Según los propios denunciantes, «Branco», de 48 años, les atemorizaba con un pitbull muy agresivo
Según los propios denunciantes, «Branco», de 48 años, les atemorizaba con un pitbull muy agresivo - ABC

El «jardinero» de Patrimonio lidera una presunta mafia serbia de extorsiones

«Branco» va a juicio por amenazas de muerte y de secuestro. Su empresa trabaja para los Palacios de Aranjuez y El Escorial, Club de Campo y La Moraleja

Madrid Actualizado: Guardar
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El presunto líder de una mafia serbia se sienta hoy en el banquillo de los acusados, y no se trata de un personaje cualquiera. Su nombre es Branislav Bajalica, alias «Branco», y lidera desde 2001 una de las empresas punteras en el sector de la jardinería y la poda en toda Europa. Su nómina de clientes así lo corrobora: desde los Reales Sitios de Aranjuez y El Escorial a Ayuntamientos como Torrelodones, Alcalá de Henares, Fuente el Saz del Jarama, Hoyo de Manzanares y Navacerrada; y entidades como el Club de Golf de La Moraleja, el Club de Campo Villa de Madrid, Colegios Mayores del CEU San Pablo, la Subdirección General de Archivos de la Comunidad... También, urbanizaciones de lujo: Ciudalcampo, La Florida, el Soto de la Moraleja y Santo Domingo, por mencionar algunas.

Y, precisamente, en este ámbito profesional es donde surgieron ya hace nueve años las denuncias que dieron origen a una amplia investigación por el Grupo XVIde la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de Madrid, especializado en delincuencia de Países del Este de Europa. Y que por fin le sientan a él y a algunos de sus secuaces ante el juez de lo Penal número 5 de la capital.

Trypko Kraljevic, el matón del jefe del clan, secuestró y torturó al dueño de una gasolinera y una televisión local serbia, al que disparó dos veces al intentar huir

Todo empezó a finales de marzo de 2006, con la primera denuncia de uno de los empleados de Bajalica S. L., dirigida por «Branco». Luego, se sumarán más querellantes, que se encuentran ahora bajo la figura de testigos protegidos. Según los informes policiales que obran en el sumario, al que ha tenido acceso ABC, el empresario utilizaba su mercantil, con el apoyo de uno de sus lugartenientes, Alen Nisisch, «no ya para la explotación laboral de sus empleados, sino para la puesta en práctica de conductas abusivas».

Las víctimas eran obligadas por el supuesto capo a conducir vehículos sin tener carné homologado en España. Aprovechando un siniestro que tuvo uno de ellos con un coche de la empresa, Branislav le exigió 11.000 euros y que tenía que pedir un préstamo a nombre de un compatriota en una sucursal de El Escorial. Este trámite lo gestionaría el subalterno, Alen. «El miedo a las represalias lleva a la víctima a soportar tan humillante situación desde enero, trabajando sin descanso para satisfacer a sus empleadores-verdugo», añaden las diligencias. Este «modus operandi» se repitió en más trabajadores. Algunos ni siquiera tenían permiso de residencia en nuestro país.

«El dinero ha desaparecido»

Pero «Branco» también mantiene una deuda de 13.000 euros con alguien denominado «Señor X», un hampón serbio, llegado unos días antes a España, con el objeto de cobrarse el dinero. La excusa de Bajalica es que han desaparecido importantes cantidades, de lo que culpa a uno de los testigos protegidos, a modo de chivo expiatorio.

Branislav es boxeador del Club Navacerrada y siempre llevaba una pistola del calibre 9 milímetros y un «pitbull» adiestrado para atacar

Las amenazas a los empleados continúan, y para ello se sirve del temible Trypko Kraljevic, imputado en el secuestro de un empresario, Milija Milosauljevic, de Kragusevac (Serbia). Era dueño de una gasolinera y de una televisión local, y le exigían el pago de 2 millones de marcos. A este le llegaron a disparar en dos ocasiones y le dieron una paliza que casi acaba con su vida, al intentar huir de sus captores. El hombre, desesperado, acabó tirándose al vacío desde la ventana de su zulo, aunque sobrevivió.

Esta mafia tenía lazos con el «Señor X» y con el propio grupo de «Branco», según la Agregaduría de Interior de la Embajada Española en Belgrado. La conformaban boxeadores «extremadamente peligrosos». «Las víctimas y denunciantes corren grave riesgo», incidían los investigadores.

La paliza del «Señor X»

Hasta que un día, el primer denunciante cayó en una trampa: le citaron en la empresa con la excusa de que le iban a pagar las nóminas atrasadas; pero en realidad le dieron una paliza (Alen y Bajalica son también expertos boxeadores, que entrenan en el polideportivo municipal de Navacerrada y cuyo equipo, por cierto, patrocinaba la empresa de poda), en la que también habría participado el «Señor X».

A partir de ahí, «el calvario de los testigos protegidos y sus familiares se acentúa, cargados de pánico. «Branco» siempre lleva encima una pistola del calibre 9 milímetros y se hace acompañar por un «pitbull» entrenado para atacar de manera feroz. Durante todo el tiempo pasado desde entonces, los ahora procesados han permanecido en libertad y se teme que hayan interferido, con más amenazas, a los denunciantes.

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