Disturbios

Inmigrantes de Lavapiés: «¿Por qué íbamos a destruir el barrio en el que vivimos?»

Algunos vecinos extranjeros del barrio madrileño lamentan las consecuencias de los destrozos producidos tras la muerte de Mmame Mbage, y de los que responsabilizan a «gente de fuera que viene a aprovecharse de la situación y romperlo todo»

Una joven española detenida tras los destrozos en la plaza Lavapiés ABC
Israel Viana

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Pasada la medianoche de este jueves se podía ver en Lavapiés a algunos inmigrantes increpando a jóvenes españoles por arrancar los árboles de la plaza Nelson Mandela con motivo de la batalla campal que se produjo durante las protestas por la muerte, a causa de un paro cardíaco, de Mmame Mbage . «Ha muerto mi amigo y vosotros os dedicáis a destrozarlo todo», comentaba un extranjero de origen africano entre lágrimas. A pocos metros, el puesto de Bicimad estaba envuelto en llamas y una moto había sido reducida a cenizas.

[ Sigue en directo los disturbios de Lavapiés ]

Una escena parecida se pudo presenciar en la misma plaza de Lavapiés, donde otro grupo de vecinos abroncaba —con poco éxito— a los radicales que se llevaban los televisores de una sucursal de La Caixa absolutamente destrozada. «¡Qué más os da, si los bancos están asegurados!», gritó otro joven. Mientras un grupo de nueve o diez radicales españoles intentaba dar una paliza y robarle el móvil a un joven que hacía fotos de los actos de pillaje. Tras ser rescatado por los antidisturbios, una adolescente era detenida frente a la (también arrasada) sucursal del BBVA. Era una de las seis personas que acabaron anoche en el calabozo durante los graves disturbios que se produjeron en el famoso barrio madrileño, todas de nacionalidad española. Entre los veinte heridos, 16 policías .

«Algunos de nosotros tenemos cuenta en La Caixa que fue destrozada y lamentamos de todo corazón lo ocurrido», comenta a ABC Ibrahim, un vecino procedente de Senegal que lleva 12 años viviendo en Lavapiés. Su casa está en la calle Cabestreros, a escasos metros de donde ayer falleció su amigo Mmame M., «un chico educado, amable y que no tenía problemas con nadie». «Nosotros nos estábamos manifestando de forma pacífica, pero luego vino gente de fuera del barrio para aprovecharse de la situación y romperlo todo: el mobiliario urbano, los coches, las bicis, los bancos… pero no somos responsables los inmigrantes que vivimos aquí. Algunos dicen que son los antisistema. No sé, pero los detenidos son todos españoles. Nosotros queremos contribuir al mantenimiento de estas calles. ¿ Por qué íbamos a destruir el sitio en el que vivimos ?», explica este inmigrante legal, que trabaja de recepcionista en La Posada de Huertas.

Sucursal del BBVA de la plaza Lavapiés ABC

Ibrahim, además, recuerda que fue a atender a una chica española que había recibido el impacto de una pelota de goma y, cuando estaba llamando al 112, comenzó a caerles una lluvia de adoquines que rompieron el parabrisas del coche de bomberos. «Me levanté y me enfrente a los que lanzaban piedras. Les dije: "Ahora sentimos rabia y dolor, pero no podemos arreglar las cosas de esta manera. Luego las imágenes se van a interpretar como que los que vivimos aquí somos salvajes". Y nosotros realmente pensamos que España es un país bueno, democrático, acogedor y de gente abierta».

Este y otros inmigrantes del barrio —un pequeño crisol multicultural formado por 88 nacionalidades, donde uno de cada tres habitantes censados es extranjero— lamentaban anoche las consecuencias de la batalla campal desatada, que ha causado daños en algunos comercios de toda la vida regentados tanto por españoles como por extranjeros. La mayoría de los inmigrantes son ecuatorianos, seguidos de marroquíes y colombianos. Y en menor número, chinos y bangladesíes, según el Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid. Sin embargo, según los datos del padrón municipal del año pasado, los inmigrantes han pasado de ser el 33% de la población en 2010, al 24% hoy.

Este viernes por la mañana, sin embargo, la tensión ha ido en aumento y la Unidad de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional ha cargado contra una multitud de senegaleses que ha intentado linchar al consul del país africano en la plaza Nelson Mandela. Mouctar Belal BA intentaba visitar el barrio por la muerte de Mbage, pero ha sido recibido con con piedras y palos, por lo que el embajador ha tenido que refugiarse en el el bar Baobab.

Durante la manifestación de la tarde del viernes , Saidou, otro senegalés vecino del barrio insistía en la misma idea: «No me parecen bien los destrozos que se han producido. No sirven de nada. Vivimos aquí y los sufrimos de primera mano», reconocía este mantero también amigo de la víctima, que pide «justicia», pero que también desea que «Lavapiés vuelva a la normalidad».

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