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Vídeo: «Siento lástima de que se hable de Luis Alegre no por ser uno de los filósofos más brillantes, sino porque insulte a compañeros» - ATLAS

El final de los días de «fútbol, vino y rosas» en Podemos Madrid

Luis Alegre, antiguo líder en la región, se sumó a los críticos contra Iglesias y Espinar: «Son un grupo de conspiradores»

Madrid Actualizado: Guardar
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Con el 9 a la espalda y de delantero centro, Pablo Iglesias eligió, en febrero de 2015, a Luis Alegre. El filósofo y cofundador de Podemos iba a ser el encargado de conseguir, valga el símil futbolístico, los 3 puntos en Madrid para el equipo de Iglesias, que en aquellos días se jugaba en las primarias originales de la formación morada el liderazgo de la organización.

Iglesias tenía duros rivales en otros campos de España. Quizá el más peligroso para sus intereses fuera el equipo del científico Pablo Echenique, quien a la postre se hizo con la secretaría general en Aragón. Ese partido estaba casi perdido para Iglesias, que jugaba contra Echenique, y que, viendo el tirón de su rival, se centró en sacar adelante el partido en la Comunidad de Madrid.

El capitán del equipo contrario al de Alegre era Miguel Urbán, quien optó por alinear a varios anticapitalistas en sus filas para plantarle cara a la lista que contaba con el beneplácito de Iglesias. El partido electoral fue abierto, a cara de perro, y Alegre y los suyos se impusieron por la mínima: 886 votos de los 17.573 totales certificaron ese gol en el último minuto con el que el proyecto de Iglesias salvó los muebles.

Para rematar, un par de meses después, coincidiendo con la jornada de reflexión de las elecciones municipales y autonómicas de 2015, el 23 de mayo, Iglesias y los suyos, entre los que por entonces se encontraba José Manuel López, elegido portavoz de Podemos en la Asamblea de Madrid tras los comicios.

Como notas al margen de aquel partido hay que destacar que Iglesias —con quien los defensas rivales no fueron especialmente duros, por cierto— metió un gol y que Ramón Espinar, que aquel día no era aún diputado ni secretario general, organizó el encuentro.

Otras primarias y «silbidos» en la grada

Desde entonces han pasado muchas cosas, incluso ha dado tiempo a organizar otras primarias para designar al secretario general de Madrid en la formación morada. En esta ocasión los capitanes de los equipos finalistas han sido Rita Maestre y, por el equipo de Iglesias, Ramón Espinar, que después de organizar aquel otro partido consiguió el apoyo de los militantes madrileños para meterle un gol al conjunto «presidido» por Errejón.

La derrota en estas primarias no gustó a los errejonistas que, día a día y cada vez en mayor medida, se vuelven hacia el palco de Podemos para silbar las decisiones de Pablo Iglesias —en los despachos— y Espinar —a pie de campo—. Rita Maestre, Pablo Padilla, el relegado José Manuel López o Tania Sánchez son algunos de los que más han levantado la voz. Antes, claro, de que llegara el antiguo secretario general en Madrid, Luis Alegre, que hace un par de días no dudo en señalar —con la mente, seguramente, en las recientes purgas— a Iglesias, Errejón y compañía como «un grupo de conspiradores» que ha entrado en el partido con la intención de «excluir a todos los que no formaran parte de su pandilla».

El antiguo capitán del equipo de Iglesias en Madrid va incluso un paso más allá y recalca que ya no acompañan al actual secretario general «ni una sola de las personas» que lo acompañaban al principio; sino cuatro o cinco personas dispuestas «a destruirlo todo con tal de no perder su condición de cortesanos».

Razón no le falta porque, además de Irene Montero o Rafa Mayoral, Iglesias ha fichado para su once inicial a políticos que hace sólo dos años jugaban en el equipo contrario. Echenique en Zaragoza es un ejemplo y, en Madrid, Urbán puede representar —si Iglesias llama a su puerta para tumbar a Errejón— ese giro de 180 grados que lamenta Alegre y que ha llevado a Espinar a una secretaría general para la que ayer nos enteramos que, en vez de Míchel, sonó el propio Íñigo Errejón, el rival de Iglesias para liderar el partido. Y luego dicen que lo de Figo con el escudo del Real Madrid en el Camp Nou fue una traición.

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