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MadridCae un grupo que robaba en casas y comercios chinos y se llevaban hasta sus coches

El cabecilla y su hijo, un menor, residían en un chalé de lujo que habían okupado en Pozuelo, donde vivía temporalmente el resto de la banda. El monto de lo sustraído asciende a 250.000 euros

Madrid Actualizado: Guardar
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La Guardia Civil ha desmantelado una organización criminal especializada en robar a comerciantes chinos. Hay cuatro detenidos, entre ellos en cabecilla y su hijo, un menor de 16 años, y otros dos cómplices, todos ellos de entre 30 y 46 años.

Lo llamativo de esta red es que se hacían pasar por policías nacionales para acceder a las viviendas de sus víctimas, que regentan establecimientos de Todo a un Euro en las afueras de la capital y en Rivas Vaciamadrid.

Ahí se apoderaban de las llaves del piso, de los coches y de los comercios para asaltarlos después, con sus moradores dentro utilizando un detector de metales. Por el momento se han esclarecido cuatro robos pero la operación sigue abierta.

No se descarta que ahora se produzcan más denuncias. El monto de lo sustraído asciende a 250.000 euros.

Los delincuentes, vestidos con uniformes reales del Cuerpo, placas y pistolas, llamaban a la puerta de los ciudadanos chinos con la excusa de haber recibido un aviso o realizar una inspección. En otras ocasiones, acudían alegando que iban hacer un control antidroga, ha explicado esta mañana la comandante Dolores Giménez de la Comandancia de Madrid. Entonces, utilizaban el perro del jefe de la banda, que vestía el corresoondiente peto policial. El líder es Juan Antonio Santoro, que salió de prisión hace un año, aproximadamente, y acumula 19 antecedentes por tenencia ilícita de armas y delitos contra el patrimonio. Natural de Francia tiene nacionalidad italiana. Sus cómplices son españoles.

Tres por uno

Su «modus operandi» era el siguiente: mientras la víctima buscaba su documentación los delincuentes se apoderaban de las llaves. Después, regresaban para perpetrar el robo con los moradores dentro. Si no habían conseguido la llave de la casa empleaban las técnicas de «bumping» e «impresioning» o la clásica ganzúa.

A veces los moradores no se enteraban de nada porque estaban durmiendo; otras veces, realizaban las sustracciones cuando solo había una persona en el domicilio para asegurarse la mínima resistencia. Y es que a todos les sometían a una vigilancia previa con balizas y conocían sus rutinas y horarios. ¿El motivo? Habían introducido cámaras de vigilancia dentro extintores de los garajes de las fincas y dos establecimientos, tras vaciarlos por dentro. Además, para comunicarse entre ellos, los malhechores usaban portáfonos, como los agentes.

Con el detector de metales que portaban se llevaban las joyas, relojes, el contenido de las cajas fuerte, así como material informático y electrónico. Las tiendas, todas ellas legales, las asaltaban por la noche y se apoderaban del efectivo, así como de otros objetos de valor. En cuanto a los vehículos, se apropiaron de cinco, algunos de ellos de alta gama y un descapotable que vendían después en el mercado ilegal, tras doblar las placas, o usaban ellos para cometer los delitos o utilizarlos en su vida privada. Hacían un tres por uno.

Las detenciones se produjeron el pasado 29 de octubre. Dos de ellas en un chalé de lujo de Pozuelo, que había okupado el cabecilla y en donde residían temporalmente sus compinches. Las otras dos, en Ventas y Fuenlabrada. En total se le imputan dos robos en viviendas, dos en comercios y la sustracción de cinco coches. En las casas obtuvieron 20.000 euros en efectivo.

La primera denuncia fue interpuesta en junio de 2014 en una comisaría de Policía Nacional y otras dos en febrero y marzo pasados. En septiembre la Guardia Civil comenzó la investigación. «Nos sentimos doblemente satisfechos porque los ciuda danos chinos no suelen confiar en las Fuerzas de Seguridad», concluyó Giménez.

Pistolas y un chaleco antibalas

Entre los efectos intervenidos hallaron tres pistolas (dos reales y una simulada), cuatro portófonos con sus cargadores, cuatro dispositivos de seguimiento (balizas) con su alimentación, tres uniformes completos de Policía Nacional, tres jerseys y cuatro camisetas de Policía Nacional, ocho chalecos y ochos placas identificativas de Policía Nacional, un chaleco antibalas y un chaleco táctico, un arnés para perro de Policía Nacional, dos chalecos y dos placas de Guardia Civil, varios grilletes metálicos y de cuerda, documentación relativa a potenciales víctimas, cámaras encubiertas

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