La enfermería del pabellón del Madrid Arena la noche de la fiesta que terminó en una avalancha mortal
La enfermería del pabellón del Madrid Arena la noche de la fiesta que terminó en una avalancha mortal - ABC

El Fiscal: «La tragedia del Madrid Arena no fue un mero accidente, fue una imprudencia»

Los acusados, según el Ministerio Público, «crearon un peligro para la vida de los asistentes y no neutralizaron el riesgo», que finalmente causó la muerte de las cinco jóvenes

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La Fiscalía ha asegurado este martes en el juicio del Madrid Arena que la avalancha que costó la vida a cinco jóvenes«no fue un mero accidente, ni una fatalidad sino que fue una imprudencia» debido a las «conductas descuidadas y negligentes» de los acusados, que crearon un peligro para la vida de los asistentes.

«Han quedado acreditadas las conductas descuidadas y negligentes» de los trece acusados, ha manifestado la fiscal Ana Muñoz en la primera jornada de los informes finales, tras recordar que el Ministerio Público no acusa al exjefe de la Policía Municipal Emilio Monteagudo ni al técnico de operaciones de la empresa municipal Madrid Espacios y Congresos (Madridec), José Ruiz Ayuso.

En su opinión, los acusados «crearon un peligro para la vida de los asistentes y no neutralizaron el riesgo» que finalmente causó la muerte de las cinco jóvenes, cuando ellas acudieron a la fiesta de Halloween «con la confianza de que su seguridad estaba garantizada».

«Los acusados debieron advertir de la presencia de un peligro, porque entendemos que las muertes y lesiones eran evitables», ha destacado la representante del Ministerio Público. «No fue un mero accidente, ni una fatalidad sino que fue una imprudencia», ha añadido.

De entre los procesados, ha destacado la responsabilidad en la tragedia del promotor Miguel Ángel Flores como «causante del sobreaforo que lleva a una masificación que se hace insoportable para los asistentes». En cuanto al resto de los procesados, ha subrayado su responsabilidades por el cierre de vomitorios, por la apertura de puertas indebida, por la ausencia de vigilantes en el cuarto de cámaras así por su incumplimiento en el deber de vigilancia y coordinación.

Pese a reconocer que «no se puede saber con exactitud» cual fue el número de asistentes, l a fiscal ha considerado como «dato crucial» que Flores vendió un mínimo de 16.661 entradas y no 22.800, como recogía en su escrito de acusación provisional, para un evento que tenía un aforo máximo de 10.620 personas.

Masificación en la pista

Seguidamente, ha expuesto que Morcillo fue el encargado de abrir el muelle Mónico, otro de los accesos por donde entró gente sin control. «Madridec debía haber autorizado estas entradas. Se tenían que haber distribuido al público entre las diferentes plantas. El evento se tenía que haber paralizado», ha dicho. «Lo que no puede hacerse, lo que no tiene sentido, es que cuando estaba prevista la entrada por un lugar y se improvisó por otro. Esto Contribuyó a la masificación de la pista», ha recalcado.

Tras ello, se ha preguntado si había algún interés en que la pista estuviera llena, aludiendo a que el objetivo era que el dj Steve Aoki pudiera hacer su número de la barca para ir encima de ella por encima del público. Así, ha citado que varios testigos confirmaron que finalmente el número de la barca se llegó a realizar.

Otro de los puntos sobre los que ha hablado es la falta de distribución del aforo por plantas, algo que debe venir en la licencia de funcionamiento. Sin embargo, el Madrid Arena carecía de licencia. Al respecto, ha dicho que los controladores de acceso debían haber controlado esta distribución.

Citando el reglamento legal en este tipo de eventos, ha señalado que se atribuye al personal de acceso el controlar el tráfico de las personas para el evento. «Los 75 controladores –aportados por Flores para el evento– les debían haber correspondido controlar el aforo según su decreto», ha dicho sobre esta materia.

Vomitorios cerrados

En cuanto al cierre de los vomitorios, ha dicho que hay abundante prueba que acredita que muchos estuvieron cerrados durante el evento y que las personas con chalecos amarillos –personal de Kontrol 34– eran quienes custodiaban estos accesos, sacando con «malos modos» al público.

Según lo que muestran las cámaras, conforme a lo dicho por la fiscal, solo dos vomitorios estaban abiertos. Uno de los testigos manifestó que las puertas de los vomitorios estaban precintadas y con candados, una situación que verificó la Policía durante la inspección ocular.

«Se trataban de vías de evacuación según el plan de autoprotección. El hecho de que estuvieran abiertas lo exige el sentido común. Es disuasorio para el asistente ver un precinto. Esta norma se ha infringido. Esto influyó indudablemente, con el sobreaforo. Tuvo relevancia crucial para masificación lo que provocó que la gente se agobiara y quisiera abandonar la pista», ha aseverado.

«El cierre de los vomitorios fue una medida inadecuada. ¿Quién tiene la responsabilidad? Eran los controladores de acceso. Son los controladores los responsables y los coordinadores de seguridad Seguriber Juan José Paris Nalda y Raúl Monterde. Según el plan de vigilancia, describe estas funciones como vigilar el funcionamiento de los medios de apoyo», ha dicho.

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