Candidatura del Prado y del Retiro

Madrid entra en la fase final para ser Patrimonio de la Humanidad

El Ministerio de Cultura recibió el lunes el visto bueno de la Unesco para valorar este año la propuesta de la capital, que opta a formar parte de la prestigiosa lista

La «mancha» de la zona que aspira a ser Patrimonio de la Unesco deja su huella inequívoca sobre la ciudad COMUNIDAD
Adrián Delgado

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El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte recibió el pasado lunes por la tarde la confirmación de que la candidatura « Paseo del Prado y el Buen Retiro. Paisaje de las artes y las ciencias » será incluida en la selecta lista de propuestas que evaluará la Unesco este año. Una noticia que supone un espaldarazo determinante en la carrera de Madrid por conseguir su primera declaración como Patrimonio de la Humanidad. Así lo confirmaron ayer a ABC fuentes de la Consejería de Cultura que dirige Jaime de Los Santos. La Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital han trabajado hasta ahora codo con codo para cumplir con todas y cada una de las fases de un largo proceso que, sin embargo, no ha hecho más que empezar. La de Madrid fue elegida, en abril de 2018, por el Consejo Nacional de Patrimonio como la primera de las candidatas españolas a ser incluida en esta fase final trascendental. Después de que la Unesco aceptara el expediente, que fue remitido por el Gobierno central el año pasado siguiendo el escrupuloso rigor que exige este organismo de la ONU, a la candidatura madrileña le quedan aún distintos escollos que superar.

El Centro de Patrimonio Mundial de la Unesco remitirá ahora la lista de seleccionados al Consejo Internacional de Monumentos y Sitios –conocido por sus siglas Icomos– que designará un experto para visitar el bien inscrito. «Previsiblemente la visita se podría producir la segunda semana de septiembre, durante cinco o seis días», explica a ABC Luis Lafuente, exdirector general de Bellas Artes y Patrimonio Cultural.

Como miembro del equipo técnico de la Dirección General de Patrimonio del Gobierno regional, explica que, tras ello, el experto elaborará un informe que será elevado de nuevo a Icomos. «Será su “bureau” especializado en Paisaje Cultural –la categoría a la que opta Madrid– la que realice una segunda valoración de la candidatura. Si fuera considerada y, previa subsanación de las observaciones y errores que pudiera contener, este organismo remitiría en mayo de 2020 su propuesta de inscripción definitiva a la Unesco», asegura.

El Comité del Patrimonio Mundial , formado por 21 países –entre ellos España– tomará la decisión final en su sesión plenaria en junio de 2020. «El Comité puede adoptar una de las siguientes decisiones: la inscripción del bien en la Lista de Patrimonio Mundial; no hacerlo, sin perjuicio de que la candidatura pueda volverse a presentar; pedir una ampliación de información del expediente sin pasar de nuevo por una misión de evaluación; o una reformulación en profundidad de la candidatura pasando de nuevo el estudio de los expertos», concluye.

Valor excepcional

Lafuente, conocedor en profundidad del funcionamiento de la Unesco –ha sido miembro de Delegación Permanente ante este organismo– destaca lo «bien redactado» que está el expediente. «Es un dossier completo», asegura. «Madrid es la única capital europea occidental que no está en la lista de Patrimonio de la Humanidad. Es la singularidad de este espacio urbano, cuyo diseño ha sido repetido en otras ciudades como La Habana , lo que lo hace especial», defiende. La unión entre la naturaleza, la cultura y la ciencia está presente en un área que incluye el Paseo del Prado, entre Cibeles y Atocha, El Retiro y Jerónimos. El 75% del espacio –190 hectáreas– que opta a ser declarado Patrimonio de la Humanidad está formado por espacios verdes de gran valor histórico y singular belleza A ello se suma que el Prado es el primero de los paseos arbolados urbanos europeos. Los ciudadanos lo han usado desde el siglo XV. El espacio atesora una concentración de instituciones excepcional en número y heterogeneidad, concebidas desde sus primeros origenes para la ciudadanía.

La intervención del hombre en la historia de este lugar para sublimar su belleza natural es el corazón de la candidatura. Neptuno o Cibeles son ejemplo de ello. «Entrar en la lista supondría para Madrid tener un sello de calidad de valor excepcional, que podría cambiar los hábitos turísticos, con un mayor interés por las artes y las ciencias», asegura. «No obstante, el posible impacto económico podría diluirse en una ciudad que, sin estar en la lista, ya despierta un gran interés», opina.

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