Foto de partida

El Soso, el Moños, o las pulseritas de Díaz Ayuso en Sol. Así se nos viene el 4 de mayo y así hay que cogerlo, que mis dos primeras columnas en esta santa casa han sido más bien costumbristas. De Gabilondo sabemos eso, su metafísica de mesa camilla y una vez que lo vimos posar, de buena mañana, en el Parque del Oeste, para la anterior foto electoral. La foto en sí era sosa, pero de esa sosería doméstica del que sabe, como mandaba San Ignacio, que «en todo amar y servir". Esa bonhomía a lo que fue el socialismo lo va a llevar al cadalso, pero el sanchismo, como Castilla, hace a sus hombres y Sánchez los deshace. La foto tenía árboles, floresta, y el gesto sobrio de Gabilondo, 'buen vasallo si oviesse buen senyor'. Va al patíbulo y lo asume digno por una causa inane. Dios lo guarde. 

De Ayuso, diríamos que 'se ha pasao' al susodicho sanchismo por el Arco de Moncloa, por el Puente de los Franceses y por la mismita Ribera de Curtidores. Entre el narcisismo de chulapona como perfilada por Romero de Torres y su defensa de los bares, aquí tiene el apoyo de los camareros. Y musa de los mandiles, creo, que le dicen en Forocoches como Bea Fanjul lo es (musa) de toreros y columnistas navarros.

Que Ayuso se vaya a comer a Pablo Casado, el hoy 'centrado', es otro cantar que cantaremos. Pero aún queda cuarta ola. 

Y luego, claro, Pablo Manuel Iglesias Turrión, el niño frapero con su escoliosis, con sus estalinismos palatinos, con sus romances, con el ministerio/tarta de su consorte y la nada que ha sido su vicepresidencia. Aparte de oscuros intereses, a Iglesias, Madrid como región le viene valiendo madres, pero si la fortuna favorece a los audaces, puede que vuelva a Vallecas. Donde empezó todo. 

Faltan aquí Rocío Monasterio, Edmundo Bal y demás. Incluso lo de Cantó y Lozano. Pero en esta foto de partida nos quedamos con los caracteres fuertes, que si algo hemos aprendido desde el 15-M es que hace falta relato y dialéctica. Y éstos nos los darán.