de Mmame Mbaye pero tenemos que sobrevivir. Es normal que no haya manteros por el duelo , pero no podemos quedarnos en casa», explicaba Abdou sin dejar de mirar a derecha e izquierda, acostumbrado a esquivar a la Policía. «Lo de Mbaye ha sido muy grave. Nos han utilizado, pero los incidentes no deben repertirse», zanja este senegalés, el único que se presta a hablar con este diario.

«Es un círculo vicioso»

Bolsos falsificados de marca, camisetas de los jugadores del Barcelona, Real Madrid o Atlético y deportivas eran los objetos que vendía este grupo detrás del que están las mafias. Los precios que «cantan» al inicio son 25 y 20 euros, pero tras el regateo hay rebaja. «Sacamos cinco euros de margen en cada artículo y unos 20 euros al día, si este es bueno», puntualiza este hombre.

Abdou está a favor de despenalizar el «top manta », como pide Podemos para que deje de ser delito con pena de cárcel. «Yo sé que es competencia desleal y que deberíamos pagar impuestos, pero estamos en un círculo vicioso. No tenemos papeles de residencia y por ello no obtenemos un empleo: ese es el problema . Por eso, nos vemos abocados a ser expulsados y por la venta ilegal, en el mejor de los casos, multados y con nuestras mercancías decomisadas –yo he estado en arresto domiciliario por ello–. Pero tenemos que comer. Conozco gente que ha conseguido los papeles y un trabajo legal. Dios es grande», concluye.

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